Fue tanto el rencor, el odio, la frustración y la sed de venganza que acumuló Andrés Manuel López Obrador en sus largos 14 años de campaña, que cuando finalmente alcanzó su anhelado objetivo de sentarse en la silla presidencial, o se olvidó para qué llegó o llegó con el objetivo claro de destruirlo todo y cobrar facturas. Cualquiera que sea el caso, México y los mexicanos salimos perdiendo.
Lo principal que se perdió en este país fue la tranquilidad; si bien nunca vivimos en Disneylandia, el arribo de López al poder con su eslogan de “abrazos no balazos”, permitió que los delincuentes tuvieran carta abierta para hacer sus fechorías; aumentaron los malos y sus maldades y se desbordó la violencia.
Los números no mienten, el gobierno de la 4T ya superó en homicidios los sexenios de Vicente Fox (60,280), Felipe Calderón (120,463), y Enrique Peña Nieto (156,066). Es decir que, cuando Andrés Manuel entregue el poder, su administración estará en la estadística como en la que se cometió el mayor número de muertes violentas en la historia reciente de México, toda vez que acumula más de 187,337 homicidios en su gobierno con un promedio de 95 por día, 1 cada 15 minutos.
Lo segundo que se perdió fue la salud; lo tercero la educación, y así nos podemos seguir en diferentes rubros y asignaturas. Un sexenio lleno de pérdidas.
Lo que no deja de ser frustrante y más bien diría yo decepcionante, es que tuvo todo para ser uno de los mejores presidentes de México. No sé si no pudo o no quiso.
Lo que sí estoy cierto es que comenzó su sexenio con el pie izquierdo, cometió equivocaciones en las designaciones de su gabinete y al día de hoy ha comenzado a pagar facturas por entregar nombramientos y responsabilidades del máximo nivel a sus amigos y gente de toda su confianza que cumplía el requisito, para él indispensable, de 90% honestidad y 10% experiencia. Hoy está visto que no cumplían ni con lo uno ni con lo otro.
Andrés Manuel erró rotundamente y de ello dio muestras muy temprano. No había siquiera transcurrido un mes de haber resultado triunfador en las elecciones de 2018 cuando vinieron las primeras equivocaciones.
Y así lo consigné en una entrevista con el periodista de El Occidental, Víctor Chávez Ogazón, que fue publicada el 4 de agosto de 2018.
Aquí parte de esa publicación:
“Salvador Cosío Gaona, asegura que el virtual presidente Andrés Manuel López Obrador, a 30 días de su victoria, en su acelere comete errores y tropiezos, lo que le ha valido críticas. ‘No se quitaba aún el confeti de la cabeza y ya anunciaba nombramientos de secretarios, subsecretarios, directores generales y coordinadores’.
Asegura que ‘le faltó tomarse un tiempo para esa luna de miel con la victoria a fin de reflexionar, darse un respiro y observar analíticamente desde todos los ángulos lo ocurrido. No se permitió ese momento incluso para disfrutarlo y ahora lo paga con tropiezos y críticas’.
Cosío Gaona explicó que uno de sus candidatos ‘sin rubor alguno ya echó abajo una de las principales promesas de campaña que más ilusión creó en la sociedad que le dio su voto, como fue la de revertir el insulso gasolinazo’.
Cosío hizo referencia a que ‘también se ha equivocado rotundamente en nombramientos como los anunciados para el sector energético, pues la designación de Norma Rocío Nahle García como secretaria de energía, y de Octavio Romero Oropeza al frente de Pemex, se caracterizan porque a ninguno se le conocen capacidades técnicas o científicas ni experiencia en el manejo de dependencias tan especializadas y altamente complejas, dejando de lado tajantemente la promesa de designar a los mejores especialistas para áreas específicas’.
Pero, destacó, las más severas críticas se las ha ganado al designar a Manuel Bartlett Díaz como titular de la Comisión Federal de Electricidad y añadió que ‘aunque defendió a ultranza ese nombramiento, generó discrepancias hasta al seno de sus grupos más cercanos por designar a un personaje que representa lo más nefasto y corrupto del viejo PRI. Mención especial merece la designación de Josefa González Blanco Ortiz Mena, ya que no muestra en su currículum algún dato que le señale capacidad y experiencia para ser titular de la Semarnat y esa dependencia requiere un perfil con alta especialización’.
Expresó que a partir del primero de diciembre el escenario cambiará.
El día primero de diciembre en que habrá de rendir protesta como presidente de la república también luce lejano, pero serán por demás interesantes los siguientes temas para revisar cómo irán tomando forma o se desvanecen proyectos y ocurrencias como su insistencia de viajar en aviones de línea, la venta del avión presidencial y su idea de prescindir de servicios de seguridad personal.
De igual forma, estaremos atentos a lo referente a la descentralización de secretarías de Estado y dependencias especializadas del gobierno de la república, sobre todo ahora que se publicó que ‘Mover a México’, como ya se le conoce a este proyecto, tendría un costo de 128 mil millones de pesos y tomaría seis años llevarlo a cabo, sin contar que impactaría la vida de 412 mil personas que tendrían que mudarse de ciudad”.
A casi seis años de distancia, Rocío Nahle ha demostrado, además de su incompetencia para el cargo que le fue entregado, que es quizá, una de las integrantes del gabinete más corruptas. Manuel Bartlett, el mismo gandalla que ya conocíamos y sobresaliendo su incapacidad para dirigir una empresa de la magnitud de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que ha generado los apagones que afectan en prácticamente todo el territorio nacional, aunque en buena medida la responsabilidad es compartida con Andrés Manuel a causa de sus fracasadas políticas en la materia. Y no se queda atrás Octavio Romero Oropeza, el ingeniero agrónomo al que le entregaron nada menos que Petróleos Mexicanos, a la cual ha convertido en un barril sin fondo, una empresa fracasada a la que se le sigue inyectando recursos pero que está destinada a desaparecer.
Y también en este punto podríamos seguir nombrando secretarios y directores que resultaron un fiasco.
Andrés Manuel López Obrador, se rodeó de gente mediocre, inexperta, incompetente, y por ello ha tenido que lidiar con asuntos domésticos en lugar de jugar en las grandes ligas.
El titular del ejecutivo se entretuvo tapando hoyos, distrayendo la atención y generando cortinas de humo para cubrir a su gente.
Empleó su tiempo y energía en perseguir periodistas, madres buscadoras, a quienes le reclamaron el desabasto en medicamentos, y en la palabrería de las mañanas y no fue capaz de ver hacia afuera.
La venganza, el rencor, la persecución, lo exhibieron del tamaño que es, un pequeño hombre que pudo ser un estadista, un mandatario al nivel de los mejores del mundo, estar en los grandes foros y ser de los que tomaran las decisiones en el planeta, pero solo le alcanzó para perseguir y acosar a sus adversarios. Un caso muy lamentable.
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