¿Un demonio presidirá la fiscalía de Querétaro hasta 2033? Éste responde al nombre de Víctor Antonio de Jesús Hernández y es quien pretende imponer un castigo de tres años de prisión a una niña de 14 años que fue violada en 2023 y que abortó de manera espontánea.

Esmeralda es originaria de una comunidad indígena en Huimilpan, Querétaro; ella fue violada por un familiar suyo; la amenazó y obligó a que guardara silencio, le impuso esa mordaza que carcome, que mata por dentro y peor aún que esa maldad germinaba silenciosa dentro de la niña… Esmeralda nunca supo que estaba embarazada.

La joven sufrió fuertes dolores, pensó que se debían a cólicos menstruales por lo que le pidió permiso a su papá para faltar a la escuela y dinero para comprar un analgésico. Después de un rato, Esmeralda fue al baño y sangró, sangró mucho y ella no sabía la razón… Hasta que el personal médico dio parte.

Este insensible fiscal Hernández, ¿misógino?, investiga a la joven para que pague por su delito. Él no va tras el violador; no, porque su labor es investigar “toda pérdida fetal avanzada”, y Esmeralda cometió el crimen de abortar; ¿o pecado?… Tal vez el fiscal de Querétaro sea un devoto, un fiel de la Iglesia que considera al aborto “pecado mortal”… ¿Qué no es peor proteger a un violador? Para esos santos demonios, no.

El fiscal dio a conocer que el ministerio público judicializó la carpeta de investigación en contra de Esmeralda por el delito de homicidio calificado.

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Este fiscal ampara al violador; éste hasta deberá ser indemnizado por 518 mil pesos por la pérdida de “su producto”; Hernández le otorga los derechos del “macho”, la que cometió el crimen fue Esmeralda.

Tal vez la niña lo provocó, por eso la violó, ella es la culpable, no él… Pensará Hernández, el fiscal de mirada negra y vacía; esos cabellos largos y lacios le dan el aspecto de un personaje en una novela de terror, pero no es ficticio, es real.

El criminal está libre y Esmeralda podría pasar tres años en prisión por haber expulsado al feto que según los médicos, llevaba días muerto dentro del vientre de la joven. Ella está sometida a medida cautelar, en arraigo domiciliario. En una tormentosa espera…

Después del infierno que vivió, ahora sobrevive en otro, porque está esperando a que pasen unos días para que se dé a conocer la fecha del juicio en su contra.

La víctima, es la que espera castigo; la que ha sufrido lo indecible, la que vivirá toda su vida con ese trauma; ella es la que espera aterrada, mientras el violador está libre para seguir…

¿Estarán las mujeres bajo el yugo de este fiscal durante tanto tiempo? ¿Cuántas más vivirán el mismo infierno que Esmeralda?