Ascilto es un personaje interesante de la novela El Satiricón, de Petronio. En esta obra, el autor critica la descomposición de la sociedad romana de su tiempo. Entre lo más decadente —absolutamente corrompido— estaban el sistema de justicia y la vulgaridad de los nuevos ricos.

Sobre la judicatura romana Ascilto decía:

  • “¿De qué sirven las leyes donde solo reina el dinero, donde la pobreza nunca puede salir triunfante?”.
  • “La justicia no es más que una mercancía pública y el caballero que preside el tribunal ratifica las transacciones”.

Ascilto despreciaba a los nuevos ricos, particularmente a los libertos, del Imperio romano.

Jesús Bermúdez Ramiro, en un estudio sobre los personajes de El Satiricón, dice que Petronio no describió físicamente a Ascilto. Solo dijo que era un joven”.

Pero Petronio sí dio más información sobre el carácter de Ascilto. Según Bermúdez Ramiro, a tal personaje lo motivaban particularmente los instintos básicos —como el sexual—. Al mismo tiempo, era un hombre culto y muy crítico de la vulgaridad de un nuevo rico, Trimalción.

Las columnas más leídas de hoy

Hizo una fortuna el esclavo liberado Trimalción. Era extraordinariamente hábil para los negocios, lo que demostró aconsejando en las transacciones comerciales a su amo, quien pudo prosperar: esa fue la razón por la que liberó al siervo.

Ya como liberto, Trimalción hizo enormes negocios para sí mismo y se convirtió en el Carlos Slim el Elon Musk de Roma.

Dueño de un gigantesco patrimonio, Trimalción organizó un banquete para todos los amigos de su amo y para más personas importantes de aquel imperio. No hubo una fiesta más fastuosa.

Ascilto no se impresionó con tanta ostentación y criticó fuertemente la vulgaridad y la incultura del banquete de Trimalción. Ni duda cabe de que para Petronio eran sinónimos riqueza, incultura y vulgaridad.

Por cierto, el liberto Trimalción inspiró a Francis Scott Fitzgerald para escribir su famosa y realmente muy buena novela El gran Gatsby.

Trimalción fue el primer título que Fitzgerald seleccionó para su obra. Lo cambió —lo mismo que el tono de la historia— por la insistencia de su editor, Maxwell Perkins.

Afortunadamente en el año 2000 se publicó, como una especie de precuela, el texto original, Trimalchio. An Early Version of ‘The Great Gatsby’.

En la novela de Petronio, el nuevo rico —más bien, riquísimo— Trimalción, como dice Jesús Bermúdez Ramiro, “es muy espléndido con sus invitados a la cena sin escatimar en gastos, pero siente completo desprecio por los numerosos esclavos que le permite tener su fortuna, a pesar de haber sido él mismo en su origen un esclavo”.

Afirma el citado Bermúdez Ramiro: esa es la típica reacción psicológica del que renuncia de sus orígenes.

En la política mexicana, específicamente en la 4T, existen personajes a quienes cabría calificar de libertos —expriistas que esclavizó AMLO, pero que liberó para utilizarlos por sus habilidades para la intriga—.

Aunque vivían en el privilegio en el sistema del PRI, como aliados de Morena actúan típicamente como nuevos ricos políticos, en este caso como nuevos izquierdistas que, naturalmente, desprecian sus orígenes.

Daré tres ejemplos de nuevos izquierdistas —nuevos ricos de la política— y me detendré en uno de ellos: el que está provocando un problema, en España, a la presidenta Claudia Sheinbaum.

El primer ejemplo es Manuel Velasco, aliado en su momento de Enrique Peña Nieto. En 2012 llegó a la gubernatura de Chiapas como candidato del Partido Verde y del PRI.

A pesar de su juventud, Velasco es un representante del viejo sistema. Él, por la victoria de AMLO en 2018, quedó como esclavo del nuevo grupo político en el poder, el de izquierda.

Velasco fue liberado por el propio Andrés Manuel López Obrador gracias a sus reconocidas capacidades para la maquinación. Ahora el exgobernador de Chiapas es un soldado de Morena en el Senado.

Como liberto, Manuel Velasco trata con desprecio a sus antiguos aliados. La ética no es lo suyo: la vulgaridad sí.

El segundo ejemplo es Pedro Haces, un lamentable ricote neoizquierdista que ha hecho de la vulgaridad extrema un método para avanzar en la política.

El tercer ejemplo es Alejandro Murat. Fue gobernador priista de Oaxaca y hasta soñó con la candidatura presidencial del viejo partido autoritario. Este 2024 se convirtió en militante de Morena.

