Lo que decida finalmente el jurado instalado en la corte de Nueva York sobre la culpabilidad o inocencia de Genaro García Luna no será finalmente lo más relevante de ese peculiar proceso.

Lo trascendente en ese desfile de acusadores de oropel del que fuera el hombre más poderoso en el sexenio de Felipe Calderón (solo inculparon de oídas y nunca presentaron pruebas en contra del ex funcionario) a quien el gobierno norteamericano acusa de cinco delitos, ha sido el desfile de nombres que, o son cómplices de García Luna, o de plano son parte de la corrupción que se dio en ese tramo siniestro de la vida pública en México.

Tal parece que las autoridades de Estados Unidos montaron una mascarada jurídica para exhibir la corrupción, y la colusión, que existe en México entre los tres niveles de gobierno de nuestro país con las organizaciones criminales dedicadas al tráfico, y ahora, a la fabricación de mortales drogas como el fentanilo.

Las autoridades mexicanas que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador deben dar una correcta lectura a lo dicho por la directora de la DEA, la recia Anne Milgram, quien pidió al Gobierno de México “hacer más” contra los cárteles, ante las muertes por fentanilo que ocurren ya en proporciones muy preocupantes en Estados Unidos.

“Creemos que México tiene que hacer más para detener el daño que se está causando. Estos dos cárteles mexicanos, el de Sinaloa y el de Jalisco, dominan la cadena de suministro global de fentanilo”, remarcó la directora de la DEA, Anne Milgram, en una comparecencia ante el Senado.

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Además, Milgram criticó que México no comparta con Estados Unidos suficiente información sobre la incautación de fentanilo y sus precursores, no persigue suficiente los laboratorios clandestinos de drogas ni extradita a suficientes narcotraficantes.

El fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la morfina y mezclado con otras drogas para potenciar su efecto, se fabrica en México a partir de precursores importados desde China y luego se trafica a Estados Unidos.

Milgram también instó al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador a que establezca como su “mayor prioridad” derrotar a ambas organizaciones, como ya hizo México con los Zetas en su lucha contra ese cártel entre 2012 y 2015. “Queremos que México haga lo mismo que entonces”, afirmó.

Así lo refiere el diario 24 Horas.

La advertencia de los funcionarios antidrogas de Estados Unidos de la “inacción” del gobierno mexicano en contra de las organizaciones criminales debe ser tomada muy en serio por las autoridades mexicanas.

El juicio de García Luna fue una pasarela de corruptos acusando a otros corruptos.

Con las advertencias de un país como Estados Unidos que sufre los efectos mortales del consumo de fentanilo que les llega de México, son el principio de una política que puede llegar a niveles críticos de intervencionismo dada la gravedad del problema del consumo de esa droga.

Cuidado.