PROMETEO
El proceso que ha tomado la venta de Banamex, ya con solo dos interesados reconocidos a más de un año del anuncio hecho por Citi, refleja dos cosas, que o el precio ofertado está por debajo de la expectativa del vendedor o bien que las contingencias de riesgo y sus condiciones de arreglo, generan pausa. Cualquiera que esto sea ha generado filtraciones y rumores que en nada han apoyado su proceso de venta y alternativas.
El sistema financiero que opera en nuestro país, sigue reportando una alta concentración en pocas instituciones, tanto en materia de negocio, como en su rentabilidad, destacando la notoria ventaja que BBVA saca a sus competidores locales. El actual escenario muestra que, salvo el caso de Banorte y Santander, el resto de participantes ha asumido su realidad en la medianía o bien en tener una participación en segmentos específicos de mercado. Sin duda el factor tecnológico será la fase relevante en productividad y rentabilidad.
La venta de Banamex, sin duda despertó el interés de la opinión pública, pero vale la pena analizar en qué sentido la realidad actual impacta a la población bancable. En qué sentido la oferta y competencia ha sido en beneficio de las personas y de las empresas. A excepción de Azteca y Coppel, que han definido su segmento popular como su principal negocio, el resto de participantes se ha acomodado a enfoques regionales o de nicho, por lo que la competencia con los tres grandes que hoy dominan el mercado seguirá siendo una brecha amplia de diferencia.
El que resulte elegido de los dos interesados por Banamex, tiene un reto enorme por delante, pues el banco perdió identidad con la marca modificada, su participación de mercado en segmentos clave que eran su fortaleza, como lo fue empresarial, consumo e hipotecario, ya no son de liderazgo, consecuencia de la integración de perfiles de otras instituciones y de dejar de formar su talento y sus estrategias anteriores de mercado, sobre todo de carácter comercial y regional.
La oferta actual del sector financiero se centra en la digitalización para ser más eficientes y bajar sus costos operativos, el tema de crédito se ha enfocado en consumo y créditos para perfil residencial. O bien a créditos corporativos, el manejo de tesorerías corporativas y perfiles altos patrimoniales, así como a negocio cambiario y fiduciario. El tema discursivo de la inclusión financiera es eso y la oferta a crédito para MIPYMES o créditos hipotecarios de nivel medio o económico, debido a los antecedentes económicos del país y su crecimiento regional, limita esa oferta que promovería empleo formal y diversificación económica regional.
La próxima convención bancaria, podría ser el lugar para avisar del nuevo propietario de Banamex, pero dadas las filtraciones mal intencionadas y por el tiempo transcurrido, lo mejor será esperar a que Citi lo haga oficial. Es un hecho que en las charlas mañaneras se han tocado asuntos de negocios que se viralizan o se condicionan públicamente sin necesidad como este caso o el de TESLA. Ello abona solo a polémicas regionales y oportunismo mediático e incluso político.
El sector financiero mexicano se ha enfocado a una oferta y determinados negocios. Ello por la incertidumbre jurídica en los temas de riesgo crediticio, si bien las entidades más importantes históricamente han prevalecido, sus grupos propietarios en los último 30 años han cambiado dos veces la posición mayoritaria, a excepción de Banorte el negocio es dominado por capitales foráneos que toman las decisiones clave fuera de nuestro país.
No se trata de nacionalismos cuadrados, pero es un hecho que tenemos la 14ª economía global y la 10ª población mundial, por lo que no tener un liderazgo en el capital de los grupos financieros lideres es un caso de reflexión y estudio autocritico. Tenemos el cuarto mercado financiero más importante en tamaño económico del continente, solo por debajo de USA, Canadá y Brasil, pero el de mayor rentabilidad sobre capital, ello es porque tenemos un mercado que no es competitivo para el usuario en general, pues tenemos un país con altas comisiones y de todo tipo, la CNBV y la Condusef son posiciones políticas de la administración en turno para mejorar con calidad la supervisión y la competencia financiera.
