El día de hoy iniciarán los trabajos de las comisiones correspondientes en relación con la minuta en materia electoral que envió la Cámara de Diputados. A diferencia de los legisladores de San Lázaro, el Senado de la República optó- atinadamente- por revisar y estudiar minuciosamente el tema antes de tomar decisiones en torno al proyecto.

La determinación terminó por darle la razón a Ricardo Monreal porque -el proyecto- tiene muchas inconsistencias que vulneran el marco constitucional y que serían, a futuro, materia para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo determine improcedente. Entonces, se trata de analizar y discutir, y no de satisfacer ni complacer rápidamente un proyecto que, por lógica, tuvo que ser examinado desde la cámara de origen para no que no sucediera lo que pasó.

Más concretamente, se detectaron errores que la misma presidencia reconoció a través del secretario de Gobierno, Adán Augusto. El único remedió o la vía para corregir es que la propia Cámara de Senadores rectifique o modifique la redacción de la minuta en algunos puntos importantes. Por ello, lo más prudente fue, como determinó el coordinador y presidente de la junta de coordinación Política con el respaldo de senadores y senadoras, haber llevado al cauce natural de estudio del proyecto.

Muchos criticaron esa postura, sin embargo, no hubiera sido posible detectar esas inconsistencias. Eso, sin duda, marcará la gran diferencia en las determinaciones que se tomen.

Es verdad que hay mucha presión para que se avale el proyecto en el Senado de la República, incluso el propio Ricardo Monreal es consciente de ello; no obstante, la lógica del asunto se rige sí hay voluntad de la propia fracción de Morena por modificar algunas características implícitas. Sólo así se augura un panorama positivo para sacar adelante el tema, lo mismo que en los propios aliados y las fuerzas que determinan acompañar la minuta.

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Siendo un tema tan relevante como este lo más prudente y sensato es abrirse al análisis a fondo, es decir, que los legisladores de la Coalición Juntos Haremos Historia estén dispuestos a votar los cambios que se propongan para no caer en la ilegalidad constitucional que puede traer consecuencias a futuro que concluyan en la inviabilidad. En otras palabras, que haya consenso.

De hecho, el propio Senador Ricardo Monreal ha dicho abiertamente que hay cosas positivas que fortalecerán al órgano electoral, aunque también aseguró que otras vulneran el principio constitucional. Entonces es simple: sí hay modificaciones al asumir una postura responsable estaríamos hablando de un proyecto avalado en mayoría.

Caso contrario, sí hay legisladores del ala radical de Morena que se empeñen en respaldar bajo la consigna de avalar sin cambios -aun y cuando existan todavía inconsistencias- la minuta puede fracasar en el intento por la razón sencilla de que, en materia de legalidad, el senado de la República prioriza el marco constitucional como un principio básico de la democracia en nuestro país.

Es verdad que la presión recayó en Ricardo Monreal; empero, cualquier determinación que se tome será en consciencia y de forma congruente porque así viene comportándose esta legislatura en el Senado de la República. Es decir, dependerá de la voluntad de los legisladores para avalar o no un proyecto con base a la defensa de la propia constitución.

No es avalar por avalar, sino aprobar un proyecto que favorezca a la democracia del país. Así de sencillo. En cualquiera de esos casos o escenarios debe prevalecer el principio constitucional del que tanto hemos hecho énfasis en esta columna de opinión.

El proyecto está en manos de Ricardo Monreal, sin embargo, el zacatecano ha puesto por encima de todo el principio constitucional dentro de las determinaciones legislativas, incluso de las políticas a pesar de que la presión esté al máximo.

Lo que es un hecho es que, en esta semana, Monreal refrendará el apoyo político-legislativo que ha influido para que un sinfín de propuestas presidenciales hayan salido favorables siempre y cuando impere la legalidad -porque esa es la bandera que le ha hecho tener el reconocimiento de sus compañeros de la fracción- y de las demás fuerzas que integran el pleno.

Por ello, la única consigna para Ricardo Monreal más allá de la presión es salvaguardar la legalidad y viabilidad del proyecto. Solo eso. De lo que se trata es que la democracia se fortalezca en aras de los procesos que vienen en puerta, sobre todo porque hay mucha presión.

Y, Ricardo Monreal, ha respondido positivamente a todas las propuestas del presidente. Es momento, ya, que se le reconozca esa labor al punto de meterlo de lleno junto a los tres presidenciables favoritos del poder. Es decir, que se le nombre y elogie por igual en la propia tribuna de Palacio Nacional porque lejos de que exista voluntad, todavía hay una enorme barrera injusta hacia el coordinador de los Senadores de Morena al que injustamente se le ha tratado con indiferencia.

No merece ese trato.