Al obispo Miguel Ángel Alba Díaz se le terminó el corrido. Después de 26 años de trabajo episcopal colgará la sotana y guardará la mitra. Pasará a la historia como el obispo que apenitas pudo mantener a la Diócesis de La Paz.
Alba Díaz se caracterizó por su cercanía e influencia sobre la clase política y económica de Baja California Sur. Usaba el sermón para espantar a sus feligreses de las decisiones políticas. El arma discursiva que le permitió mantener su dominio incluso con los medios de comunicación que forman parte de su rebaño.
Abusos de sacerdotes en BCS
Durante su administración no dio importancia a los escándalos de abusos cometidos por sus sacerdotes abogando por ellos antes las familias de las víctimas para evitar denuncias judiciales. Evitar el escándalo. Hasta la fecha muchas de las víctimas no se atreven hacerlo público.
Cuando trabajaba en El Sudcaliforniano por allá, en el 2009, de los temas que le incomodaban más eran los relacionados con abusos o pederastia de sacerdotes. Sí contestaba, pero recuerdo una vez que me tomó del brazo para apartarme de un grupo de reporteros, para cuestionarme bajito la terquedad mía de preguntarle de estos asuntos.
La Agencia EFE de noticias informó, en 2020, que en la última década la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se registraron 426 investigaciones a sacerdotes católicos. En 2014, la Diócesis de La Paz reconoció la existencia de agresiones sexuales de los hombres de sotana.
Cisma
En 2020, José Isabel Macías Alcalá o conocido por la mayoría como el padre Chabelo, inició un movimiento dentro de la diócesis que lo confrontó con Alba Díaz.
El cisma era inminente. Sin embargo, el derecho eclesiástico para ejercer le fueron suspendidos “A Divinis”, luego de 10 años de ministerio sacerdotal en la parroquia de El Centenario.
El obispo político
Alba Díaz usó el poder de la iglesia en los últimos años de su estadía para combatir la oleada de reformas aprobadas en 2019. La primera acción que criticó fue la aprobación del matrimonio igualitario.
Al respecto opinó: “Con ello ustedes imponen a nuestra sociedad convicciones ideológicas que no todos compartimos y que son parte de una agenda global con la que grandes intereses políticos y económicos pretenden colonizar al mundo entero, destruyendo la identidad cultural y la idiosincrasia propia de cada pueblo”.
Alba Díaz también solicitó en el pasado al gobernador Carlos Mendoza Davis derogar el matrimonio igualitario y se pronunció a favor de las terapias de conversión.
Acerca de la legalización del aborto el 30 de junio de 2021, entre sus desatinadas opiniones resaltó la siguiente: “No existe la interrupción del embarazo. Existe el aborto que, si no es espontáneo, consiste en la eliminación voluntaria de un individuo humano en estado de gestación, lo cual siempre será un crimen, por más comprensibles que sean las razones que induzcan al mismo”. Sí, criminalizando a la mujer desde su posición de poder.
Durante el proceso electoral de 2021, donde fue elegido Víctor Castro Cosío, lanzó frases que favorecían a la coalición Unidos Contigo. Llamó a su rebaño a salir a votar para evitar “la dictadura de una persona o un partido como lo fue el PRI por 70 años”. Preferible era para Alba Díaz faltar a misa que a las urnas.
Tras las luchas perdidas, y con el cambio de gobierno estatal en 2021, comenzó una embestida discursiva hablando de la violencia. Utilizando hábilmente tópicos relacionados con la inseguridad que, ciertamente aquejaban a la sociedad sudcaliforniana, las transformó en municiones discursivas para criticar a la administración morenista y enfrascándose en una pelea mediática con el gobernador Víctor Castro Cosío.
Los señalamientos iban desde el cobro de piso a comerciantes y pescadores, reveló en homilía que un grupo armado irrumpió una de sus iglesias y una vez recomendó un pacto con el crimen organizado.
Criticó el incremento de feminicidios y desapariciones forzadas. Bueno, ya en las últimas, se lanzó contra la reforma electoral: “presenta riesgos de regresión, a tiempos autoritarios, peligro, cuidado tiene cosas buenas, pero nosotros no la apoyamos”. Todo servía para su juego político.
La viga de Alba Díaz
El 24 de enero de 2023, Miguel Ángel Alba Díaz, a sus 72 años se fue. Dejó una Diócesis de La Paz muy debilitada por el pésimo manejo. BCS cambió y la iglesia católica siguió igual. El presbítero Miguel Ángel Espinosa Garza de la parroquia del Rosario de Monterrey, es el obispo coadjutor quien llevará las riendas. Espinosa Garza tiene la tarea de recuperar la confianza de sus feligreses. Veremos cuál será el rol en torno a la política local. Aunque algunos políticos, a la vieja usanza, fueron al evento a presentar sus respetos.
El obispo que se fue tuvo una clara agenda política en sus últimos años. Yo lo recordaré como el patriarca que ocultó la pederastia clerical y, en uno de estos casos, convenció a una familia a no denunciar a sus padres ante el sistema de justicia de BCS. El obispo que se va vio la paja en el ojo ajeno, pero no quiso nunca ver la enorme viga en el suyo.