“El que apetezca la gloria debe despedirse a tiempo del honor y dominar el difícil arte de irse en el momento oportuno”.
FRIEDRICH WILHELM NIETZSCHE
Sandra Cuevas es una figura polémica. En el tiempo que se ha desempeñado como alcaldesa de la demarcación Cuauhtémoc de la CDMX, contó con un asesor que fue detenido, con muchas mariposas y una alfombra roja en su toma de posesión, con la publicación de una revista para compartir los logros de los primeros 100 días de gobierno y hasta con un lanzamiento de pelotas con billetes de 500 pesos. Cuestionables sus formas de atender a la ciudadanía, de comportarse, de placearse, mas eso no la hace criminal. Tampoco hay razones, creo yo, para que en la vinculación a proceso por presuntas agresiones contra tres elementos de la policía capitalina, se le suspenda de su cargo al frente de la alcaldía. Sin embargo eso ocurrió.
Lo presentado por Ernestina Godoy a la jueza Elma Maruri Carballo fue considerado por esta última como prueba suficiente para dictar el auto de vinculación a proceso por los delitos de robo, abuso de autoridad y discriminación, así como ratificación de la separación del cargo.
La jueza otorgó un plazo de dos meses para el cierre de la investigación por parte de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. El detalle estriba en que, si en dos meses, la alcaldesa no retorna a sus actividades, algunos consideran que, de acuerdo a la Ley Orgánica de Alcaldías de la Ciudad de México, Cuevas no podría regresar a ejercer el puesto por el cual fue elegida democráticamente.
Además de esta laguna legal, por llamarlo suavemente, por supuesto impresionan también las diferentes velocidades a la que va la justicia en nuestro país. Alejandra Cuevas (el primer ‘caso Cuevas’) lleva más de 515 días encerrada por un crimen inexistente y su infierno continúa cortesía de algunos ministros de la Suprema Corte de Justicia.
En el caso de la tragedia de la Línea 12 de Metro, después de más de 10 meses, como culpables solo se tiene a los pernos y nadie más.
Lo mismo sucede con la denuncia en contra de Víctor Romo por un desfalco de 40 millones de pesos en el mercado Escandón y otra por 9 millones de pesos en la Fiscalía, detectados ambos por auditorias de la Contraloría de la Ciudad de México y de la Secretaría de la Función Pública federal y en este caso. La Fiscalía de la CDMX lo mantiene impune, no hay otra manera de ponerlo.
Pero para Sandra Cuevas, la denuncia de los policías se tornó de forma expedita, si bien —podemos apostar— la Fiscalía tardará más de dos meses en cerrar su investigación. Eso garantizaría que la alcaldesa electa no pueda regresar a la alcaldía en tiempo suficiente para no ser destituida permanentemente.
Ello solo sería anecdótico si no fuera porque, al mismo tiempo el gobierno de la CDMX se burlaría de la decisión de más de 120,000 ciudadanos (48% de la votación en la alcaldía) quienes votaron por Cuevas para ocupar la jefatura de la demarcación Cuauhtémoc.
Llama poderosamente la atención este entuerto pues un cargo de elección popular NO puede ser retirado por un juez, sino solamente por el Congreso de la Ciudad de México y únicamente después de un proceso de desafuero.
En este intríngulis jurídico y político, el asunto fundamental sigue siendo uno: después de dos meses de ausencia injustificada del cargo, corresponde a Claudia Sheinbaum poner al nuevo alcalde. Algunos dirán que es temporal y que se debe leer con cuidado la Ley Orgánica de Alcaldías de la Ciudad de México. Pero esta no aplica —vaya, nada dice— para cuando un alcalde se encuentra bajo proceso judicial. Cita ausencias, licencias temporales, así como definitivas, nada sobre la situación en la que se encuentra Cuevas.
Tenemos una legislación bastante maltrecha. Hay lagunas legales, una siendo especificar qué sucede ante la separación del cargo...
¿Puede hablarse de abandono en términos jurídicos? ¿Qué contempla la ley al respecto? Las lagunas legales son tales que tanto el equipo de Cuevas deberá ver cómo sortearlas, como el equipo del gobierno de la Ciudad de México aprovecharlas para agandallarse una alcaldía.
