La jornada de análisis y discusión sobre el paquete económico se alargó hasta la madrugada de ayer jueves. Al filo de las tres de la mañana, la aplanadora guinda, guiada por Ricardo Monreal, líder y estratega, aprobó el presupuesto para el ejercicio del año 2025. De hecho, la fracción parlamentaria de Morena se encontró con pequeñas resistencias de la oposición que, como veremos de aquí a lo que resta de la legislatura, serán solo espectadores de un tramo en una larga lista de reformas constitucionales que están por concretarse en los próximos meses. Desde luego, la propuesta económica que envió Claudia Sheinbaum, en concreto, se origina en las demandas que más aquejan a la población civil. Visto en ese ángulo, se fortalecerán los programas sociales que, en sí, son el sello principal de la 4T.

Será, además de ello, un presupuesto muy útil para los rubros esenciales para el desarrollo de la población civil. Hablamos de seguridad, educación, salud, campo y ciencia. El aumento al techo financiero para operar esos tópicos, que son parte esencial del proyecto de transformación, serán punta de lanza para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. La buena noticia es que, desde los tiempos de López Obrador, todo se emplea a cabalidad; es decir, el dinero llega a su destino para resolver las demandas y, de paso, concretar los proyectos que se han puesto en marcha. Eso, desde luego, se llevará a cabo al pie de la letra con la presidenta constitucional de México, Claudia Sheinbaum.

En ese sentido, Claudia Sheinbaum, en pleno arranque de su gestión, ha sido merecedora de los reconocimientos que han hecho a nivel nacional e internacional. Forbes, por ejemplo, la sitúa como la cuarta mujer más poderosa del mundo. Destaca, desde luego, la evaluación que distintas metodologías aplican en México. Todas, sin excepción alguna, coinciden en los altos niveles de aprobación que promedian 74%. Para tal efecto, la jefa de Estado, bajo la concepción de su propio estilo, se ha enfocado en dar seguimiento a los trabajos pendientes que, por los tiempos, dejó López Obrador. El compromiso es terminarlos y, de paso, continuar con esa misma tesitura a estas alturas de la consagración de un gobierno legitimado por la inmensa mayoría de la sociedad.

Eso, en principio, habla del poder político que acumuló Claudia Sheinbaum a lo largo de estas semanas. Es, para ser más precisos, un fenómeno social que, aunque no le gusten las comparaciones, esboza estar a la altura del mismo Andrés Manuel López Obrador. Eso, en su esencia, lo dijo el propio AMLO antes de retirarse de los reflectores. Dijo, entre muchas cosas más, que Claudia rompería todos los paradigmas por ser una mujer honesta y trabajadora. Estamos hablando de un poder de otras latitudes; así es como caminará todo su sexenio, aun cuando la oposición, fieles a su estilo, desacrediten sin fundamento la labor. Por esa sencilla razón, es fácil interpretar lo bueno que está por venir.

Todo se basa en la esencia de un proyecto de nación que, como tal, está rindiendo frutos importantes. El mismo presupuesto que se aprobó, sin duda, ahondará en los asuntos más relevantes que tienen que ver con el desarrollo. Sin embargo, se hicieron ajustes necesarios a otros rubros como el poder judicial y órganos que no representan mayor importancia, puesto que, en la mayoría de los casos, tuvieron techos financieros muy excesivos, como el propio caso de los ministros de la Suprema Corte de Justicia. Siendo así, fue una decisión muy acertada de la fracción parlamentaria de Morena que, conscientes de la situación, se ajustaron al monto que propuso la presidenta constitucional para operar las políticas públicas.

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A toda la fracción parlamentaria podemos reconocerles el gran quehacer realizado en el pleno. Resistieron los embates de la oposición, al igual que las descalificaciones del PRIAN. De hecho, la coalición Seguimos Haciendo Historia, como tal, optó por enfocarse en los aspectos que mayor relevancia tienen, como son la asistencia a los sectores más vulnerables del país. ‘Primero los pobres’, que básicamente es el principio esencial de este proyecto de nación que hoy encabeza Claudia Sheinbaum con un poder inmenso que se ha ganado en diez semanas de trabajo.

A ese paso, se visibilizan más mega-proyectos de obra e infraestructura que vendrán a revolucionar la construcción del segundo piso de la 4T. Eso se hace notar con la labor ardua de quienes integran esta plataforma; me refiero a los legisladores que han actuado a tiempo para coronar el primer tramo de reformas constitucionales de gran relevancia como la del poder judicial y la supremacía constitucional, que nos da la impresión, antes de cerrar este año, son las más profundas. Esto ocurre en el mejor momento de lucidez que vive el lopezobradorismo, y qué decir de los gobernadores que, en su inmensa mayoría, son provenientes del movimiento de izquierda.

Por cierto, en la convención de gobernadores la presidenta reconoció el trabajo de los mandatarios en cada una de las entidades, en especial en el tema de las estrategias de seguridad, particularmente en estados que últimamente han sido azotados por la violencia.