Al viejo estilo del PRI de los sesenta, cada que abre la boca, AMLO lanza un mensaje con destinatario, en su mayoría, amenazas en contra de opositores, legisladores, periodistas, empresarios o cualquiera que no se someta a su mandato.

No nos podemos sorprender, acaso, sí cabría recriminarnos por permitir que llegara al grado de tensión que actualmente enfrentamos. AMLO lo advirtió en 2018 cuando dijo que, de no ganar, solitaria altigre.

“A ver quién amarra al tigre. El que suelte al tigre, que lo amarre, ya no voy a estar deteniendo a la gente luego de un fraude electoral, así de claro”.

En las elecciones de 2021, luego de que perdió el control absoluto de la Cámara de Diputados, y más de la mitad de la CDMX, su principal bastión electoral; de que fueron desechadas dos de sus reformas constitucionales, la de la Industria Eléctrica y la Electoral y de que las encuestas lo ponen al nivel de popularidad de sus antecesores, por debajo de Salinas y prácticamente igual que Calderón y Fox, AMLO lanzó otra amenaza cuando hizo un llamado a sus simpatizantes a que no se sorprendan ante los ataques del “bloque conservador” en contra de su gobierno y dijo: “Lo mejor es lo peor que se va a poner” y así ha sido.

Voces de alarma

El exdiputado Porfirio Muñoz Ledo, un luchador e impulsor de la democracia, advirtió que en el último año de su mandato AMLO pretende poner un Estado de excepción en México y crear un bloque hegemónico y dictatorial para controlar el poder por décadas.

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Se ha dicho que AMLO engaña con la verdad, ante el posicionamiento del senador de Morena Ricardo Monreal sobre la inconstitucionalidad de la iniciativa y en contra del Plan B, el presidente, magnánimo y expresándose como líder absoluto de Morena y del Congreso, le mandó un mensaje claro y efectivo en su mañanera: no expulsará a Ricardo Monreal de Morena por haber votado en contra de la reforma a las leyes secundarias en materia electoral, sino que “el pueblo” se encargará de juzgarlo. “Nada de purgas, por convicción y además porque no queremos que vayan a usar una actitud de intolerancia para afianzar la creencia conservadora que somos Estalinistas, nosotros tenemos una ventaja, una dicha enorme, tenemos un pueblo muy politizado que pone a cada quién en su lugar”.

Lo lamentable es que después de estas declaraciones, vino el atentado en contra de Ciro Gómez Leyva, una voz severa y crítica a la iniciativa de reforma electoral del presidente.

Como Stalin, AMLO recibe a diario las listas de quiénes son sus críticos y detractores y los exhibe en la plaza pública. A diario habla de los periodistas con nombre y apellido y exhibe a sus opositores o quienes pretenden ocupar un cargo de elección popular. En días pasados presentó una lista de más de 50 críticos a los que uno a uno denostó, acusó de corruptos o de estar ligados con fuerzas oscuras que están en su contra y así, mañanera tras mañanera.

El atentado a Ciro

Tuvo razón el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando advirtió: ”lo mejor es lo peor que se va a poner”. A partir de esa declaración se ha ido gestando un proceso de ingobernabilidad que nos tiene al borde de lo que se conoce como un “Estado Fallido”.

El atentado en contra del periodista Ciro Gómez Leyva puede tener varias lecturas, entre ellas, la intención de Palacio Nacional de polarizar y de aprovechar el evento para sacar raja política y continuar con la estrategia de la victimización del presidente.

El ataque fue en contra de un periodista muy reconocido, un líder de opinión crítico que, con base en investigaciones periodísticas, ha mantenido la misma línea editorial con Fox, Calderón, Peña y con AMLO.

Lamentablemente, la agresión ha propiciado el odio de un lado y del otro, dejando de lado el Estado de Derecho para suplirlo por la fe y un idealismo fanático hacia quien se autonombrado como guía moral incuestionable y está por encima de la Constitución, de las instituciones y de la sociedad misma.

Son pocos los atentados de esta magnitud que se han registrado en contra de periodistas, el de Manuel Buendía, victimado por un subalterno del entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett. El que sufrió hace 22 años la reportera de TV Azteca, hoy senadora de oposición, Lilly Téllez y el de Ciro Gómez Leyva.

Dice AMLO que lo mejor es lo peor que se está poniendo, pero, para México, todo se está poniendo de mal en peor: crisis de gobierno, inseguridad, pérdida de las libertades y de la democracia.

Twitter: @diaz_manuel