“De marimba y zapateo de diabólicos tambores

Baila su currula'o escupiendo un mal de amores

Suenan sus huesos muertos, su gualicho surte efecto

Y me vence, contra un lecho de rocas se enfurece

Para el mar, para el mar

Para el mar, para el mar

El demonio de labios rojos te llevará

Para el mar, para el mar, para el mar

El demonio de labios rojos te llevará”

CALEQUI

Muchos tuvieron dudas; yo no, lo que sea de cada quien. A veces aparentaban ser oposición. Sin embargo, después de atestiguar las jugarretas de Alejandro Moreno y de Rubén Moreira, secundados por casi todos los diputados priistas, queda claro que el PRIMOR existe y goza de plena salud.

Pensemos, entonces, por un momento también en la vitalidad del sistema de partidos y en el futuro político-social del país; el cómo Morena, que ni partido es, lleva las de ganar. Los otros buscan aliarse para competir (dejen ustedes ganar).

Pareciera que el gran teórico político italiano, Giovanni Sartori, escribiendo sobre los sistemas de partidos de pluralismo polarizado, hubiera externado al respecto de México: “Existen oposiciones bilaterales. Cuando la oposición es unilateral se encuentra situada toda ella a un solo lado respecto del gobierno (como en el bipartidismo), cualquiera que sea el número de estos partidos en la oposición. Estos partidos pueden sumar fuerzas, reconvertirse y presentarse como alternativa de gobierno”.

Eso mismo le funcionó a Juntos Hacemos Historia, un grupo de partidos de ideologías dispares se unieron en torno al lopezobradorismo (ese es el denominador común) y se presentaron como alternativa de gobierno. Hoy lo encabezan.

Volviendo a Sartori, cuando discurre sobre los sistemas bipartidistas menciona: “el sistema bipartidista es el más conocido en ciencia política. La evaluación del sistema suele hacerse en número de escaños, no de resultados electorales. La razón es que los gobiernos se forman y actúan conforme su fuerza en el parlamento/congreso”.

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Con lo cual, viendo la polarización política que se vive en el país, y cómo intentan aglutinarse en alianzas los partidos, mejor tender a conformar dos grandes estructuras: Pro-AMLO y Anti-AMLO (primero en los hechos, luego oficialmente).

Lo que planteo lo hago con absoluta seriedad. De hecho sugiero seguir el ejemplo de López Obrador; los que hace diariamente es utilizar la confrontación, polarizar para ganar. Un “estás conmigo o contra mí”; originalmente atribuido a su mencionado Benito Mussolini (Chi non è con noi è contro di noi). La 4T tiene por bandera y credo a López Obrador. No hay más.

Ya es tiempo que el frente Anti-AMLO también utilice y gane con esa polarización. Que queden fuera los que naveguen a medias tintas; las veletas (Alito las encabeza), también. Aquellos que no puedan definirse anti lopezobradoristas.

Asimismo tendrán que salir por fuerza del sistema bipartidista los institutos políticos que se acercan a quien los alimenta y que por ellos viven, como son el Partido Verde (no ecologista) y demás estirpe.

Por lo que “al partido” pro-AMLO (Morena, PT, PVEM, PRIMOR) se refiere —ya los conocemos—, dejemos se destruyan entre ellos (están a un paso de hacerlo) y que a la nueva estructura anti-AMLO NO se le ocurra “recoger” lo que Morena expulse o deje de lado.

Dirán ustedes —y con razón— que en “el partido” anti-obradorista se necesita una figura que aglutine, que atraiga; una que llegue a ser tan o más conocida que AMLO. Es cierto. El asunto es que la oposición o el anti lopezobradorismo se empecina en buscarlo dentro del sistema político en lugar de hacerlo fuera de este. En el ámbito ciudadano hay grandes opciones.

Este nuevo partido —que no alianza o coalición— requiere de nuevos estatutos, de un nuevo proyecto, de nuevas reglas de vida interna, de nuevos objetivos que sean independientes de afiliaciones partidistas anteriores (primero en la práctica, luego ya será formalmente).

Tendiendo al 2024, ya vamos tarde para abrir la puerta y forjar de manera correcta el bipartidismo en nuestro país. ¡Viva México!