Estira y afloja
Humillación, porque no hay medias humillaciones ni pocas, solo las hay. El América ha sido evidenciado, masacrado, pese a que el marcador terminó cerrado, nada que ver con la realidad en el campo del Estadio Azteca.
San Luis exhibió hechos que pocos han aceptado, el América de Santiago Solari, de Santiago Baños, no funciona, no sirve para maldita la cosa. En el Azteca se paró un equipo, que había anunciado a su nuevo entrenador un día antes (y sin que estuviera en la cancha), y aún así derrotó ampliamente al equipo “bien dirigido” con “excelentes refuerzos”. Una pena, porque seguramente a Emilio Azcárraga le han vendido otras versiones, sobre todo, cuando le piden dinero para refuerzos de poca monta como Meré, Fidalgo, Zendejas, Otero, en fin, venderles humo es la especialidad donde el empleado engaña al dueño, como si fuera normal.
Y así, los potosinos humillaron al América en el Azteca, la peor derrota del equipo en su propio estadio en décadas, pero habrá los defensores de lo indefendible y dirán que fue dramático, porque de 0-3 se fue al 2-3 y eso tapa, para los “porristas” en lo medios, la pésima exhibición de la noche de sábado.
Solari no sabe nada del futbol mexicano y mucho menos de lo que significa el América. Baños es un cínico y Diego Ramírez un improvisado, y su director o presidente de futbol, Joaquín Balcárcel, un mediador y operador, que sin aparecer, no reconoce lo que realmente sucede en el club. En esas manos tiene Emilio Azcárraga a su “querido” equipo.
Si nadie, absolutamente nadie se dio cuenta de la humillación en el Azteca, entonces, que sigan engañando al dueño, al fin, él paga.