Todavía hay lecturas y saldos que arrojó el resultado del pasado cinco de junio en que se renovaron seis entidades y donde Morena ganó 4 de 6. Lo cierto es que, con ese porcentaje obtenido, el partido guinda sigue demostrando su capacidad, sobre todo ratificando el efecto del presidente López Obrador que continúa jalando el voto de la población civil.
A pesar de la aplastante derrota que sufrió el PRI, los del tricolor siguen “entusiastas” y con una sonrisa que irradia el miedo de seguir perdiendo territorios importantes ante la incapacidad que muestran para las competencias. No pudieron ni meter las manos, pero se dicen listos para trabajar el proceso que viene en 2023, en el que el Revolucionario Institucional dará la pelea de su vida por retener uno de sus bastiones históricos como el Estado de México. ¿Podrá?
Se antoja dificilísimo por dos factores sencillos que no podemos ignorar: se trata de la peor crisis de la historia que han recibido luego de varias derrotas consecutivas a manos de Morena. Y, por otra parte, los estudios que han medido el pulso de la sociedad anticipan una ventaja de 7 a 8 puntos a favor de Morena. Considerando que el escenario es prematuro, el porcentaje puede aumentar, sobre todo porque los priistas vienen en picada y para nada le sirvió de impulso la elección del 2022 en la que, políticamente, recibieron una paliza en la urnas.
El punto es que para el 2023 se puede repetir ese mismo fenómeno, sobre todo porque Morena ha ganado presencia en el Estado de México. Al mismo tiempo, el PRI ha dejado de figurar como el partido hegemónico; la clave de esa decadencia es que, hoy en día, no tienen cuadros que hagan contrapeso a la gran maquinaria que constituye el partido guinda en estos tiempos.
Será que a partir de este momento- están condenados a perder uno de sus más importantes bastiones a nivel nacional. Hay muchas probabilidades que así sea; Morena partirá como favorito no sólo por las encuestas que desde ahora muestran el gran apoyo ciudadano, sino porque la lógica se hace palpable. Vienen de ser derrotados en Oaxaca e Hidalgo. Y vaya de qué forma.
Por más que Alito le quiera dar vuelta a la hoja, anda de capa caída; no pueden esconder lo evidente, sobre todo por la forma de perder de manera arrolladora. Les pasó una aplanadora y todavía mantienen la esperanza; no podemos negar el buen ánimo, pero de allí a que se repongan de ese vendaval, se percibe complicado y titánico a estas alturas en la que no han logrado recomponerse del 2018, 2021 y por su puesto 2022. ¿Usted cree que lo harán en 2023? Mmmm, tengo mis dudas.
Por lo pronto, Morena parte como favorito y eso, por supuesto, le produce un pavor al PRI ante la posibilidad de perder su bastión más importante en un tiempo en que no figuran como fuerza.
Notas finales
Hay una lectura completa de los resultados del pasado domingo. Hablo, por supuesto, de quiénes de los presidenciables se beneficiaron más con las victorias tomando en cuenta la relación y los bloques que, a lo largo de este proceso, se han construido. Usted saque sus propias conclusiones si tomamos en consideración que ganaron tres senadores que se suman a la larga lista de legisladores como el caso de Sinaloa, Nayarit y Baja California, donde ya gobiernan perfiles que, en su momento, formaron parte de la Cámara Alta. Desde ahí pueden respaldar una candidatura hacia un perfil que, durante tres años, le refrendó su respaldo en la agenda de trabajo. ¡Amor con amor se paga!
Zacatecas
Es la segunda ocasión que menciono que el modelo que adoptó el gobierno de aquella entidad, es idóneo no sólo para impulsar la participación ciudadana, sino para resolver a través de propuestas que nacen desde allí. Fue una buena idea construir las Audiencias de la Transformación donde la autoridad estatal escucha, atiende y resuelve. Eso ha mejorado, sobre todo en la confianza de la población civil que ha visto un mejor Zacatecas luego de que la administración pasada dejó al estado técnicamente quebrado en sus finanzas.
Entonces, si los demás gobiernos en las entidades tomaran ese ejemplo, hablamos de mejores resultados y de una responsabilidad democrática de dar la cara ante la población civil que fue quien tomó la decisión de elegirlos en las urnas.
Encuesta de Morena
La encuesta, el método por medio del cual defenestraron a varios aspirantes que siempre fueron punteros como el caso de la Gubernatura de la Ciudad de México en 2018- es ¡inaceptable! Es un método ya muy gastado y nada confiable. Lo mejor sería una elección con voto secreto, directo y universal: de ser posible, organizado por el INE. Sólo así podrá haber democracia y una alternativa, aseguran los protagonistas que han vivido en carne propia la manipulación y los síntomas de un mecanismo de esa naturaleza, especialmente puesto que desde distintas posiciones se han pronunciado porque exista piso parejo en la sucesión presidencial, sobre todo en Palacio Nacional.