Sonora Power
La negociación y acuerdos logrados por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo con el presidente de los Estados Unidos, de verdad que nos llevan al escenario de que las cosas marchen bien para México en el futuro.
En política la forma es fondo y creo que la manera tan digna y serena en la que la presidenta mexicana llevó todo este proceso, pone la marca exclusiva sobre el momento importante que vive nuestro país alrededor justamente de la voluntad optimista e inquebrantable de quien es de hecho nuestra líder, más allá de ser quien gobierna y quien ejerce el poder.
Sheinbaum Pardo logró lo que ningún otro presidente en el mundo ha podido conseguir con la versión 2.0 de Donald Trump en la Casa Blanca.
De hecho el presidente estadounidense hizo hincapié en sus publicaciones en el hecho de que decidió cancelar la aplicación de aranceles a México primero por respeto a su homologa y segundo en reconocimiento al buen trabajo que se ha hecho desde nuestro país para frenar el tránsito de drogas como el fentanilo a través de la frontera con Estados Unidos y también en frenar el transito de aspirantes a emigrantes hacia ese país a través de nuestro territorio.
Al respecto divulgó a través de las redes que tomó un acuerdo para que los productos mexicanos contemplados dentro del acuerdo comercial para América del Norte T-MEC no paguen aranceles o tarifas, esto con vigencia al 2 de abril de 2025.
Trump agregó que la relación con la presidenta Sheinbaum ha sido muy buena y que trabajan juntos de manera intensiva para asegurar la frontera.
En esos términos el presidente estadounidense le agradeció a Sheinbaum por su trabajo duro para llegar a este punto y por su colaboración.
Incluso en una declaración a los medios que cubren la Casa Blanca Trump lo puso claro:
“Hable hoy con la presidenta de México, una mujer maravillosa, y les ayudamos con el problema que tenía que ver con los aranceles. Tuvimos una buena conversación, también discutimos el tema de las drogas y han estado trabajando mucho más duro últimamente ¿han notado eso? Sobre la gente que viene y las drogas y hemos hecho un tremendo progreso en ambas”, expresó.
El acuerdo es muy importante, da tranquilidad a prácticamente todas las cadenas de suministro y a todas las actividades productivas que están enfocada en México a los mercados de exportación. Las ventas de México a Estados Unidos representan el 86% del total, por lo que al final de cuentas la falta de un acuerdo pudo resultar en una catástrofe económica.
Ahora el tema del 2 de abril es muy importante, pues existe la interpretación de algunos medios de que solo se logró posponer las medidas un mes y de hecho la presidenta aclaro que se trata de un acuerdo en el que México deja de ser considerado objeto de aranceles especiales del 25% como medida de presión para que frene tanto el flujo de droga como de ilegales a través de la frontera común.
Esto implicaría que al tener Estados Unidos la visión de aplicar aranceles recíprocos a todos los países del mundo con los que tiene una relación comercial, México tendría una ventaja importante, pues actualmente todo el comercio entre ambos países está libre de aranceles, de tal suerte que nuestro socio comercial no tendría un argumento para considerar alguna tasa arancelaria para el caso mexicano y se podría seguir adelante con el enfoque actual y consolidación del T-MEC a partir de la estrategia de integración regional de productos, de modo que lo que se exporta a la zona comercial de América del Norte deberá tener un 65% de contenidos fabricados y desarrollados en la región.
Este asunto es clave para todos los involucrados, desde las grandes industrias como la minera o la automotriz, hasta los planes del gobierno federal para construir y consolidar infraestructura que permita sacar mejor partido de la cercanía con los Estados Unidos.
Claro está ganan los pequeños productores, los pequeños exportadores, los obreros y los campesinos, porque se garantiza la viabilidad de la economía mexicana y nuestro barco se mantiene a flote.
El acuerdo es un triunfo para México y para la presidenta Sheinbaum, que ya es considerada en diversas publicaciones como la mujer más poderosa e influyente en el mundo, justo por su capacidad de liderazgo, por el respaldo que tiene de su pueblo y por su muy certero empeño de sacar acuerdos, aún en las circunstancias más adversas.
Ahora como lección ante la vulnerabilidad mostrada por nuestro país a las decisiones y abruptos cambios de opinión que puedan venir de Washington, sin duda será fundamental comenzar a construir hacia el futuro estrategias que incidan en al menos 5 líneas de trabajo.
Por una parte seguir fortaleciendo al mercado interno con políticas salariales que mejoren la percepción de los trabajadores mexicanos e incidiéndolas claro en los grupos más vulnerables a partir de los programas de bienestar; México necesita de generar mayores equilibrios internos y consolidar el enfoque de la movilidad social.
Segundo mejorar y ampliar nuestra infraestructura de comunicaciones, es decir puertos marítimos y fronterizos, carreteras, ferrocarriles, aeropuertos a fin de ser cada vez más competitivos como centro logístico de alcance internacional.
Tercero, dinamizar nuestro plan de desarrollo industrial a partir de los principios del “Plan México”, para construir parques industriales, corredores fiscales y polos de desarrollo, meternos en la industria tecnológica y en la economía del conocimiento, aplicarnos en la transferencia de tecnología a fin de hacer aquí en México de manera más eficiente y económica lo que hoy importamos de otros lugares del mundo, particularmente Asia y Europa.
Cuarto avanzar en la autosuficiencia tanto en generación de electricidad (clave para el desarrollo industrial) como en abasto de combustibles, a fin de dejar de vender petróleo crudo al exterior y comprar gasolina procesada; por supuesto en esto la soberanía alimentaria también es un tema esencial, México puede y debe producir los alimentos que consumimos los mexicanos.
Y quinto, dar pasos firmes a la diversificación de los destinos para los productos hechos en México, de modo que la identidad de lo hecho en México gane presencia en todo el mundo, con productos industrializados de alto valor, a fin de no depender exclusivamente de los Estados Unidos.
Todos estos procesos toman mucho tiempo, requieren de inversiones, iniciativa y de mucha creatividad, pero creo que los acuerdos con nuestro mayor socio comercial, nos dan el espacio para hacerlo sin estar entre la espada y la pared.