Finalmente, en su cierre de precampaña la candidata del frente opositor, Xóchitl Gálvez dio un discurso que realmente la coloca en la carrera por la presidencia de la república.

Xóchitl ha emplazado a la clase política y a la oligarquía a tocar los temas que realmente mueven a los mexicanos, a hablar de resultados y no de fantasías o de opositores, a sumar y no a dividir, sin pelos en la lengua está barriendo parejo, lo mismo contra los errores de “casa” como desenmascarando lo que la farsa de la izquierda es en realidad.

Lo hizo ante un auditorio abarrotado por propios y extraños, priistas, panistas, perredistas y simpatizantes de la llamada “marea rosa” y hasta gente del oficialismo que aplaudían o bien, seguían el importante acto en redes sociales.

Colosio

Hace tiempo que no se escuchaba un discurso tan contundente de campaña, quizá lo podríamos equiparar con el que ofreció Luis Donaldo Colosio en marzo de 1994 en el Monumento a la Revolución.

En él, Colosio definió su posición ante el partido que representaba, pero también ante el tono de gris en que México se encontraba, hablando no sólo desde lo político, sino también desde lo humano. Fue un discurso que marcó una pauta de contraste con el priismo de entonces y las acciones autoritarias y poco democráticas en las que incurría. Sus palabras claras y directas pasaron a la historia y bien se puede aplicar hoy: “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla.” En otras palabras, la ley es la ley, y se debe aplicar a todos.

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En esos momentos el discurso de Colosio fue demoledor, entendió que para acceder a la democracia el cambio era inaplazable y así lo dijo, con una oratoria excelente, dejando en claro un mensaje que la mayoría de los políticos, hasta el día de hoy, prefieren ignorar.

“Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder, concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de iniciativas, a los abusos, a los excesos”.

“¡México no quiere aventuras políticas! ¡México no quiere saltos al vacío! ¡México no quiere retrocesos a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces! ¡México quiere democracia, pero rechaza su perversión: la demagogia!”

Luis Donaldo Colosio

Xóchitl conectó

Con un gran discurso Xóchitl logró trasmitir con efectividad al menos tres cuestiones fundamentales que impactan la sociedad mexicana: el valor de la vida, el valor de la verdad y el valor de la libertad.

Bien lo explicó el escritor Héctor Aguilar Camín: “El primer rasgo notable de este discurso es que sus alegatos son comprobables. No demagógicos: reales.”

El cambio de régimen es inevitable

Su discurso abre la esperanza al cambio y a cerrar la puerta a la continuidad de un gobierno que ha fallado, fracasado y retrocedido. Que volvió al escenario a los políticos de la vieja usanza que ya solo se veían en películas como la “Ley de Herodes”, y que con sus malas prácticas hundieron al país en la desigualdad, la confrontación y la mediocridad.

Valiente y clara, Xóchitl se elevó: “No basta con salir a gritar que las cosas están mal. Tenemos que ofrecer futuro. Tenemos que ofrecer esperanza. Durante mi precampaña, he dicho que quiero ver un México donde los pobres dejen de ser pobres. Un México donde la clase media sea más fuerte.”

Frente a la oferta del actual régimen, mostró los resultados nefastos que este gobierno ha arrojado para los ciudadanos y para la democracia.

Lo hizo muy bien, sin embargo, este fue su primer discurso serio y Xóchitl todavía tendrá que enfrentar retos, traiciones y caballos de Troya durante la campaña. Ya vimos al dirigente del PAN, prestándose al juego sucio orquestado desde Palacio Nacional y no sabemos qué más venga.

Por lo pronto ella se ha puesto al frente demostrando liderazgo, y dirigiéndose a sus seguidores y simpatizantes pidió: “Luchemos con valor para enfrentar lo que viene. Una elección injusta y dispareja, con todo el poder y todo el dinero del Estado en nuestra contra. Y desde aquí les digo algo muy importante a los periodistas, a los medios, a los intelectuales, a los empresarios, a los gremios, a las ONGs, a las universidades: despierten, despierten, despierten. Está en juego lo que permite que este país tenga viabilidad como nación: vida, verdad y libertad.”

Xóchitl ha demostrado congruencia entre lo que dice y hace, habla fuerte en contra de las acciones de los líderes de los partidos o de los medios y empresarios de la oligarquía al servicio del dictador. Por eso su discurso no sólo enojó a personajes como AMLO y Claudia quienes, seguramente ven con preocupación el ascenso de la candidata opositora, sino a los oligarcas que están en el consejo asesor empresarial de AMLO y a los coyotes amigos de los hijos de AMLO.

Para concluir, Xóchitl cerró su precampaña con fuerza, derrumbando la retórica de AMLO y exhibiendo a Claudia que no habla por ella misma y lo único que propone es la continuidad de un gobierno fracasado.

Xóchitl se convirtió en esperanza y lo dijo: “Y la esperanza ya es nuestra, porque la esperanza ya cambió de manos”.

Tenemos rumbo y esperanza.

X: @diaz_manuel