Gianni Infantino habla de lo que le conviene. No hace más que lambisconear con los árabes, enaltecerlos cada vez que puede y presumir el Mundial de Qatar. Pero no habla de los temas trascendentes que se han vivido en Doha durante este mes de copa del mundo, porque claro, no le conviene dar a conocer detalles “menores” como el abuso de autoridad de la policía, el congal que se volvió la concentración de aficionados argentinos en Barwa donde litros y litros de alcohol se sirve diariamente, o bien, nunca hablará o aceptará que en la FIFA ven como una gran posibilidad programar el Mundial 2026 en noviembre, si en el penúltimo mes del año.
Infantino sabe que el mundo de la televisión en el mundo está molesto, son millones y millones de dólares que se pagan por los derechos de transmisión y programarles un Mundial con tan solo tres años y medio de distancia, pondría en riesgo los pagos puntuales. Demasiado dinero, poco espacio de tiempo.
Por eso hay esa gran posibilidad, lo que sería una reverenda estupidez, porque solamente por cuestiones climáticas, estarán cometiendo un atropello. Solamente en Kansas City la temperatura en ese mes tiene un promedio de 12 grados máxima y 2 mínima, igualmente en Nueva York que van de la máxima de 13 grados y mínima de 1 grado. Y así podemos seguir sumando ciudades mundialistas como Toronto, Vancouver, incluso Dallas y Monterrey que van de los 14 a los 5 grados, una reverenda tontería.
Además volver a parar los torneos locales durante el otoño no es del gusto de los clubes, los verdaderos dueños del futbol, porque Infantino ya cree que es dueño hasta de los equipos de ligas locales, por eso anunció con bombo y platillo un mundial de clubes de 32 equipos, en respuesta a la Super Liga que pretende organizar Florentino Pérez, dueño del Real Madrid. Porque además quien participe en dicha liga, será de inmediato desafiliado de FIFA, así que la intimidación resultará para la FIFA.
El plan secreto, que nunca aceptarán. Como no aceptaron cuando en Moscú se pusieron de acuerdo que Qatar 2022 se jugara en noviembre y diciembre, y antes de que lo anunciaran, hasta desmentían a periodistas que informaron oportunamente. Es la misma FIFA de Infantino de como fue con Blatter y Havelange, no ha cambiado nada, absolutamente nada.