La presidenta constitucional de México, empleando su facultad, ha dictado una serie de designaciones esenciales para la estructuración del funcionamiento de su gobierno. En realidad, esa columna vertebral se expandirá con más nombramientos que la propia Claudia Sheinbaum oficializará en los días venideros. Como es bien sabido, se establecerán ciertos órganos o entidades que se ocuparán de áreas concretas, fundamentalmente en atención a las necesidades. Por ejemplo, ayer pusimos énfasis en los momentos decisivos que atravesamos, especialmente con el plan de reformas constitucionales que se implementarán. Por supuesto, algunas de estas se aplicarán en beneficio del bienestar y los programas de asistencia social.
Durante la época de Andrés Manuel López Obrador, precursor de estos programas sociales, se establecieron los cimientos de este proceso de cambio. Además de lograr los objetivos, las mismas evaluaciones, basadas en datos muy exactos, mostraron un incremento en la calidad de vida y, consecuentemente, una disminución de la desigualdad. En realidad, luchar contra la pobreza es y continuará siendo una de las prioridades del gobierno. Para Claudia Sheinbaum, es claro que esa política se expandirá. Considerando ese compromiso, existe una percepción evidente de que eso, en gran medida, sobrepasará cualquier expectativa. Por lo tanto, el objetivo es poner en marcha todos los mecanismos que persigan mejorar las condiciones sociales.
Eso, en esencia, se realizará por medio de la Secretaría de Bienestar. El expresidente logró delegar esas responsabilidades en cada una de las instituciones, tanto para su funcionamiento como para su crecimiento en todas las zonas del territorio nacional. Por lo tanto, el principal compromiso del gobierno, como hemos observado, es aportar o movilizar una cantidad importante de recursos a los programas sociales, efectivamente, orientados especialmente a los grupos más vulnerables. En realidad, la entrega personalizada ha facilitado que el acceso sea inmediato y sin restricciones. En consecuencia, en el ámbito social actual, las circunstancias son favorables para garantizar que los respaldos alcancen a aquellos que más lo requieren. A esto podemos sumarle el deber que ha adquirido la presidenta constitucional con las estrategias que ha diseñado a través de las distintas instituciones. Una de ellas, desde luego, el Instituto Nacional para la Economía Social.
Como es de conocimiento general, el INAES es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Bienestar. No obstante, posee independencia para tomar decisiones basadas en la agenda social. Y no solo eso, sino que también se lleva a cabo formación y profesionalización en asuntos vinculados al desarrollo de proyectos de producción a escala nacional. Además de contribuir a expandir la ayuda, esto tendrá impactos positivos en el progreso económico, especialmente si se refiere a los sectores más vulnerables. A ellos, mediante una política de inclusión, se incrementará el acceso a las oportunidades con instituciones como el INAES. En realidad, la propia Catalina Monreal, a la cabeza de ese órgano, ha afirmado que habrá una mayor flexibilidad en la aplicación activa en los programas ligados al progreso socioeconómico.
Por esta razón, las políticas públicas se han convertido en un tema de relevancia nacional. En definitiva, los programas sociales son el impulsor principal de la sociedad, especialmente la Secretaría de Bienestar y el INAES. Las dos instituciones, totalmente vinculadas entre sí, persiguen un propósito compartido: asegurar a la población el acceso a las oportunidades y, consecuentemente, mejorar su calidad de vida. Es importante recordar que, hace poco, los resultados del CONEVAL fueron bastante favorables. Esto indica que las estrategias han demostrado ser excesivamente eficaces en comparación con otros sexenios. Nos referimos a una transformación significativa desde la llegada de AMLO hasta ahora. Hoy, con la misma esencia, el objetivo es alcanzar que las demandas se satisfagan en su totalidad. Para ello, Claudia Sheinbaum está decidida a corresponder a la población civil con mayores beneficios.
Desde luego, una de las instituciones más nobles e incluyentes del gobierno federal, es el INAES. Esa institución, con las condiciones inmejorables de presupuesto, tendrá un ejercicio para el 2025 con mayor cobertura y viabilidad financiera para aterrizar proyectos, sobre todo en comunidades rurales. Su papel, entonces, se vuelve crucial para que el impacto de los programas sociales, por su objetivo, repercuta positivamente, especialmente en los sectores con mayor vulnerabilidad.
La propia Catalina Monreal, titular de la institución, ha establecido nuevos objetivos y metas, claro que con planificaciones fundamentadas en la realidad que afecta a los diferentes sectores del país. Dado su potencial del INAES, podemos afirmar que, en gran medida, será uno de los impulsores principales de la política pública de Claudia Sheinbaum. En realidad, el INAES, debido a su alcance nacional, tiene como objetivo establecer un precedente que favorezca el bienestar social, que es, claramente, el emblema que representa el proyecto nacional de la 4T. Se prevé que esto ocurrirá en los meses venideros, especialmente durante la realización del ejercicio presupuestal del 2025.
Primero los pobres. Por lo tanto, y debido a la naturaleza de una institución tan honorable como el INAES, ese órgano se situará, desde esa perspectiva transformadora, en el centro de atención o, en esencia, como un medio capaz de llevar a cabo el seguimiento detallado que ha propuesto Claudia Sheinbaum en pro de la economía social.