Murat no puede ser considerado con seriedad uno de los hombres más importantes del equipo de la presidenta Claudia Sheinbaum. Él solo es un priista liberado que rechaza energéticamente lo que todavía es su partido de toda la vida, el PRI; pero, maniobrero y grillo, se presenta donde puede como cercano a la presidenta de México.

Con objetividad no se puede decir que Murat esté cerca de Sheinbaum. Pero la propaganda de la derecha latinoamericana sí lo hace.

El problema es que en este momento a Alejandro Murat se le ubica en el primer círculo de Claudia Sheinbaum en notas periodísticas relacionadas con una trama de corrupción en España; trama que podría hacer caer al gobierno de Pedro Sánchez, lo que significaría que la derecha de ese país volviera al poder.

Un diario digital español de reciente creación, The Objective —proyecto financiado con mucho dinero de las derechas de España y América Latina— ha publicado un artículo que debe ser leído en México, “El hombre de Ábalos en México, pieza clave en el ascenso de la nueva presidenta Sheinbaum”. Lo sintetizo:

  • Víctor de Aldama, eje corruptor en diferentes tramas delictivas, incluida la que apunta al exministro José Luis Ábalos como el Jefe”, fue cónsul en Oaxaca.
  • De Aldama puso en su punto de mira, por diferentes razones, Portugal, Venezuela, República Dominicana y México”.
  • En México, el corrupto español tuvo a Alejandro Murat como “una pieza clave”.
  • En efecto, Murat, ese “joven político, con una carrera imparable, y capaz, como De Aldama, de ver las oportunidades”.
  • “Murat, tras una intrigante maniobra, ha jugado un papel determinante en la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México”.
  • “El nombre de Murat aparece en informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil relacionados con la trama Ábalos”.
  • “Los encuentros del político mexicano con el exministro José Luis Ábalos y De Aldama fueron reiterados. Se produjeron tanto en España como en México”.
  • “Solo entre diciembre de 2018 y febrero de 2019, Murat y De Aldama coincidieron en al menos cuatro ocasiones”.
  • “La relación entre Murat y la trama se forjó a través del cargo de gobernador del estado de Oaxaca… y los intereses compartidos de impulsar una línea aérea entre Madrid y Oaxaca. Esta sería ejecutada finalmente por Air Europa”.
  • “Murat otorgó a De Aldama el título de promotor cultural, turístico, comercial y económico del estado de Oaxaca. El comisionista de la trama Ábalos ya tenía el de cónsul honorario de España en ese estado en el sur del país”.
  • “También Oaxaca apareció como patrocinador del club de futbol de De Aldama, el Zamora. De este patrocinio queda constancia, pero Murat asegura que no pagó nada”.
  • En esta historia de corrupción también aparece Pedro Haces, “un político, sindicalista y empresario taurino mexicano”.
  • “La prensa mexicana ha vinculado a Murat con Haces a través de contratos millonarios que el exgobernador concedió a la empresa de limpiezas del sindicalista”.
  • “Haces, militante de Morena, es, como Murat, senador en el Congreso de la Unión”.

Pedro Haces, Alejandro Murat y Manuel Velasco son verdaderas vergüenzas para Morena, ya que actúan con la vulgaridad y la incultura de quienes nunca han sido de izquierda pero se acercaron a la 4T gracias a que lograron el perdón o la liberación de parte de AMLO y en la actualidad utilizan la influencia que les da el ser más o menos importantes en el morenismo, no para hacer el bien, sino para los negocios.

La nota de The Objective debe ser analizada con seriedad en México. En efecto, se trata de un proyecto financiado por las derechas latinoamericanas y española —sería algo así como la versión ibérica de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, fundado por Claudio X. González—.

A The Objective dinero le sobra para reclutar periodistas de prestigio. Ahí colabora un histórico del periodismo en nuestra lengua, Juan Luis Cebrián, director fundador de El País. Participa otro exdirector de ese diario, Antonio Caño. Harán todo lo que puedan para manchar a Claudia Sheinbaum. Es lo que quieren quienes les patrocinan, hombres y mujeres de dinero que se preocupan por el avance de la izquierda en México.

Claro está, valdría la pena que la presidenta de México se deslindara de los nuevos izquierdistas como Velasco, Murat y Haces, ya que tienen colas demasiado largas que por vulgares no logran esconder y, de esa manera, solo aportan desprestigio al proyecto del segundo piso de la 4T.