El perrito que fue lanzado por un sujeto a un cazo hirviendo es nuestro perrito, era nuestro perrito. Pero nadie lo adoptó. Nadie lo quiso adoptar.
Ahí, en Tecámac existía un perrito, que seguramente al nacer quedó solo y abandonado. Como pudo, muy seguramente, intentó sobrevivir días y noches, buscando comida y refugio para el frío, y la lluvia o para el calor.
Nadie lo volteó a ver. “Que alguien más lo adopte”, pensaron algunos. “Pobre perrito ojalá no lo atropellen”, pensaron otros.
“Debe de tener mucha hambre” supusieron otros más. Pero nadie se acercó a ayudarlo. Nadie.
La historia del perrito que hoy se tiene o tenia dos nombres : Benito y/o Scooby.
Sí… alguien una vez ya muerto decidió bautizarlo con un nombre como para que el sentimiento de culpa quede atenuado.
Lo cierto es qué hay una realidad que en México tampoco este gobierno quiere ver, por doquier hay cientos de animales vagando por las calles muertos de hambre y soledad… maltratados y sin techo ni comida.
Los ves todos los días, en todas partes donde te detengas en este país.
Aunque debo de reconocer que en la CDMX hay una cultura mucho más amplia contra el maltrato animal que es más común ver a perritos con sus amos paseando en centros comerciales y en cafés.
Sin embargo, aún siguen cientos de ellos anhelando por un hogar. En Querétaro es una constante verlos abandonados, caminando por lugares que jamás habrían podido llegar por ellos mismos, como puentes por ejemplo. Me hacen pensar que la gente simplemente va y los baja de sus autos para abandonarlos. Y los ves tratando de cruzar las calles, los ves mirando a otras personas pero nadie los mira a ellos.
En este país no hay una cultura contra el maltrato animal. Los sigues viendo en los balcones y en las azoteas. Abandonados a su suerte y las familias regodeándose que son muy buenos con los perros por tenerlos en sus azoteas.
Son igual de indolentes e insensibles que el que más.
Benito, el perrito era nuestro, era nuestra responsabilidad. Ahora todo mundo vuelca en odio contra el que lo agredió de esa forma, pero ¿por qué nadie lo adoptó? De esa manera no le hubiera pasado nada a él y a tantos…
“Que lo adopten otros”, pensaron seguramente muchos de los que por ahí lo veían. O quién sabe cuánto camino para llegar a ese punto y encontrarse con su miserable final.
Hace poco estuve en Madrid, en Barcelona, en España, en Florencia. No, no lo cuento para presumirles. Les cuento para contarles que ni un solo día de mi viaje por Europa vi a un animal callejero. Las calles totalmente vacías de perros deambulando buscando amor y comida. En ningún lado.
¿Qué nos hace falta para que eso pase?
Faltan muchas cosas: En primer lugar un presidente enojado, genera enojo. Eso es lo que transmite y esa es la sensación que permea en la gente. Por lo tanto, en lo último que piensan algunas personas es en hacer un acto de amor como es adoptar a un perro.
En segundo lugar, aunque el presidente aseguró hace unos días que la canasta básica de alimentos ya bajó de precio, no es esto cierto y pues sí, es difícil estar al día para tener comida y más para comprar croquetas. Yo acabo de adoptar a dos cachorritas en situación de calle y aunque he notado el aumento en los gastos y cómo el dinero no rinde, finalmente ahí estamos como podemos comiendo ellos y nosotros. Ya con ellas dos tengo 5 perritas a las cuales amamos aunque nadie quiera visitarnos por el olor a perro y pelos volando por todos lados… Tampoco nos atrevemos a invitar a nadie a nuestra casa pues pensamos que les incomoda el olor a tanto perro y tanto desorden.
El punto al que voy es que sí se puede darle una vida digna a un perrito pero al que estás ayudando no es al perrito, el perrito te sana y te ayuda a ti con su incondicional amor y compañía.
Nos brinda una extraña paz que ningún otro ser humano me da.
A Benito lo abandonamos todos en esa calle donde lo agarró el maldito que lo mató.
Que por cierto, no me convence que la persona que detuvieron las autoridades sea el culpable realmente. Me parece que no se parece en nada al del video y que agarraron al primer postor que se ofreció para ello, porque enérgicamente Ernestina Godoy aseguró que lo atraparía. Pero no estoy convencida de que sea él. Quizá es porque nada de lo que hace este gobierno me convence. Y ahora empiezan con sus argucias de que mejor que no declarará en Tecámac sino en el MP de las Palmas en Ecatepec... ¿Por?
El tema es que, al menos, Benito ya está en el cielo seguramente dándole amor a otros porque esa es la misión de los perros en este mundo: amar, amar y amar.
Y al menos también confío en la justicia divina, esa de la que nadie escapa, esa que no hay palanca, conecte o tranza que te libere de ella.
Confío plenamente en ella.
Y esto que quede como lección para todos, todos muy ofendidos por Benito pero, ¿cuándo piensas adoptar a un perrito callejero?
Hazlo. Te invito a que vivas uno de los mejores sentimientos que hay, que es cuando un perrito te mira lleno de amor, como dándote las gracias por haberlo rescatado. Date esa oportunidad.
Deja de lamentar y actúa.
Es cuanto.