Claudia Sheinbaum tiene un poderosísimo rival.  Alguien a quien tiene que vencer y con el que deberá de pelear en su momento quizá, pero no hoy. O quizá sí… ¿Qué le aconsejaría Antonio Gutiérrez-Rubí?

Su rival la conoce perfectamente, tanto, que sabe de sus fortalezas pero también de sus debilidades. La ha hecho dependiente de el, como para que Claudia Sheinbaum sienta que sin la aprobación de su rival, sin su mirada, sin su apretón de brazo, ella no funciona, no camina, no decide, no acciona.

Su rival está ya cerca y la rodea de tal manera que la hace sentir imposibilitada para crear un discurso propio, una personalidad propia, una imagen única e irrepetible. Así de poderoso es su rival.

Tan poderoso es, que lo tiene bien cerca, siguiéndole los pasos, abriéndole camino para después cerrárselo por algún comentario bobo o inadecuado de su parte…

Tan poderoso es el rival de Claudia Sheinbaum que hará todo lo posible por pervivir en la vida política del país a pesar de ella, por encima de ella, y sobre todo: a través de ella.

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Ese rival se llama Andrés Manuel López Obrador.

Pero estamos hablando de dos momentos políticos: Hoy por hoy el rival de Claudia Sheinbaum no es rival. Es mentor, es guía, es consejero, es padre, es jefe, es ley para la Jefa de Gobierno.

El punto está en que yo podría voltear a ver a Claudia Sheinbaum como una buena opción para ser presidenta si se deslindara del presidente.

Y temo decirlo, pero Claudia Sheibaum nadie le creerá si se le sigue viendo del brazo del presidente.

No es para nada un tema fácil. No la tiene nada fácil. Romper por un lado con la continuidad de Morena para poder trascender es lo que necesita Claudia Sheinbaum. Pero esto es casi imposible de imaginar.

Claudia Sheinbaum no caerá bien ni creará nuevos simpatizantes en tanto siga caminando junto al presidente. Y yo diría debe de ir trabajando en ello desde ahora. No después. Y digo no después, porque entre más cercanas estén las elecciones del 2024, cualquier cambio de timón de Claudia Sheinbaum será visto como una total estrategia política. No sonará sincera ni honesta.

Claudia Sheinbaum debe replantearse que no va a ganar la presidencia si sigue por el mismo camino de Obrador, usando el mismo discurso y enojándose por las mismas cosas. Y aunque hoy por hoy no tenga otro claro contrincante, Claudia debe de enseñarnos quien es fuera de Obrador.

Es y será una sombra muy difícil de quitar. El presidente que es un mago de la comunicación política lo debe de saber. Es por eso que ya se atrevió a decir lo más arriesgado que era aquello de “no tengo corcholatas preferidas pero a Claudia Sheinbaum la quiero mucho” pero nada más. Pareciera que “si lo dije, ni me acuerdo”.

Esto a Claudia no la favorece aunque pudiera pensarse lo contrario.

Los otros rivales pelearán contra Claudia sin contar con la protección y empuje del presidente .

Claudia sí contará  con ello pero ¿a qué costo? Al costo de que mucha gente que ha llegado francamente al punto de ya no simpatizar con el Presidente o bien que han caído  en el total desagrado contra la imagen del presidente, sentirá  entonces lo mismo por Sheinbaum.

De tan juntos que siempre se les ha visto, de tanto amor que se han proferido ambos, ella se ha mimetizado en el, y cuando uno piensa en Obrador viene a la mente la imagen de Claudia Sheinbaum...

Claudia Sheinbaum tendría  que dejar de recurrir (y gastar)  en asesores políticos extranjeros y aprender a escucharnos a nosotros.

Tiene que detenerse a escuchar lo que el ciudadano le tiene que decir, aprender a observar cómo la miran otros y desde dónde la perciben y cómo es que la perciben. Perdón pero es que eso el asesor español no se lo dirá, porque no lo sabe.

Lo sabemos nosotros. Los que aquí vivimos, los que sabemos realmente ¿pa qué gastar tanto en asesores extranjeros?

Claudia Sheinbaum tiene que alejarse de su rival más fuerte, como dice la canción “Si no es ahora, será mañana”.

Al menos alejarse públicamente y  ya si quieren, en privado seguirse abrazando políticamente hablando.

Pero tiene que desmarcarse de Obrador ante los ojos de los demás si es que quiere ganar.

Así ya lo hizo Marcelo Ebrard en un TikTok recientemente,  donde comenta que él, de llegar a ser presidente, va a cambiar todo lo que ahora está mal, “cambiaré al país” dijo como dando a entender que él no tendrá nada que ver con su ahora jefe y que cambiará todo lo que ahora está mal que no es poco.

Quién diría que Andrés Manuel se volvería el enemigo a vencer de sus más cercanos.

No se volvió enemigo o un rival poderoso a vencer contra los que tanto odia como Felipe Calderón, Krauze, o Denisse Dresser.

Se volvió enemigo letal para los que él más quiere cuidar para que su proyecto de Morena nunca termine y sobreviva perpetuamente.

Veremos si a Claudia Sheinbaum le funciona la asesoría de Antonio Gutiérrez-Rubí o si mejor no gasta tanto en ello y nos pregunta a cualquiera de nosotros nuestra opinión.

Porque si algo he notado es que le es difícil a Claudia escuchar voces que le señalen y le critiquen. No le gusta y le incomoda. Tendrá que empezar por aprender a oír-nos si es que quiere ser no solamente presidenta de México, sino la mejor presidenta del mundo.

Y en su momento, ya en camino a las elecciones, tendrá que hacer un cambio de timón, lo cual también me parece francamente imposible.

No sé porque la gente tiene la idea de que para el 2024 falta mucho. Ya no falta nada. Es tiempo de pensar en ello.

Es cuanto.