Sonora Power

Escuché con atención la mayor parte de la conferencia que ofreció el empresario Carlos Slim Helú a medios de comunicación al arranque de esta semana, muy en particular la parte en la que el principal empresario de México, dueño de una vasta fortuna y de importantes medios de producción, habla del presente y el futuro de México.

No dejó de llamarme la atención la empatía total que el magnate profesa por el plan de desarrollo que impulsa la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, bajo la forma del “Plan México”.

Es un asunto notorio que el mayor capitalista del país, empatice con una visión que promueve ante todo la transformación de las relaciones entre capital y trabajo en México, que busca reducir la desigualdad y que propone impulsar el desarrollo industrial y tecnológico, la sustitución de importaciones, la inversión de recursos públicos en el desarrollo de infraestructura y la dignificación del salario, además de los derechos de la una clase trabajadora que ha sido explotada, vendida como mano de obra barata en el pasado, lo que explica en buena medida la realidad de desigualdad que persiste en México.

Es verdad que los programas de bienestar y la políticas de impulso económico sacaron en el pasado reciente a 10 millones 500 mil personas de la pobreza y que con Andrés Manuel López Obrador se le dio vuelta a la rueda de la desigualdad como no se hizo al menos en 50 años.

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Hoy el reto que enfrenta Claudia Sheinbaum es justamente configurar el escenario para que el país alcance una nueva fase de crecimiento sostenido de su economía y nuevos niveles de desarrollo, lo que implica sí mayor competitividad e infraestructura, desarrollo científico y tecnológico, pero también mucho en desarrollo humano, que creo es ala fecha el mayor problema que padece México.

Es necesario claro está, acelerar el paso, sacar a más mexicanos de la pobreza, erradicar la pobreza extrema y dar oportunidades a todos, en todas las regiones.

Carlos Slim lo entendió con perfecta claridad, él tiene una lectura muy clara de que a sus empresas con la visión del “Plan México” les podrá ir bien, es más, bastante mejor que hasta ahora, justo porque se trata de estrategias encaminadas a ampliar el mercado interno.

La mejor receta que un capitalista puede tener a la mano para ampliar sus negocios y acrecentar su fortuna es ganar más clientes y con la visión de desarrollo humanista que promueve la Cuarta Transformación, esa es la perspectiva.

Más egresados de universidades y escuelas técnicas para incorporarse al nuevo desarrollo tecnológico de México. Más inversiones de recursos privados, nacionales, extranjeros en el desarrollo de esas industrias.

Más inversiones del gobierno, es decir de los recursos públicos en ciencia y tecnología, en infraestructura energética y de comunicaciones, desarrollo en áreas que son consideradas economía del conocimiento.

Más crecimiento a partir de la inversión del 25% del PIB.

Todo esto se traduce en más bienestar del pueblo de México, es más consumidores y por lo tanto en más ventas.

Slim Helú es mucho muy listo y lo alcanza a ver, incluso considera que las amenazas de que caigan aranceles sobre la economía mexicana, no son para tanto y que los planes A, B, C, D y los que se acumulen que ha diseñado el gobierno e Claudia Sheinbaum para contrarrestar esas amenazas, son pasos en el sentido correcto.

Con lo que si no va de acuerdo Carlos Slim es con la posibilidad de una reforma fiscal, como la que viene planteándooslo (ahora sí) la oposición, considera que las reglas del juego actuales son justas y que México con esos elementos, y con una fuerte dosis de inversiones privadas (el 80% dijo) y un empuje correcto de la inversión pública (en las áreas estratégicas ya descritas) podrá mantener el paso.

Vamos, incluso aseguro que los aranceles que pretende imponer Donald Trump se compensarían de inmediato con una revalorización del dólar frente al peso y con estrategias agresivas para abaratar el costo del dinero y otras más.

México, anticipó Carlos Slim, seguirá en crecimiento, con o sin los aranceles porque hay un proyecto y una visión de desarrollo que antes no se tuvieron y porque se busca sacar partido de los elementos de desarrollo, innovación, tecnología, infraestructura, mercado interno, logística y ubicación geográfica.

Me gustó mucho su diagnóstico y la visión de que a México con la gestión correcta (como la que emprende Claudia Sheinbaum) no lo para nadie.

Hay ya pronósticos que apuntan a que en el año 2050, es decir en solo 25 años, México podrá colocarse como la sétima mayor economía del mundo, por encima de Japón, Reino Unido, Alemania, Italia, Francia y Canadá y solo detrás de China, Estados Unidos, La India, Indonesia, Brasil y Rusia.

Esa tendencia tiene que ver con la nueva economía del mundo y con el cambio de patrón en los centros de desarrollo industrial, la abundancia de recursos naturales y de recursos humanos.

Correspondencia a demiandu1@me.com | X: @Demiandu

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