En la carrera por la presidencia, Xóchitl Gálvez iniciará la campaña electoral, el primero de marzo, no como la candidata favorita, sino más bien como la “posible perdedora” (según lo constatan la mayoría de las encuestas que, hasta el día de hoy, la ponen por lo menos 20 puntos abajo de Claudia Sheinbaum). En esa posición, Xóchitl está obligada a agotar todas las avenidas posibles para ponerse en un nivel competitivo con Claudia.
Y una de esas avenidas son las reuniones que su equipo de campaña solicitó, y tiene planeadas en Nueva York y Washington, centro financiero y centro político, respectivamente, de EU. Se hará un tipo “road show” de Xóchitl, al que han llamado gira de trabajo, entre diversos grupos del sector político, empresarial, y social de ese país. Cabe mencionar que se espera que Claudia, en su momento, haga una aparición de gran relevancia en el plano internacional.
Como todo “road show”, el objetivo de Xóchitl será atraer la atención y reflectores de grupos de interés en EU, para arrancar y promocionar su agenda, e involucrarlos. Según Bloomberg, buscará transmitir “sus preocupaciones” sobre el proceso electoral en México, con el mensaje sobre la “elección de estado” que maneja en su discurso. Lo hará cargando la bandera del PRI, PAN y PRD, y el peso de su desventaja significativa con Claudia.
Su gira de trabajo parece compartir los tintes de las visitas de su jefa de oficina de campaña, Kenia López, que se ha reunido varias veces con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, para denunciar la “narcoelección” que la oposición plantea tendrá lugar en México este año. La panista ha solicitado la injerencia de ese organismo a través de la emisión de una recomendación o una resolución sobre su denuncia (que no acompaña con pruebas), en los asuntos políticos de nuestro país.
Por lo pronto, la postura oficial del gobierno del presidente Joe Biden es que “México sigue siendo una democracia vibrante. Las elecciones de este año abarcarán el mayor número de cargos y votantes en la historia de México. Esperamos que las elecciones se realicen con vigor y que las autoridades públicas administren sus deberes con fidelidad y transparencia. Hablamos sobre los valores de la democracia, el respeto por el Estado de derecho y los derechos humanos con todos nuestros socios en todo el mundo, y particularmente en el hemisferio occidental. Cuando tenemos inquietudes, las planteamos en privado y, a veces, en público, y continuaremos haciéndolo”. (Informe del Departamento de Estado de EU, Reunión informativa con altos funcionarios de la administración previo a la próxima Ministerial de Migración con el Gobierno de México, 18 de enero, 2024).
Xóchitl sostendrá a partir de hoy reuniones en Nueva York con migrantes y estudiantes para actividades proselitistas, según se ha reportado en medios de comunicación como NYT, WSJ, Telemundo y Univisión, entre otros.
El 5 de febrero se reunirá con el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes en Washington para hablar sobre el tráfico de fentanilo y migración. Se espera que lleve propuestas estructuradas más allá de referencias electorales.
El viaje de Xóchitl a EU se enmarca dentro de las tácticas que en las últimas semanas su “war room” parece haber implementado, atendiendo al manual de “cómo hacer ganar a un underdog”.
El guion del “underdog” dice, entre otras cosas, que el candidato debe convertirse en un insurgente y estar siempre a la ofensiva (es evidente que su campaña se funda en ataques); hacer todo tipo de actividades siempre que sean factibles (como su imitación de las conferencias matutinas del presidente López Obrador); buscar el debate (constantemente reta a Claudia a debatir) y por último, celebrar cada avance como si tratara de un triunfo (su cierre de precampaña y el discurso que dio se cubrió con elogios en los medios que constantemente hablan favorablemente de ella -según el reporte sobre precampañas de la UANL, con datos del INE-, como si hubiera sido un “éxito indiscutible”).
Hay que decir que esas tácticas no sirven de mucho sin una estrategia ganadora, donde Xóchitl lograra imponer la narrativa en el país, y no fuera solo contestaria.
Habrá que ver qué resultados obtiene en Estados Unidos. ¿Cuál será su postura frente a los representantes norteamericanos de línea dura contra México, de corte intervencionista? ¿Tendrá una agenda dual con la comunidad de paisanos? ¿Presentará un proyecto con definiciones claras o será más del mismo “antiamlismo”? ¿Convencerá o creará más dudas sobre sus capacidades? Todo un reto para la candidata que tiene un camino cuesta arriba hacia la presidencia.