Sheinbaum y su enorme problema

La jefa de gobierno de la Ciudad de México enfrenta un solo problema, que es gigantesco: tiene a prácticamente toda la prensa en contra. La comentocracia la cuestiona con dureza por casi cualquier cosa, pero en especial por ser muy leal al proyecto del presidente López Obrador. Los y las columnistas quisieran ver a Claudia Shienbaum llevarle la contra a Andrés Manuel con más frecuencia. Ella los decepciona, de ahí el linchamiento mediático. El artículo de este miércoles de Carlos Loret de Mola en El Universal es un buen ejemplo de ello. La columna Templo Mayor, de este día en Reforma, es otro ejemplo.

Ebrard y su enorme problema

A diferencia de la jefa de gobierno, el canciller tiene excelentes amigos en los medios de comunicación impresos y electrónicos. Hoy Reforma celebra en su columna Templo Mayor que Marcelo Ebrard esté tan activo al lado del presidente AMLO, ya que ello desmiente los rumores acerca de su salida del gabinete, pero sobre todo la redacción del diario propiedad de la familia Junco festeja que Andrés Manuel haya invitado a Marcelo Ebrard —y al secretario de Gobernación, Adán Augusto López— a un evento en la Ciudad de México, la réplica de la Capilla Sixtina, “lo que no debe haber gustado nada a la anfitriona, Claudia Sheinbaum”.

Otro ejemplo de la buena relación del canciller con periodistas mexicanos es la columna de hoy en El Universal de Salvador García Soto, quien con entusiasmo alienta la posible candidatura de Ebrard.

Pero tener a los y las periodistas de su lado no elimina el gran problema de Ebrard: que a pesar de tanta promoción mediática no supera a Sheinbaum, no en las encuestas de vivienda de Buendía y Márquez que publica El Universal ni, tampoco, en el tracking diario de MetricsMx difundido en SDPNoticias.

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López Hernández y su enorme problema

Aunque el propio Andrés Manuel lo descartó, nadie creyó esta vez en lo que dijo el presidente. Más bien, se interpretó como una estrategia para proteger a su colaborador el hecho de que AMLO haya expresado que Adán Augusto no está entre los corcholatos —quienes podrían sucederlo en el despacho principal de Palacio Nacional—. Y es que el contexto manda. Cuando López Obrador dijo que Adán no era precandidato, este funcionario lidiaba con el único problema en el que se ha metido, relacionado con la promoción en Sonora y Coahuila de la consulta de revocación de mandato.

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Así que, pese a ello, a Adán Augusto se le ve como el tercer aspirante con posibilidades de quedarse con la candidatura presidencial de Morena. Y es que Adán Augusto López Hernández ha hecho un extraordinario trabajo como titular de la Secretaría de Gobernación —lo reconoce todo el mundo—. Enfrenta, sin embargo, un problema complicadísimo: nomás no crece en las encuestas, seguramente porque llegó bastante tarde a la competencia por el 2024. Ya se verá lo que intenta para superarlo.

¿Quién será el candidato o la candidata de Morena?

La respuesta es muy sencilla: el candidato o la candidata del partido del presidente AMLO será quien el propio presidente quiera. Esto puede ser criticable, pero no es ilegal ni antidemocrático. Se trata, nada más, de una manifestación de la cultura política mexicana. Y no tiene nada de malo si quien abandera al gobierno en turno en las presidenciales compite con la oposición en elecciones limpias.

Así las cosas, Andrés Manuel puede elegir a Claudia, a Marcelo o a Adán.

La pregunta fundamental

Pero la gran pregunta no es a quién prefiere AMLO, sino qué harán quienes no resulten favorecidos por el presidente de México.

De hecho, esa pregunta solo se le hace al canciller —hoy la realiza García Soto en El Universal: “¿Qué hará Ebrard si AMLO le vuelve a pedir dar un paso atrás?”—, y es que únicamente hay dudas de la lealtad de Marcelo al presidente López Obrador.

Todo el mundo piensa que si Marcelo no es candidato de Morena, buscará la presidencia por uno o varios de los partidos que se oponen a la 4T y a Andrés Manuel.

Nadie hace esa pregunta a Shienbaum y López Hernández. Resulta inútil cuestionar a la jefa de gobierno y al coordinador del gabinete presidencial acerca de qué harán si no les toca la candidatura presidencial de Morena. Porque ni Claudia ni Adán harán nada que se interprete como rebeldía, esto es, seguirán con Andrés Manuel López Obrador hasta que este se retire de la política, y después se dedicarán a sus asuntos particulares, ella como científica en la UNAM, él como abogado en Tabasco.

En fin, simple y sencillamente busco aportar elementos para tratar de anticipar la gran decisión de AMLO.