El pasado 28 de enero, Ticketmaster anunció que tras varias reuniones con Profeco, cambiaría su política de reembolso a fin de que se hicieran devoluciones por eventos pospuestos.
Supuestamente, antes sólo se podían pedir devoluciones por eventos cancelados, pero la iniciativa ya estaba anunciada en la página de Ticketmaster meses antes de que fuera publicada con bombo y platillos, como si realmente les hubieran jalado las orejas.
Esto hace pensar, ¿qué logró Profeco entonces, tras las innumerables reuniones que dice haber tenido con Ticketmaster?
Peor aún, desde el 28 de enero (en realidad, desde mucho antes) es imposible lograr la devolución de un evento pospuesto, si la compra se realizó a través de WILL CALL; es decir, pagaste mediante la página web y recogiste los boletos en alguno de los centros.
Tampoco es posible entrar en comunicación con Ticketmaster vía telefónica, redes sociales o correo; es como si hubieran bloqueado cualquier vía de reclamo.
Lo más preocupante es que parece tener un sistema fraudulento para engañar al consumidor: hacen como que solucionan, pero no. Tras insistir en múltiples ocasiones, te piden datos, los proporcionas y afirman que responderán en cuestión de minutos, pero esperan a que sean casi las 18:00 horas y mandan un mensaje sólo para recordarte que al día siguiente hay que empezar de cero porque ya se terminó el horario de servicio.
Y así consecutivamente. Un mega fraude, Ticketmaster.
Y ni hablar de Profeco, que dicen atenderte a través de WhatsApp, pero en cuanto se les informa que el tema es con Ticketmaster, dejan de responder... ¿por qué?
Basta con ingresar a la cuenta oficial de atención a clientes de Ticketmaster México en Twitter (@ServicioTM) para darse cuenta de los cientos de personas que diariamente tratan de solicitar un reembolso, sin ningún éxito. Incluso muchos comentan haber experimentado este sistema de engaño: hacen como que solucionan, pero no.
Como ejemplo, mi caso. Compré dos boletos en enero del 2020 para un evento que Ticketmaster, con motivo del Covid-19, ha pospuesto en por lo menos tres ocasiones. Hasta cierto punto, entendible.
Lo que no es entendible es que en más de dos años no se haya logrado la devolución de ese dinero. Para que así fuera, Ticketmaster te pide anular tus boletos de la siguiente manera:
- A lo largo de cada uno debes escribir la palabra “NULO” con marcador negro
- Romperlos a la mitad, pasando por el código de barras lateral
Sin embargo, ni habiendo hecho ese procedimiento responden, no importa cuántas veces ni por cuántas vías les escribas. Simplemente, te dejan sin tus boletos y sin tu dinero.
Y, sin posibilidades de contacto.
Pasé en varias ocasiones por el mismo procedimiento: te piden datos y afirman que responderán en minutos, pero esperan a que el horario de servicio termine para comunicarte que hay que empezar de cero. En cuanto a Profeco, tampoco responden si se trata de Ticketmaster.
En un inicio, te solicitan que indiques el motivo de tu queja, pero en cuanto mencionas a Ticketmaster, se termina el contacto.
Y así se pasan por el arco del triunfo las instrucciones que supuestamente lograron después de sus muchas reuniones anunciadas, como si Profeco hubiera triunfado ante Ticketmaster. Puro show.
Pero eso sí, siguen programando conciertos que no se harán, con tal de que la venta no pare. Y, paradójicamente, siguen haciendo eventos que, a pesar de la pandemia de Covid-19 por la que se supone, posponen encuentros, esos segurito que los van a realizar por la millonada que representan.
¿Les suena Bad Bunny? Bueno, acá tampoco alcanzamos boletos para esta fila virtual llamada " servicios Ticketmaster”.