O quizá nunca sirvió, pero hubo un momento, no lo olvidemos en que entretenían al menos, habían momentos cómicos con los “periodistas” entrenados para realizar cuestionamientos absolutamente a modo pero tan irrisorios que eran divertidos, o cuando ponían en la mesa temas que al presidente le hacían feliz y él sonreía encantado y daba una respuesta de 3 horas y temas para desviar la atención.
Había de todo en las Mañaneras pre-COVID: Había música, habían videos, bueno… hasta Benito Bodoque de Don Gato y su Pandilla salió alguna vez, había poesía y hasta trova…
Pero todo esto fue antes de la pandemia, ya en medio de ella la gente estaba aterrada y empezó a perderle lo divertido a las Mañaneras. Lo que importaba y ocupaba era sobrevivir y nada más. Así que cualquier chiste que contara el presidente del COVID, como el famoso momento que sacó de su saquito de siempre una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, diciendo “detente, enemigo, el señor está conmigo” y todos esos alegres comentarios que hacía cómo para transmitir que “aquí no pasaba nada” y que todo era risa. Pero a nadie nos daba risa.
La mañanera entonces poco a poco y cada vez más y más se ha ido volviendo turbia y gris. Las cosas que le duelen al presidente las manifiesta sin tapujo ni filtro alguno en su mañanera, porque para él es su catarsis y su diván, porque ahí puede verter todo el odio que le tiene a cosas, a personas, al pasado, a periodistas, a medios de comunicación, a países…
Hoy desbordó toda su ira contra el periodista Carlos Loret de Mola. Ya se ha escrito tanto de este tema que creo que caigo en el exceso, pero es gravísimo que lo haya exhibido pues coarta así la libertad de expresión que siempre ha tratado de sobrevivir en este país y que agoniza. Pocos medios de comunicación permiten escribir en contra de este gobierno, SDP Noticias lo permite.
Son de esos medios que no debemos dejar morir.
Lo que sí debe de extinguirse son Las Mañaneras, por el bien de todos. Las Mañaneras ya no le están haciendo ningún bien al país. En realidad nunca le hicieron bien pero lograban el objetivo: que se hablara del Presidente. Esa era la idea. Tener en el centro de la conversación al presidente. Y sí se lograba. Porque todo mundo hablaba de lo que había dicho en la mañanera, pero no por afortunado y certero, sino por disparatado y cómico. Ahora hasta trágico.
Hoy, con el tema que tanto le pesa y le duele a Obrador que tiene que ver con su hijo, del que jamás llegó a pensar que se le convertiría en su mayor “enemigo”, las mañaneras ya no son ni chistosas ni aportan nada. La gente está enojada y exige explicaciones muy justas. Y el presidente solo agrede y se enoja.
El presidente ahora se inventa pleitos hasta con otras naciones, todo con tal de " ya por favor” se deje de hablar de su hijo.
Pero no lo está logrando.
¿Qué salida le queda entonces al presidente?
Por supuesto que cancelar la mañanera pero eso no sucederá mientras el presidente viva. ¿Pero al menos no debería de espaciarlas más?
Sé que no lo hará, no, porque es su tabla en el mar, es su espacio psicoanalítico, le brinda la sensación de que, a pesar de sus errores, sigue siendo visto por miles. Es su diván.
Los que no creo soporten mucho seguir cubriéndolo son los periodistas verdaderos, no los pagados para aplaudirle al presidente. Ellos son los que han hecho que las Mañaneras sobrevivan. Ellos y nadie más que ellos. Los que son pagados por este gobierno por supuesto van felices en las mañanas a no decir nada o decir puras estupideces pero sabiendo que ya se embolsaron sus 500 pesos (calculo que es lo que reciban), se venden por muy poquito.
Los periodistas de verdad, parciales, objetivos e íntegros para ellos solo hay silencio, desdén por parte del presidente y olvido por parte de Jesús Cuevas, quien es el que escoge quién habla y quién no, y entonces viene un enorme vacío de que su trabajo trascienda y sean vistos. Entonces no escoge a los que incomodan y confrontan al Presidente. No hay sentimiento de seguridad y de protección para ellos. ¿Porqué insisten en seguir asistiendo?
¿A qué van? Yo sé que de eso viven pero, ¿qué acaso no está tan bien necesitada de vida su dignidad?
En fin… Lo que antes creía el presidente que estaría de su lado, ahora se le devuelve. Su hijo y Las Mañaneras, las armas que él construyó para atacar a sus enemigos y que hoy se han vuelto en contra suya.
De veras el presidente tendría que ser más humilde y reconocer que tanta sobrexposición se está convirtiendo en un profundo descontento en miles de personas. Que su rabia y su ira lo está haciendo perder lo que con tanto trabajo construyó.
Ojalá por ahí alguien lo haga entender. Ojalá.
El periodismo en México está en peligro.