Independientemente de las críticas que se han hecho a la marcha del pasado 27 de noviembre, muchas de ellas sin sustento racional, en el presente ensayo deseo analizar el discurso de nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador y el sentimentalismo que implantó con la ideología sobre el Humanismo mexicano que planteó.

Nuestro Presidente es un ser humano que se vio afectado, como el resto de la gran mayoría de la población humana, por la deshumanización que generó la inentendible, hasta ahora, pandemia por covid-19 y todas sus consecuencias mundiales, incluyendo indirectamente al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

La propuesta del Humanismo mexicano se sintió como un grito de añoranza, en un Mundo en el que ya se perdió el Humanismo como tal, incluyendo a México, donde los errores se magnifican y los aciertos se dejan pasar, donde los fracasos son gigantes y los éxitos no se notan, donde si hubiera la suficiente voluntad, ya estaríamos produciendo gasolinas de calidad en Dos Bocas, ya estaríamos viajando en el Tren Maya, ya estaríamos invirtiendo el 90% de los ingresos nacionales en los Bancos del Bienestar, y ya estaríamos becando estudiantes de las 100 universidades nuevas que tendríamos al extranjero para cursar maestrías y doctorados.

Por eso la necesidad de un Humanismo mexicano es imperiosa, pero forjarlo va a tomar tiempo, y más, por los 3 años que la inentendible, repito, pandemia por covid-19, que retrasaron el proyecto de nación con el que se debería enderezar todo lo expuesto en el párrafo anterior, y en un país en el que la re-elección presidencial es imposible, el mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador lo mencionó como parte de su retórica post-marcha, si podríamos pensar en una excepción a las reglas, no necesariamente constitucional, que por única ocasión prolongue el periodo presidencial en México, y no como una reforma, sino más bien como una recuperación del tiempo perdido por la pandemia que deshumanamente nos afectó a la gran mayoría de los seres humanos que habitamos éste planeta Tierra.

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