Michoacán tiene un abanico amplio de riquezas naturales, culturales y gastronómicas. Además, es un punto geográfico trascendental de la historia en grandes procesos, desde la lucha por la independencia, hasta la revolución del siglo pasado. Gran parte de ese legado combativo se ha manifestado en las movilizaciones estudiantiles y magisteriales. De hecho, la activa participación social ha causado efectos importantes en los ambientes político-electorales.

En Michoacán, por ejemplo, se dieron las primeras manifestaciones de la Corriente Democrática Nacional que abanderó Cuauhtémoc Cárdenas. Es, claro está, un semillero de liderazgos sociales que, a la postre, han trascendido en el plano nacional. Incluso, su contribución ha echado raíces en el proceso de transformación del país. En pocas palabras, esta nueva cultura no pudo haberse construido sin la participación clave e ideológica que aportó Michoacán. Su influencia, en ese sentido, ha sentado un precedente importante en virtud del desarrollo.

Prueba de ello es que, en este momento, el proceso de transformación ha resultado positivo en las políticas públicas de la entidad. Como sabemos, hace más de dos años Morena ganó la elección y, con ello, marcó el ejercicio de transición que inició el presidente López Obrador. De hecho, eso creó un clima de grandes expectativas para el territorio purépecha. De este modo, quienes radicamos en estas tierras tan bellas, hemos podido constatar el trabajo que se ha logrado, eso sí, a través de acciones concretas.

Recuerdo que, hace unos días, ponderamos el buen trabajo que viene realizando el gobernador de Zacatecas, pues la entidad, de acuerdo con los niveles de crecimiento, ha ido avanzando significativamente. Hasta ahora, los programas sociales son, ni más ni menos, la palanca de impulso y parte especial del progreso social, especialmente de los sectores más vulnerables. Algo parecido vive el estado de Michoacán. Conforme a los datos y evaluación del CONEVAL, la entidad ha dado un salto importante y, con esa cultura participativa, 340 mil michoacanos salieron de la pobreza. Es decir, un 4.5% de la población civil.

Se trata, ni más ni menos, que de un paso importante a nivel nacional. En este caso, hay que destacar el papel que ha hecho el gobernador del estado, Alfredo Ramírez. De hecho, ha logrado, sin ir más lejos, un avance significativo que en otros gobiernos o administraciones no se habían visto reflejados. Entonces, reconociendo esa labor, también tenemos que ponderar los niveles de aceptación que, en gran medida, se atribuyen al quehacer de las políticas públicas.

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De acuerdo con las evaluaciones que miden el desempeño, Alfredo Ramírez, gobernador constitucional de Michoacán, tiene una calificación muy buena, pues más del 56% de la población de esta entidad avala su labor. Esto tiene que ver, en gran medida, con el trabajo que realizan también las dependencias del gobierno. En efecto, ese quehacer nos ha llevado a concluir que, instituciones como la Secretaría de Desarrollo Social, que encabeza Giulianna Bugarini, son uno de los grandes sostenes de desarrollo. Incluso, la relación entre la sociedad y el gobierno, con dependencias como la que citamos, han abierto el compás de una nueva cultura de participación.

El punto es que, con ello, Michoacán ha caminado al desarrollo y la transformación. Se entiende perfectamente que, funcionarias públicas como Bugarini, se han sumado a favor de la causa, especialmente para reducir los índices de vulnerabilidad.

Y para fortalecer el proceso de transformación en Michoacán, la entidad, por ejemplo, cuenta con una lista de presidentes municipales que, hoy por hoy, se han colocado en el ranking de los 130 alcaldes mejor evaluados del país. En un nivel muy óptimo de desempeño, se sitúan los ediles de Apatzingán, Uruapan y Pátzcuaro. Eso prueba que, tanto su labor, como el esquema que han puesto en marcha, tiene repercusiones positivas.

Llama la atención el trabajo que viene realizando José Luis Cruz Lucatero en el municipio de Apatzingán. Nos cuentan que, su principal carta de presentación, fue abrir la puerta del desarrollo innovador que, a la postre, se ha manifestado en crecimiento.

Otro de los municipios que se sitúan en las primeras posiciones es el gobierno municipal de Pátzcuaro. Incluso, la misma revista internacional Forbes, realizó una evaluación de los lugares más acogedores del país y, con una clara ventaja sobre los demás, Pátzcuaro se situó en el lugar número siete. Resulta bastante obvio, pues su edil, Julio Arreola, ha mostrado gran capacidad para llevar el territorio a otras latitudes. De hecho, Arreola es muy cercano al gobernador, Alfredo Ramírez. Para citar un ejemplo, juntos están coordinando una obra de beneficio colectivo que será, no hay duda de ello, un hecho sin precedentes y cuyo valor histórico, marcará un antes y un después.