Tuvieron que pasar décadas y varios sexenios con diferentes gobiernos, para que al fin un presidente de México diera una oportunidad verdadera a las mujeres en el poder.

El nombramiento de la joven Luisa María Alcalde Luján es justamente una jugada de varias bandas. El tiempo dirá si el presidente ha acertado, pero a priori, aupar a una mujer joven al segundo cargo más importante en el Poder Ejecutivo, es una jugada audaz, que da un mensaje positivo, sobre todo para las generaciones más jóvenes y por supuesto, a las mujeres. La 4T será feminista y de jóvenes, o no será.

Poco se habla de los resultados de la nueva titular de Gobernación al frente de la Secretaría del Trabajo. Habrá opiniones divididas, sobre todo entre el sector más conservador y el empresariado, sin embargo, el resultado más grande ha sido la reforma laboral que ha cambiado el paradigma de la explotación vía outsourcing. Los incrementos al salario mínimo y su operación, han sido tersos. La joven secretaria ha tenido los arrestos necesarios para llevar a buen puerto las nuevas políticas públicas en materia laboral para beneficiar a la clase trabajadora. El mérito ha sido buscar consensos, no culpables ni inocentes, sino arremangarse la blusa y ponerse a trabajar. A eso, le entiende bien.

Me parece por demás interesante cómo desde su posición en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, se desafió el status quo de las relaciones laborales del esquema clásico de trabajo subordinado, al entender que no resuelve las nuevas situaciones, sobre todo en época de pandemia y pos pandemia.

Creo que, con un trabajo serio, discreto y hay que decirlo, constante y leal, Alcalde Luján se ha ganado un hueco en el equipo más cercano de López Obrador. En este gabinete suigéneris de la 4T, un perfil como el de ella, que ofrece soluciones y no problemas, se convierte en un activo más que refrescante para el gobierno.

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El salto es mayúsculo, eso sí. La responsabilidad también. Convertirse en jefa del gabinete, llevar la política interior, y tomar los hilos de la gobernabilidad nacional, es más que relevante. Luisa María Alcalde deberá llevar las relaciones con el Poder Legislativo y Judicial. La joven morenista tiene ante sí, la oportunidad de su vida. En lo personal, le deseo el mayor de los éxitos.

Andrés Manuel López Obrador pasará a la historia en materia de género. Como presidente, ha impulsado como nadie el empoderamiento y desarrollo de mujeres en puestos clave del gobierno. Eso, no se le podrá negar nunca.

Las señales

El nombramiento de la nueva titular de gobernación deja, creo, varios mensajes políticos.

Para empezar, como adelantaba, el presidente da señales de que premia la lealtad. En esa tesitura, se la jugará con su gente hasta el final. No habrá lugar privilegiado para aquellos en quienes tenga dudas sobre su incondicionalidad.

Como adelantaba al inicio, López Obrador apostará por mujeres y jóvenes. La reciente reforma que reduce la edad mínima para la participación política no queda en demagogia.

En consecuencia, de lo anterior, creo que podríamos estar viendo un ejercicio de gabinete transexenal. AMLO lleva los hilos de la sucesión, tiene a las corcholatas en competencia y ha garantizado premios para todos. En ese sentido, el presidente llevará mano en las decisiones del próximo sexenio. Ejemplo, la capacidad y edad tanto de Luisa María Alcalde, como de Alicia Bárcena, son señas de lo que puede venir en el siguiente periodo.

Las corcholatas pueden estar tranquilas. Dijimos que en los nombres de los relevos podría haber claves de la sucesión. López Obrador ha jugado bien sus cartas aquí, pues quienes han llegado a los cargos no aparentan proclividad por alguna u otra corcholata.

Vanessa Félix en Twitter: @vanessafelixmx