“Mi ideal político es el democrático…”
Albert Einstein
Resulta muy interesante analizar todas las opiniones y controversias que han surgido en todos los niveles y latitudes a partir de la propuesta de que los jueces, ministros, magistrados, y otros elementos humanos de trascendencia del poder judicial, tengan que ser ahora elegidos a través del voto popular, es decir, democráticamente.
Si yo fuera juez, repito, yo, ya hubiera empezado a hacer propaganda de mi persona, aún sin que sea considerada como proselitismo, con publicaciones, desde columnas y artículos, hasta libros, participaría muy activamente en redes sociales, incluyendo Facebook, X, Instagram, YouTube, y foros, como en su momento el de “La Trinchera”, que tanto auge y popularidad tuvo, impartiría clases y conferencias, y me daría más a conocer, como juzgador y como persona, para que en su momento, reciba la mayoría de los votos de las personas que me conocieron, que me buscaron, o que me encontraron.
Y yo, también, estoy totalmente de acuerdo con nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador cuando propuso que un licenciado en derecho que se acaba de recibir puede ser elegido como juez o juzgador, reconociendo su interés y pasión que lo acaban de inundar al graduarse como abogado, lo mismo sucede con todos los médicos cuando nos graduamos, ese año estamos plenos de demostrar que somos los mejores.
Con base a la pregunta existencial que ya debe estar circulando por el inconsciente colectivo sobre porqué sólo los jueces, ministros, magistrados, y los elementos del poder judicial ahora tendrán que ser elegidos por vía democrática, también sería interesante plantear que todos los puestos gubernamentales y burocráticos susceptibles de ser elegidos por voto popular, lo sean, incluyendo a líderes sindicales, funcionarios y servidores públicos de alto y mediano nivel, directores de obras y de infraestructura, comisionados de las diferentes instituciones, médicos que ocupan puestos directivos en el sector salud, jefes de seguridad ciudadana, incluyendo a la policía y a la Guardia Nacional, jefes de comunicaciones y transportes, rectores y directivos de universidades y escuelas nacionales y públicas, líderes de grupos sociales minoritarios, etcétera.
Por último, ya sería tiempo de que en México realmente seamos independientes y soberanos, y dejemos de ser comparados y/o influenciados por modelos políticos de otros países, que valorando la situación mundial actual, ninguno, literalmente, ha sido eficaz para lograr la libertad, plusvalía, tranquilidad y el decoro, que todos los seres humanos requerimos para vivir adecuadamente en este planeta Tierra.
Nota histórica agregada: Winston Churchill, seguramente en uno de sus momentos más intensos de reflexión universal, llegó a decir que la democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, a excepción de todos los demás.