Tristemente y como nunca antes, el sentimiento de odio ha trascendido de manera inimaginable. Y es que lo puedes notar en todos lados, en las calles, en las reuniones familiares, hasta en los grupos de WhatsApp, pleitos familiares, rupturas amorosas, entre amigos, etc.

No sé si tenga que ver el calor, como nos aseguró hace tiempo la bella Abelina López, alcaldesa de Acapulco, Guerrero, pues con certeza afirmaba que la gente estaba mucho más neurótica y había más violencia por el calor.

La verdad es que, efectivamente, vaya que ha hecho calor en todo el país. Les puedo platicar que al menos en donde yo vivo, Querétaro el día de ayer el termómetro llegó a los 38 grados. Que yo recuerde esto es inédito.

Obviamente sí, hay un especie de neurosis y de mal humor por ello, pero además se nos ha estado yendo la luz continuamente, para acabarla.

No sé cuál sea el motivo, mi teoría es que las casas aquí en Querétaro están instalando aire acondicionado, cosa que antes no pasaba y no sé si haya una sobrecarga en el suministro de luz que haga que se den estos apagones.

Las columnas más leídas de hoy

Mis respetos para los “maestros” (eso son)  de la Comisión Federal de Electricidad que deben de estar haciendo malabares para restaurar el servicio de luz, porque  no es una cosa sencilla teniendo a todo un país en la obscuridad y en la penumbra.

Manuel Bartlett emitió un comunicado que parece que quien lo escribió fue Cantinflas. Pero en resumidas cuentas se entiende que hubo una falla en la fuente de generación y de plano no pudieron con la demanda. Aunque el tema no es ese, el tema es saber qué van a hacer para que no les vuelva a pasar.

El comunicado fue confuso como confusa es la existencia de Manuel Bartlett y su función en el gobierno.

Imaginen todo el desastre que hubo ayer por este apagón nacional.

Y es así que entre que es por el calor o no los ánimos se encienden y el odio crece.

Me parece lamentable por ejemplo y hablando del odio,  leer tuits en donde la gente se burla con total odio de la apariencia física de las candidatas Xóchitl Gálvez y la de Claudia Sheinbaum.

En ocasiones llamándoles con etiquetas que incluso me dan pena escribir aquí pero que llevan cuatro letras para que se den una idea... Es demasiado el odio.

En la política a veces las cosas se deben de tomar con mucho sentido del humor porque en esta nueva era digital, las redes nos regalan momentos chuscos de las y los candidatos y pues claro que da risa y se vale reírnos también.

Pero de ahí a diseminar el odio y transmitirlo a otros es algo muy desolador.

Yo misma he sentido esta rabia cuando veo al presidente reírse ante la desgracia en su mañanera y hacer chistes de ello.

Pero no quiero convertirme en alguien que no soy. No quiero sentir ese odio como los demás lo sienten y además lo demuestran.

Entonces de entrada he dejado de ver las mañaneras por mi salud mental. Siempre me he preguntado ¿qué es lo que me da paz? Y ver y escuchar al presidente por la mañana no es algo que me brinde paz. Y es que él también está enojado. También recurre al discurso de odio como una forma de debilitarnos.

Porque sí, el odio divide y debilita y eso le viene como anillo al dedo al líder de la nación en estas épocas electorales.

Por otro lado, sí que me parece terrible todo lo que el presidente permitió que se supiera de María Amparo Casar. Con la justificación de que hay que exponer a la gente corrupta se atrevió a difundir toda su información privada y personal, no solo de ella sino de sus hijos... Ahí te das cuenta del odio.

Pero también circuló una foto en donde parece estar Jesús Ernesto en su salón de clases con un amigo dándole un beso en la mejilla. No sé si era el realmente o fue fake, pero la cantidad de cosas que leí que se escribían en X con respecto a ese tema me pareció aterrador. Tanto, que si ese joven cae en adicciones o en algo peor, muchísimos mexicanos serán cómplices de ello. Apenas tiene 16 años.

Lo mismo pasó con las burlas que le propinaron Eduardo Videgaray, Sofía Castro y Juan Ramón San Cristóbal, conductores del programa “La Corneta” contra la hija de Lucero, Lucerito. Se burlaron de su cuerpo y así, a rienda suelda carcajadas por su aspecto y por su físico.

Apenas es una chica de 19 años en donde su autoestima está en proceso de construcción.

Que tres personas a la vez se hayan dedicado a reírse de ella al aire, me parece de lo más bajo. Ellos, San Cristóbal y Videgaray tienen hijas adolescentes. No creo les hubiera hecho feliz que nadie se burlara así de ellas.

Pero parece que el odio se ha vuelto un elemento fundamental para generar likes, rating, conversación.

Humillar hasta lo más profundo a alguien, utilizando palabras soeces y crueles para divertirse es detestable.

Porque estás “conversaciones” cargadas de odio en redes sociales pernean en la sociedad.

Y entonces es una realidad que hay cientos de niños que bullean a otros niños. Cientos de adolescentes que se sientan y se reúnen para reírse de otros más. Jóvenes que se burlan y retan a sus maestros sin piedad haciéndoles incluso que hasta renuncien a su trabajo.

Ya ni se diga el caso de un hombre pegándole con una varilla a una perrita que le daba de comer a sus cachorritos.

¿Y el amor? Quién sabe. A veces no sé en qué momento lo perdimos.

¿Y la cartilla moral de López Obrador sirvió para algo?

Tengo dos hijos adolescentes a los que solamente me queda sugerirles que se rodeen de gente que sepa amar y que brinde amor.

Yo como adulta solo quiero rodearme de personas que sé que sentirán amor por mí en algún modo y de alguna forma y me alejo de todo lo que no me transmita eso, amor.

También es un trabajo personal en brindarle amor a las personas, principalmente con las que vivimos, con nuestros vecinos, con la sociedad.

Amor, compasión, solidaridad.

En mi imaginación y  en mi mundo lleno de utopías me encantaría ver a nuestras dos candidatas unidas porque finalmente tienen un objetivo en común que se llama: México.

Pero hasta entre ellas empieza a haber ya comentarios mucho más hirientes de una hacia la otra.

No se dan cuenta que lo que queremos es paz.

Ojo: yo también me enojo y tengo mis arrebatos pero jamás podré ser capaz de hacerle daño a nadie, por nada, nunca en lo que me quede de vida.

Ojalá hagamos una profunda reflexión acerca de este tema.

El presidente no va a dejar de lanzar dardos cargados de veneno en su mañanera y más ahora que nunca que ya estamos en la recta final de ellas. Pero hagamos oídos sordos y seamos omisos.

Enfoquémonos en cómo podemos mejorar la vida de otro ser humano y qué podemos aportarle al mundo.

Porque si seguimos instalados en esta moda que se trata de “odiar” ¿cuál será el final? ¿Hacia dónde nos va a llevar seguir así?

Si no nos cae bien un candidato o candidata, si estamos hartos de el presidente, hiriéndoles verbalmente no es una opción.

Solo hay que evidenciarlos cuando cometan errores, eso sí, porque para eso están las redes sociales. Para difundir y viralizar. Creo que eso sí se vale.

Por eso es que no solo los candidatos sino todos debemos de andarnos comportando de manera recta y bien derechitos porque en cualquier momento nos graban. Ojo ahí.

Paz y amor querida y querido lector. Construyámoslos juntos. No dejemos que alguien más lo haga por nosotros

Es cuanto.