“Perdón al que roba y al que mata, pero al que traiciona, nunca.”
E. Zapata
Carta al presidente Andrés Manuel López Obrador:
México es otro país desde su llegada al gobierno, la lucha de tantos años y de tantos mexicanos se ve reflejada en la construcción de esta cuarta transformación que estamos viviendo. El camino no ha sido fácil, en este andar se han quedado muchos compañeros y compañeras que no lograron ver la culminación de este triunfo, tan sólo por recordar algunos nombres: los compañeros Pepe Zamarripa y Humberto Ortiz quienes hicieron un gran trabajo en el Estado de Jalisco. Y así como ellos, muchos otros que con cariño y lealtad entregamos nuestro tiempo, nuestra creatividad y en ocasiones, hasta recursos económicos para apoyar su Proyecto de Nación. Una base militante que desde antes del 2006 se reclutó para defenderlo en contra del desafuero, y así, en cada proceso que dio paso al histórico triunfo de la Presidencia de la República en el 2018.
Recuerdo señor presidente, que no importaba si teníamos un compromiso familiar, una fiesta o algún otro evento, siempre acudimos a su llamado cual si fuéramos soldados porque pensábamos que nuestra presencia y nuestro activismo eran esenciales para la lucha democrática que enfrentábamos. La mayoría no sólo acompañamos su lucha, sino también las de otros movimientos sociales que representaban y siguen representando la búsqueda por una mayor justicia social.
Pero desafortunadamente, pasó lo que tenía que pasar con un partido en el poder, la ambición de políticos “profesionales” que vieron sus barcos naufragar, saltaron a morena con la finalidad de seguir ocupando cargos de representación popular y seguir viviendo del erario. Eso no es ninguna novedad y sabemos que fue parte de la estrategia para ganar la Presidencia. Se hizo a un lado a la militancia que con congruencia promovía el proyecto de nación y que también quería ser parte de esta transformación. Se dio paso a nuevos militantes de otros partidos que si bien antes eran nuestros feroces críticos, ahora son quienes ostentan no sólo cargos de representación popular y en el gobierno federal, si no también, en el partido que significaba un movimiento de regeneración nacional.
La pasada elección interna dejó muy claro que la competencia estaría entre quienes tuvieran poder económico y poder político, un acto muy contrario a su filosofía y a su programa de nación. Al más puro estilo de los partidos de oposición… no, perdón, todavía mucho peor que ellos, se utilizaron las prácticas de acarreo y compra de votos de una manera descomunal, pero además, de una manera completamente inequitativa con aquella militancia que históricamente ha luchado porque en México se respeten los procesos democráticos. Y cómo no habría de ser así, si traían toda la experiencia de su verdadera esencia partidista, nos tomó por sorpresa, sí, pero sobre todo por la complacencia del Presidente de Morena, Mario Delgado y dolorosamente por la complacencia del Presidente de la República, quien había solicitado a funcionarios públicos no intervenir en la elección interna y respetar el estatuto, pero tal parece que fue al revés, que fue una invitación a que intervinieran y utilizaran todos sus recursos para barrer con la militancia de base, incluso utilizando el padrón de los programas sociales, prueba de ello, la vinculación que hubo entre servidores de la nación y coordinadores territoriales de morena comandados en Jalisco por el senador Alejandro Peña.
El compromiso por la defensa de la 4ta. Transformación de esta militante que hoy le escribe y que se siente agraviada por la cúpula de morena, sigue incólume. Sin embargo, la lectura y conclusión que este pasado proceso interno nos deja es: que el principal líder de este movimiento, ya no nos necesita.
Sonia Gutiérrez León en Twitter: @SoniaGutLeon