En busca de noticias impactantes que lo reposicionen ante una nación que ya muestra claros signos de decepción por sus nulos resultados y su forma de gobernar y, desde su megalomanía, al pretender compararse con uno de los grandes expresidentes de México, el General, Lázaro Cárdenas del Río, López Obrador lanzó un decreto “expropiatorio” sobre el Litio.

Ni es lo mismo, ni es igual

El 18 de marzo de 1938, el General Lázaro Cárdenas realizó la expropiación de la industria petrolera, justificada, entre otras cosas, en que en esos momentos, con el petróleo como principal energético en el mundo y atravesando por la Segunda Guerra Mundial, el Estado mexicano no tenía control sobre esa industria y su explotación carecía de regulación en el contexto de una transición energética del carbón al petróleo.

Entonces el General Cárdenas entendió la necesidad de que el Estado mexicano asumiera el control de la Industria del Petróleo en favor del desarrollo del país y con visión de estadista, reconoció la necesidad de colaborar con las empresas privadas para “aprovechar de mejor manera los recursos petroleros del país”.

Cárdenas estableció “reglas claras” para que el Estado se apoyara en quienes contaban con la mejor capacidad técnica para su aprovechamiento. A partir de la expropiación se creó Pemex y se generaron importantes alianzas con el sector privado, situación que permitió hacer de la paraestatal una de las cinco empresas más importantes en el ramo a nivel mundial. No se trataba solamente de explotar de manera racional y eficiente el hidrocarburo, sino financiar el desarrollo de la nación.

La “expropiación”

En un contexto relativamente similar, de tensión internacional entre Rusia, China y Estados Unidos, y en un proceso de transición energética rumbo a las energías renovables y sustentables, uno de los temas más trascendentes es el de la movilidad, donde energías de diferente origen como el Litio y el Hidrogeno Verde, más pronto que tarde sustituirán a la gasolina.

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Muy pronto el Litio despertó el apetito de las grandes potencias que pretenden hacerse del control de la principal materia para la fabricación de las baterías para los automóviles eléctricos y ahí es donde México se podría posicionar como una potencia en el ramo.

Lamentablemente, la visión miope de AMLO y su obsesiva ambición de poder y de reconocimiento, lo hizo caer en acciones demagógicas, “engaña bobos”, que nada tienen que ver con la visión del General Cárdenas o con una visión de Estado.

AMLO vacila, confunde y genera falsos y contradictorios debates

Primero, el Artículo 27 de la Constitución establece el dominio de la nación sobre los recursos naturales que se encuentran en el suelo y en el subsuelo. En otras palabras, el Litio ya estaba nacionalizado desde el decreto del presidente Cárdenas del Río.

Su demagogia lo lleva, según el momento y su conveniencia personal, a dar diferente tratamiento a un mismo tema. En su mañanera del 26 de junio de 2020 señaló que el Artículo 27 de la Constitución establece el dominio de la nación sobre los recursos naturales en el subsuelo y que por lo tanto ya no era necesaria la nacionalización.

Sin embargo, como un acto espectacular el pasado viernes dijo: “Vamos a nacionalizar el litio para que no lo puedan explotar los extranjeros ni de Rusia, ni de China, ni de Estados Unidos, el petróleo y el litio son de la nación, del pueblo de México”.

También pareciera que olvidó que en 2021, asesorado por el expresidente de Bolivia, Evo Morales, anunció que la explotación del mineral estaría a cargo del Estado y anunció también que se “respetaría” el permiso otorgado a la empresa china Ganfeng Lithium, socia de la inglesa Bacanora Lithium, para explotar el recurso en la mina en Sonora.

Tras una serie de reformas mediante las que se establece que no se otorgarán concesiones, licencias, contratos, permisos o autorizaciones en abril de 2022, oficializó la utilidad pública del litio, aunque en todo momento se ha mostrado abierto a recursos privados, en particular de sus socios del T-MEC.

Entre esas iniciativas se creó la empresa LitioMx, en la cual puso al frente, como es su costumbre de recurrir al nepotismo, a Pablo Daniel Taddei, hijo del superdelegado de Sonora, Pablo Taddei.

Faramalla y chovinismo fascistoide

A pesar del Decreto, o el discurso chovinista, aún no se sabe si participará la empresa China que ya tiene una concesión o si lo harán las empresas estadounidenses y canadienses en el marco del T-MEC o solamente LitioMx.

Tampoco se sabe si la comercialización del Litio estará abierta al mundo entero o a empresas automotrices estadounidenses como Tesla.

Lo que realmente se requiere para aprovechar el potencial de México, es un sistema regulatorio que permita la explotación racional del litio y que genere riqueza a la nación, tal como lo hizo Cárdenas, no mentiras y mentiras para justificar su visión miope, retrograda y sobre todo demagógica.

Twitter: @diaz_manuel