Al mismo tiempo, cabe decir que no se admitieron los videos que Cuevas tiene de sus oficinas cuando los policías aducen que fueron detenidos, golpeados, asaltados estando en estas y que llevó ayer para su presentación. ¿Por qué no se permitió demostrar las diferencias que tienen ellos con el contrato de seguridad privada que complementa las funciones de atención al público en la demarcación (lo que al parecer es el verdadero origen de la disputa)? ¿O admitirán dichas pruebas y alegatos una vez que el plazo fatal de los dos meses haya transcurrido y ya que la alcaldesa no pueda hacer nada por la defensa de sus derechos políticos?
Ernestina Godoy, fiscal de la Ciudad de México, ha armado un caso contra una alcaldesa por un robo —no probado— de un radio y dos cargadores. Llama la atención, no obstante, que ante la violencia que sufre la capital del país, por no hablar solo de robos, se abocara al asunto Cuevas.
¿Qué busca? ¿Su autonomía obedece a intereses jurídicos o políticos? Su actuación deja tanto que desear que es difícil pensar que esto no tiene un móvil político.
Me parece que, a la larga, este capítulo terminará enlodando a la jefatura de gobierno de la capital.
La actuación de Ernestina Godoy (y de su jefa política, Claudia Sheinbaum, por consecuencia) recuerdan los fuertes intereses de los Bejarano-Padierna por recuperar la alcaldía Cuauhtémoc, la cual perdieron en las urnas. No solo eso, pareciera que las enemigas de Padierna (Sandra Cuevas y Rosario Robles), terminan procesadas, no por lo que hicieron, sino por nimiedades no probadas y que no justifican el orden de magnitud de la sanción que han recibido al momento. En el caso de Robles, no es por la estafa maestra, ni por omisiones administrativas que está en prisión, sino por una licencia apócrifa.
Lo que pudo ser una muestra inequívoca de Justicia, se ha convertido en una venganza absoluta y por lo visto es lo que se vislumbra contra Sandra Cuevas.
La manipulación de la justicia llega a niveles insospechados cuando el Instituto Nacional de Migración emitió una alerta migratoria en contra de la alcaldesa suspendida. El Instituto señaló que la alerta se giró derivado de su vinculación a proceso por la autoridad judicial por el probable abuso de autoridad, robo y discriminación en agravio de policías de la Ciudad de México. ¿En serio? ¿Una alerta por el supuesto robo de un radio, pero contra asesinos, rateros y demás ralea, no hay señalamientos en la materia?
Esto no se trata de tener la ‘conciencia tranquila’ como dijo Claudia Sheinbaum, ni de tener autoridad moral como pregona Andrés Manuel López Obrador. Debiera consistir en respetar las leyes y no convertir la justicia en una herramienta para la venganza política.
Los memoriosos podrán recordar que en el 2004 se trató destituir a AMLO por construir una calle sin respetar un amparo. Le permitieron defenderse a diferencia de lo que sucede ahora con Cuevas. A la 4T valdría recordarle que parte del crecimiento de su movimiento fue el ataque asestado entonces contra el hoy primer mandatario.
La gestión de Claudia Sheinbaum peligra en el sentido de ser tachada de antidemocrática; una que no puede cogobernar con la oposición y arrebata los enclaves donde fueron derrotados en las urnas. Una mujer que persigue a otra mujer.
Claudia Sheinbaum está perpetrando los peores ejemplos de López Obrador y, encima, no cuenta con el carisma de éste. Sus acciones avisan a la ciudadanía que ella no respeta la voluntad popular. En ese tenor, bien puede irse despidiendo de la Presidencia… o no, porque, por lo visto en la encuesta de MetricsMx, lo que en buena lógica política debería ocurrir —que los errores de los gobernantes tengan costos para estos—, no afecta a la gente de Morena, al menos no entre sus leales bases. Y es que así como a AMLO sus numerosas crisis no le tiran su aprobación, el affaire Sandra Cuevas no parece haber tenido impacto en Sheinbaum. Pero que no se confíen: hasta los más apasionados morenistas pueden un día despertar del sueño hipnótico.
Aquí las gráficas de la citada encuesta:
Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero