Nada les sale bien. Pese a la millonaria cantidad invertida en spots financiados con dinero público y a una cantidad imposible de cuantificar de propaganda en redes sociales y medios tradicionales con el eslogan ridículo #YoDefiendoAlINE y el de pésimo gusto “El INE no se toca”, 9 de cada 10 mexicanos apoyan recortar el dinero a los partidos y disminuir los legisladores.
Apenas en sus burbujas sociales blanqueadas y en sus círculos de Twitter, los Lorenzo Córdova, Claudio X. González y Ciro Murayama son respaldados en su pretensión de que el INE es una institución indispensable, merecedora de tratos de la nobleza, incluyendo asistentes, dinero para gastos varios y sueldos y prestaciones más altas que el propio presidente de la república.
La realidad es que Lorenzo Córdova, ese racista que debería haber sido echado de su puesto y de la vida pública del país desde hace años, es un tipo que no inspira más que indiferencia o abierto rechazo entre la mayoría de los mexicanos. La democracia mexicana seguirá avanzando a pesar del INE y sin él. Con la reforma, el organismo que sustituya al podrido INE no saboteará las consultas populares, ni perdonará todos los crímenes electorales del PRIANRD.
El escándalo en donde el derechista diario El País expuso una propia encuesta interna nada favorecedora al INE, mismo que fue pagado con nuestro dinero, terminó por enterrar con la poca credibilidad que le quedaba a este instituto. Y mucho ojo. No son pocas las personas que confunden al Instituto Nacional Electoral, con la credencial para votar con fotografía física, misma que es gratuita y que sirve cómo identificación a todas las ciudadanas y ciudadanos mexicanos, llamada popularmente “la INE” o “el INE” y que por supuesto, nadie quisiéramos perder.
Pobre Lorenzo. Nada le sale bien, de plano.