Si no es excesivamente complicado estudiar economía, graduarse en una escuela de leyes resulta mucho más fácil. A pesar de lo senciillito de pasar los exámenes de derecho, don Felipe Calderón no destacó como estudiante, menos aún como abogado.
Pues bien, ese hombre de tan pocas luces intelectuales ahora exige que la economista propuesta por AMLO para ser gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja, le demuestre a él, al incompetente Calderón, que ella —economista del Tecnológico de Monterrey con maestría en el Colegio de México— es una funcionaria que sabe de teoría monetaria.
Más allá de que el marido de la señora Zavala es un pobre diablo que de teoría económica no entiende nada, él sólo está repitiendo, como perro de rancho, lo que afirman en conversaciones de WhatsApp no pocos arrogantes economistas, casi todos del ITAM —por cierto, ya expulsados del poder político—: que solo ellos, neoliberales y mamones, solo quienes dominaron durante décadas las estructuras económicas y financieras del gobierno federal, tienen capacidad para encabezar el banco central.
Es una tontería pensar que solo los economistas que han trabajado en el sector público desde los tiempos de Salinas, inclusive desde De la Madrid, tienen conocimientos suficientes de teoría monetaria. La verdad de las cosas, tal teoría cualquier universitario con una mínima preparación en matemáticas puede dominarla. Calderón no, desde luego: es abogado, por lo tanto se le atragantan las raíces cuadradas, y además juega en la liga de los abogados de abajo, los malitos o de plano burros.
Creo que fue Bertrand Russell, genio de la filosofía y la lógica matemática, quien dijo que los expertos en finanzas deberían pasar todos exámenes de economía, pero también de poesía griega. Por haber estudiado en el Tecnológico de Monterrey y en el Colegio de México, Victoria Rodríguez Ceja garantiza que pasa cualquier prueba relacionada con la teoría económica. Por haber estado profesionalmente cerca de Andrés Manuel durante años, no hay duda de que es una mujer sensible y culta que alimenta su espíritu con poesía, griega, sí, —traducida, por supuesto—, pero también en español, de preferencia poesía mexicana. Un presidente que cuando fue jefe de gobierno construyó los puentes “De los Poetas”, solo puede tener colaboradores y colaboradoras amantes de la mejor literatura, algo que no abundaba entre los y las tecnócratas de los ya superados tiempos del panismo y el priismo.
Federico Arreola en Twitter: @FedericoArreola