El Plan que hoy presentó el presidente de la República ante la inflación que básicamente se enfocaba en que algunos productos de la canasta básica no suban de precio, pareció un buen ejercicio, sobre todo porque buscó consensos en lugar de una imposición de control de precios.
Varias asociaciones y empresarios pusieron de su parte para ayudar al gobierno a que la inflación se mantenga en ciertos parámetros y no llegue al 10%, pero el plan pareció algo acotado y su futuro estaba en duda, dado que no venía acompañado de otras medidas de política fiscal y monetaria.
Sin embargo, cuando hoy, la reserva federal de Estados Unidos elevó en 50 puntos (.5%) la tasa de interés en los Estados Unidos para allá ellos también intentar controlar su inflación ha venido a descarrilar por completo el plan anti-inflación de la 4T.
Esto, pues en los siguientes días el gobierno federal y el Banco de México tendrán que tomar una decisión muy importante, pero solo una: 1) o suben la tasa de interés del Banco de México, lo que hará que también suban los precios de varios productos porque todo sube y es un efecto cascada; o, 2) no suben la tasa de interés, pero entonces el tipo de cambio del peso se va a devaluar porque los inversionistas mundiales van a preferir estar en dólares y en una proporción mucho más reducida en pesos.
También, en caso de que México suba la tasa de interés, va a tener un impacto sobre el crecimiento del país porque se va a preferir tener dinero en los bancos de México o EU en vez de estar invirtiendo para que el país crezca.
Así, en la parte económica, primero se le complicó mucho al presidente por el tema del Covid, y ahora se le complica otra vez por los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania, y su impacto en la economía del mundo.
A esto hay que adicionar que el gobierno federal no ha sido exitoso en implementar políticas públicas anti-cíclicas, por lo que de la mañanera al medio día el panorama económico de México cambió considerablemente. Llama la atención que la Secretaría de Hacienda no hubiera tenido en el radar esta importante decisión de política monetaria norteamericana, cuando era previsible.
Seguramente el presidente de la República va a tratar de minimizar lo que acaba de acontecer en EU y su impacto en México, pero en materia de números, la realidad siempre se impone. Su máxima de “yo tengo otros datos” no va a poder aplicar. Es momento de que el gobierno y el Banco de México, los sindicatos y la industria productiva se junten, todos, a diseñar un plan económico que ayude al país a crecer, pero al mismo tiempo, que contenga medianamente la inflación.
Estamos ante un grave problema que podría marcar todo el sexenio, para quedar en 6 años no solo sin crecimiento económico sino también con inflación, lo que se conoce como estanflación.
Los problemas económicos que antes se describen van a ser un factor en las elecciones que se llevarán a cabo dentro de un mes. Si seguimos con esta falta de crecimiento, más la inflación, parece que, a pesar de la popularidad del Presidente, el electorado en el 2024 va a buscar un cambio de modelo económico, pues la gente vota con la mano en su bolsillo.
Muchos de los temas que han afectado a la economía, reitero, han sido factores externos, pero también el actual Gobierno ha hecho muy poco para incentivar el crecimiento económico. Estamos frente a un problema muy serio. Veremos si la 4T tiene reflejos rápidos o se queda atorada en un plan que el cambio de políticas monetarias en Estados Unidos lo hizo vigente apenas 6 horas.
Javier Tejado Dondé en Twitter: @JTejado