Dos días de apagones. Pueblos completos en Querétaro, Hidalgo, Estado de México, San Luis Potosí y más entidades asfixiadas por la excesiva demanda energética en medio de temperaturas que rebasan la antigua normalidad. San Miguel de Allende en la penumbra. Una Comisión Federal de Electricidad rebasada. Sin capacidad de producir energía para la alta demanda. Lo excepcional: temperaturas extremas que justifican una alta demanda por el uso de aire acondicionado. El problema: un desprecio sistemático a las energías limpias al tiempo que se utilizan las viejas energías fósiles.

Mientras California desafía al sol con una revolución energética, México se enfrenta a una oscuridad preocupante. En el estado dorado, la energía solar está demostrando su valía, con una quinta parte de la electricidad utilizada por la noche proveniente de paneles solares. Mientras tanto, en México, las altas temperaturas y la estructura nacionalista parecen colapsar bajo la sobrecarga del estrés eléctrico, dejando a muchos en la penumbra de los apagones.

El contraste con Estados Unidos es aún más marcado. El gigante del norte ha aumentado su capacidad de almacenamiento eléctrico por diez desde 2020, liderado por California, que ha instalado 10.000 MW en baterías y está reduciendo rápidamente el uso de combustibles fósiles durante las horas nocturnas. En México, el potencial de la energía solar sigue en gran parte desaprovechado, mientras el país lucha por mantener encendidas las luces.

La revolución de las baterías en California es un ejemplo claro de cómo se puede suavizar las fluctuaciones en la red eléctrica y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Las baterías estacionarias no solo facilitan la integración de energías renovables, sino que también contribuyen a una red eléctrica más estable y sostenible.

La inversión en energía solar y baterías podría proporcionar a México la luz al final del túnel de los apagones. Permitir a empresas privadas generar energía solar y realizar inversiones significativas en paneles solares y almacenamiento podría aumentar la capacidad energética del país y reducir su dependencia de combustibles contaminantes.

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Sin embargo, México enfrenta desafíos importantes. Las baterías siguen siendo caras y dependientes de importaciones, y se necesitan avances tecnológicos para lograr un uso más eficiente y seguro. Sin embargo, la urgencia es clara: el país no puede permitirse quedarse a oscuras en medio de una crisis energética y climática.

Es hora de que México mire hacia el sol y siga el ejemplo de California en su camino hacia una energía más limpia y sostenible. El rumbo que tome el país en materia energética no puede ignorar la urgencia del cambio climático ni el potencial transformador de la energía solar. La luz del sol está ahí, esperando ser aprovechada. Es hora de encender el futuro de México con energía renovable.

No se trata únicamente del aprovechamiento de la energía solar sino de la reconsideración sobre permitir que particulares generen energías limpias, cuyo excedente pueda ser aprovechado por el Estado Mexicano.

Se trata de la honestidad y transparencia para entender qué capacidad guarda actualmente la CFE y qué tantos apagones vendrán. Cómo es posible almacenar la energía y generarla sin convertirse en adversario de la “soberanía nacional”. Qué tanta importancia se le puede brindar al calentamiento global a la luz del calentamiento global.