A veces pienso que todos nos sentimos un poco solos y que esta soledad nos lleva a la amargura y a odiar a otros para sentir un poco de placer.
Porque si no se siente el amor en nosotros, el odio sí y estamos urgidos de sentir “algo”, lo que sea, de la forma que sea. Y por eso es que acudimos al enojo contra otros como una válvula de escape también.
Enfocarnos en odiar a otros y hablar mal de otros nos distrae de nuestra dolorosa realidad y nos permite no hablar de nosotros, pero sí atacar a otros como para desviar la conversación.
Es por eso que leo en X con más y más “apasionamiento” el odio hacia otras personas. Tenemos el caso del odio (mejor conocido como “hate” en inglés) contra Ángela Aguilar y el tema de su relación con Nodal.
Claro está que las agresiones recibidas contra Ángela no son correctas, pienso que el odio contra ella no cesará, no si todavía hay personas que generen discursos y narrativas llenas de odio. Esto se vuelve viral. Las emociones se vuelve virales.
Me entero hoy muy temprano que ella cantará las mañanitas a la Virgen Guadalupana en la Basílica y no debemos olvidar que ante todo es una gran cantante con muchísimo talento. Espero que quizá esta participación en las famosas mañanitas del 12 de diciembre desde la hermosa Basílica puedan “amortiguarle” los petardos llenos de odio que le envía la gente, en redes sobre todo, escudándose tras una pantalla por supuesto, pero sí logrando con tal odio debilitarla y como diría la juventud, “funarla” (que quiere decir “cancelarla” es decir, invisibilizarla y ese tipo de bullying es de lo más hiriente que puede haber. Es como aplicarle “la ley de hielo”.
Otro ejemplo lo tenemos contra las tres chicas ganadoras de “La Casa de los Famosos”. Ellas han hecho públicas algunas desavenencias entre ellas y eso ha bastado para que las fans de cada una de ellas lance todo su odio contra las fans de las demás. Es horrible.
Leo también sin parar mensajes de odio para y contra Claudia Sheinbaum. Creo que López Obrador dejó una “habitación” en su piso de la cuarta transformación, tan llena de odio y el olor y el humo fétido se han escapado y se ha esparcido por todos lados, logrando así que cualquier acto, movimiento o palabra que diga la presidenta sea suficiente para burlarse de ella pero lo más terrible es que las ofensas más dolorosas vienen de una mujer hacia otra.
Si bien y como todos los presidentes han sido cuestionados, el odio contra ellos se ha vuelto infinito.
Claudia Sheinbaum está intentando hacer las cosas bien. Para mí, verla en Brasil en el G20 fue algo lindo, después de 6 años de no ver más que manoteos y gritos, fue esperanzador, pero de nuevo el hate contra ella: La llaman hipócrita, la comparan con una lagartija, y es, claramente, la estela de odio que soltó López Obrador porque se ha dado cuenta de que le ha funcionado pero que esto le ha afectado a la niña de sus ojos: Claudia Sheinbaum ya que la gente que no quería a Andrés Manuel, traspoló su odio hacia Claudia Sheinbaum.
También aunque yo no soy importante, he recibido en mis redes hate a granel.
Yo creo y supongo que Morena le paga a los bots para golpear a todas aquellas cuentas que osen ser críticas de este gobierno.
Hasta en chats con compañeros de trabajo leo ofensas contra otros. Todos contra todos. Como la película “El Gladiador”.
Me he acostumbrado al odio. Lo raro es que me han dejado de seguir personas porque no estoy dispuesta a ser parte de ese odio. Si no odio, soy traicionera. Si no odio, no valgo la pena.
Hace unos días tuve un pre-infarto. Me encontraba sola en la cocina y tuve un dolor que nunca había tenido. Supe que era algo del corazón. Mi intuición y mi experiencia en temas de salud me lo confirmaron.
Hoy, esta que escribe lo hace nuevamente desde la conmiseración de Dios y su piedad, pero he descubierto que no me hace bien odiar tanto.
Claro, por supuesto seguir alzando la voz por la justicia y por un México mejor lo haré hasta el final de mis días.
También me reiré, porque luego los políticos se avientan cada puntada que digo yo: ¡hombre!, uno no puede quedarse seria ante lo que dicen y lo que hacen.
Se acerca Navidad además. Quizá sea un buen momento para profesar un poco mas de amor y que el hate no sea lo que prime en todas las esferas de nuestra vida.
Es difícil, muy difícil luchar contra nuestros propios demonios y así dejar de sentir odio hacia otros.
Creo que todas las emociones que lanzas contra alguien, serán lanzadas contra ti.
Por eso hay que cuidar lo que decimos, escribimos y sentimos.
Y esta recomendación también se la daría a los bots de Morena, que por unas monedas se cargan de odio para lanzar dardos venenosos. ¿Les hace feliz hacer esto?
En fin… hasta aquí mi análisis.
Es cuanto.