Justa o injustamente, el presidente López Obrador siempre ha cuestionado el periodo que denomina “neoliberal”, con una carga despectiva, racista y clasista.

Fueron “corruptos, rateros y vende patrias que atentaron contra el pueblo” y prometió que su modelo económico cambiaría todo para bien, sobre todo, para la población más desfavorecida.

¿Qué hay de cierto, en que el periodo neoliberal es peor y la cuarta transformación es mejor?

Comencemos con algo: no es defensa del neoliberalismo y se reconoce que sus excesos son catastróficos.

Pero Andrés desde que inició quiso establecer un cambio en el modelo económico enfocado a reducir la pobreza y generar mejores condiciones a través de una mejor distribución del ingreso, sin embargo, como en todo lo que hace y propone, este giro no tuvo un plan, sino intenciones que él consideraba mejores.

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Incluso anunció, aunque no sucedió, un cambio en los indicadores que él considera instrumentos de la “tecnocracia” y del “neoliberalismo”, como el PIB, para mejor medir “el bienestar y la felicidad”.

Interesante, pero:

¿Cómo medimos bienestar y felicidad?

El presidente recurre a conceptos vagos para evitar ser medido con indicadores reales. La razón es muy sencilla: bajo cualquier indicador comparable, la economía en general y entre quienes menos tienen, está peor que antes de 2018.

Por ello poco a poco ha ido sacando de su repertorio la narrativa de la felicidad, porque la población está enojada y decepcionada. En 2022, el índice global de felicidad que publica anualmente las Naciones Unidas coloca a México en un rezagado sitio 46 entre 156 países. Curioso, pero en la cumbre del “periodo neoliberal” entre 2015 y 2018, nos colocaban en el lugar 24.

Es decir, con AMLO la felicidad en México cayó.

La historia según AMLO

No hablemos de felicidad, ya vimos que la población está enojada. Hablemos de los indicadores económicos (“neoliberales”), a partir de cómo recibió AMLO el país y cómo vamos con la 4T.

Ayer en la mañanera tocó clase de historia económica. Habló de los cuatro periodos económicos:

Primero, el “Desarrollo Estabilizador”, su máximo, cuando Adolfo López Mateos implantó el modelo liberal con su equipo encabezado por familiares de Salinas de Gortari, su tío Antonio Ortiz Mena, su padre, Raúl Salinas Lozano y otro tío y abuelo de la embajadora de México en Gran Bretaña, Salomón González Blanco Garrido. Para el compañero, el modelo que mejor ha funcionado en cuanto a crecimiento, con el 6% anual, sin devaluación y sin inflación.

Luego el “Desarrollo Compartido” de Echeverría y López Portillo, donde dijo, hubo crecimiento, pero con devaluación , inflación y endeudamiento. Le faltó recordar que desembocó en una de las peores crisis y depresión económica que duró prácticamente toda la década de los ochenta.

Después, sus peores enemigos:

“Luego empieza el periodo neoliberal, 36 años, muy poco crecimiento, en general, dos por ciento. Per cápita cero, es decir, si se descuenta el crecimiento poblacional, 36 años sin crecimiento económico.

Muchísima concentración de capital en pocas manos, la peor desigualdad que ha habido en la historia y el peor saqueo sin duda de toda la historia de México”.

AMLO

Y, finalmente la Cuarta Transformación:

“Es economía moral, es darles preferencia a los pobres, es impulsar actividades productivas, crear empleos, buscar la autosuficiencia en alimentos, en energéticos.”

AMLO

Y, sin datos ni fuentes verificables, afirmó que su dicho se puede “constatar”. El clásico “se sabe”, que acompaña una aceptación absoluta de sus seguidores. Entonces, le tomamos la palabra y lo verificamos. Sorprendentemente, resultó una burda mentira.

Economía infeliz

Las cifras oficiales de Coneval indican que el porcentaje de población con ingresos inferiores a la línea de pobreza extrema fue 14.9% en 2016, luego bajó a 14% en 2018 (poco más de un millón de personas salieron de la pobreza extrema). Lamentablemente, para 2020, subió hasta 17.2%. Se detuvo la mejora y tuvimos un retroceso brutal con 3.8 millones de nuevos pobres extremos.

¿Qué pasó, señor presidente?

En 2016 la población con ingreso inferior a la línea de pobreza era 50.8%, para 2018 bajó a 49.9% (de nuevo, poco más de un millón salieron adelante), pero para 2020 la cosa volvió a empeorar, 52.8% bajó la línea de pobreza.

¿Qué pasó, señor presidente?

Aseguró que en el “neoliberalismo” el PIB per cápita tuvo crecimiento cero”. Se equivocó (o mintió descaradamente). En 1988 el PIB per cápita real (medido con precios fijos en dólares de 2015) era de $7,079 por persona al año y, para 2018 subimos a $9,945.

En 2019 cayó a $9,819 y en 2020 llegó a 8,922, con lo que quedamos por debajo del nivel de 2011 (¡Se borró más de una década!). Aunque en 2021 tuvimos una leve recuperación a $9,255, no recuperamos el nivel de 2018 y seguimos por debajo de los $9,280 de 2012 y, al ritmo que va la 4T, podría tomar más de 20 años recuperar esa década.

Una vez más, ¿Qué pasó, señor presidente?

Pero quizá donde más desigualdad social ha generado la 4T es en el sector salud. Coneval reporta que la carencia de acceso a servicios de salud en 2016 era de 15.6%; en 2018 se elevó al 16.2%, (tache para Peña Nieto).

Sin embargo, para 2020, a dos años del gobierno de AMLO, la tasa alcanzó el 28.2%. Para mal, pero al menos ya puede decir que en algo superó al periodo neoliberal.

Seguimos, los datos del FMI arrojan que en 2018 México ocupó la posición 49 en crecimiento acumulado entre 50 países y el estimado para 2022 es -2.0%.

El mundo se recupera, México no

AMLO afirmaba que la recuperación seria en V, no fue así. México, después de Argentina, tuvo la peor caída en América Latina y uno de los países que no recuperó su nivel pre-pandemia, como sí lo hicieron Estados Unidos, Canadá y Colombia. Es más, no regresamos al nivel de 2019, cuando México ya estancado, tuvo un decrecimiento en PIB no visto desde la crisis de las hipotecas de 2008, pero sin crisis externa, pura 4T.

Aunque AMLO reconoce el periodo neoliberal de Ortiz Mena, adopta lo peor del modelo echeverrista y lo adereza con sus ocurrencias, generando una burbuja catastrófica para la economía mexicana.