Este viernes, la corte más alta de Texas se negó a garantizar que los médicos en el estado no sean procesados por realizar abortos que consideran necesarios en embarazos médicamente complicados, rechazando una demanda de 22 pacientes y médicos.
En este contexto, la ola de polarización entre agendas progresistas y ultra conservadoras está reconfigurando el debate sobre derechos sexuales y reproductivos. El primer golpe de retroceso y más contundente se vivió cuando en Estados Unidos, una vez un bastión del derecho a decidir y la interrupción del embarazo legal, la Corte dio un revés al derogar Roe vs. Wade y eliminar el derecho constitucional a la interrupción del embarazo,
Ahora resulta aún peor la tendencia donde la Corte Suprema del estado se negó a garantizar que los médicos no sean procesados por realizar abortos que consideran necesarios en embarazos médicamente complicados. La ley de Texas permite el aborto cuando, en el “juicio médico razonable” de un médico, la madre tiene “una condición física que amenaza su vida y la pone en riesgo de muerte o de un deterioro físico grave”. Sin embargo, ni siquiera el juicio médico sería suficiente para evitar responsabilidades legales.
Esta decisión se suma a un fallo anterior que denegó un aborto de emergencia para una mujer con un embarazo no viable. Ambos casos han dejado claro que la excepción médica a la prohibición casi total del aborto en Texas es ambigua, lo que disuade a los médicos de llevar a cabo abortos necesarios por temor a severas penas, incluyendo la posibilidad de cadena perpetua. La ley de Texas permite el aborto solo cuando la madre tiene una “condición física que amenaza su vida”, pero no proporciona claridad sobre otras circunstancias críticas.
Este retroceso en Estados Unidos refleja una tendencia más amplia. En Argentina, por ejemplo, el nuevo presidente Javier Milei, de orientación ultra conservadora, ha amenazado con revertir la reforma que legalizó el aborto, lo que representa un grave riesgo para los derechos de las mujeres en el país. Esta amenaza se produce en un momento en que otros países de la región, inspirados por el ejemplo estadounidense de las últimas décadas, habían comenzado a avanzar hacia una mayor liberalización de las leyes de aborto.
La regresión de los derechos reproductivos en Estados Unidos comenzó con la anulación del precedente que permitía el aborto legal a nivel federal, lo que ha inspirado a líderes conservadores en América Latina a seguir su ejemplo. Esta influencia negativa pone en peligro la salud y la autonomía de millones de mujeres. La reciente decisión de la Corte Suprema de Texas es un recordatorio de que las excepciones a las prohibiciones del aborto son, como señala Nancy Northrup del Centro para los Derechos Reproductivos, “ilusorias y una promesa vacía”.
Los defensores de la agenda ultra conservadora, como el Fiscal General de Texas, Ken Paxton, argumentan que están protegiendo los valores del pueblo de Texas y la vida de las madres y los bebés. Sin embargo, la realidad es que estas políticas están poniendo en riesgo la vida de las mujeres al negarles acceso a atención médica crucial en situaciones de emergencia.
El impacto de estas políticas no se limita a Texas o Estados Unidos. Un juicio en Indiana sobre la excepción médica a la prohibición del aborto y casos similares en otros estados están pendientes de resolución. Además, la Corte Suprema de EU está considerando si una ley federal que garantiza atención de emergencia entra en conflicto con la prohibición del aborto en Idaho.
La lucha por los derechos sexuales y reproductivos es más crítica que nunca. La polarización y el retorno de la agenda ultra conservadora amenazan con revertir los avances logrados en las últimas décadas. Es imperativo que tanto los ciudadanos como los legisladores en toda América defiendan el derecho a decidir y la salud de las mujeres, resistiendo las presiones para volver a políticas que criminalizan el aborto y ponen en peligro vidas. La batalla por los derechos reproductivos no solo define la autonomía de las mujeres, sino también los valores fundamentales de nuestras sociedades.
El retorno de la agenda ultra conservadora amenaza todos los derechos ganados y coloca a México en un lugar clave como alternativa para las mujeres norteamericanas que así como viajan por turismo médico para realizarse cirugías estéticas, podrían requerir asistencia para acceder a derechos sexuales y reproductivos de manera legal y segura.