Parte fundamental del problema es que no se ve intención y disposición de cambio en materia judicial para el sector financiero. Que la recuperación de crédito y derechos de cobro litigiosos, se lleven más de 7 años promedio en ejecución y con todo tipo de argumentos evasivos y burocráticos del poder judicial, son una verdadera pesadilla y costos para el sector financiero, razón por la cual el crédito es limitado y caro.
En el año 2013 se aprobó la Reforma Financiera, el expresidente Peña Nieto, la anuncio como una de las reformas estructurales clave para incentivar el desarrollo económico que cada sexenio se promete y en la cual destacaban para incentivar el crédito, las figuras de la radicación de personas y la retención de bienes, con lo cual se modificaba el Código de Comercio y el Código Penal. De esta manera en teoría las Instituciones Financieras podrían recuperar sus préstamos, evitar el ocultamiento de los deudores y la dilapidación o disposición de los bienes objeto de garantía o embargos.
Sobre este tema el presidente López Obrador no se ha pronunciado, sus baterías las puso en materia energética y en diversos decretazos, pero al sector financiero, cómo se le atribuye al expresidente Salinas, ni lo ve ni lo oye, solo cuando se habla de compra venta de grandes negocios privados para asegurar flujo de impuestos a la caja y llevar esos recursos a sus proyectos emblemáticos.
La realidad ahí está en los datos de estadística de CNBV., discreta y modesta participación de la Banca de Desarrollo y una limitada participación de crédito productivo del sector privado. Ya solo queda poco más de un año a este gobierno, así que lo que no se hizo en estos casi 5 años en el sector financiero, menos se hará en lo que resta de esta administración. Esperemos que la anunciada venta de Banamex y la llegada de TESLA, se formalicen positivamente, este último en donde mejor convenga a la empresa y para el país, porque en una de esas se esperan para la otra administración que sea más accesible al capital privado y la inversión productiva. Solo que la inversión privada se abre paso donde hay oportunidades y si no las aprovechamos se van para otro lado.
Han transcurrido diez años de la llamada Reforma Financiera, luego entonces ha sido un desempeño modesto y distante aun de las expectativas creadas con dicha reforma, el crédito se ha orientado principalmente a sus portafolios de consumo e hipotecario residencial y su mayor volumen en monto al crédito corporativo, gubernamental y grandes empresas. Por lo tanto, la decisión de venta Citigroup desde luego que adicionalmente considera estos temas en la parte de consumo y empresarial.
No se trata solo de que no es su segmento de mercado, sino que las dificultades en materia de crédito en estos segmentos, es para valientes y soñadores del sector financiero mexicano. Pues el recuperar créditos es un problema de estos sectores que se convierte en toda una hazaña por el tiempo y los costos en que se incurre. Lo anterior a afectado el financiamiento para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa y a los pequeños productores agropecuarios. Este sector de la economía mexicana son el 98% de las unidades productivas (más de 4 millones de MIPYMES a nivel nacional) Estas aportan el 55% del PIB y el 80% del empleo. Pero solo reciben el 5% del financiamiento con respecto al PIB.
La Reforma Financiera en estos diez años ha incumplido con las actividades productivas, las cuales buscan otras alternativas, el factoraje es una opción si es que se está dentro de una cadena productiva con grandes empresas, de no estarlo se recurre al capital familiar, de nuevos socios o proveedores, por lo que el equipamiento y modernización son limitados. Debido a la liquidez y margen que genera el comercio y servicios, llegan a ser autosuficientes en el corto plazo, pero con la pandemia su futuro se complicó pues el flujo de efectivo se limitó, en tanto la micro y pequeña industria y agro negocios.
Ahora es importante destacar que en estos segmentos de mercado, se confunde flujo de efectivo con utilidad, se generan gastos superficiales (comidas, viajes, etc.) y suntuosos (autos, remodelaciones de vivienda personales) con cargo a la operación, lo cual refleja una necesidad clara de asesoría e inteligencia financiera que oriente correctamente al empresario en especial a lo micro y pequeños.
La Reforma Financiera estaba aparejada a la Reforma Judicial, ahora estamos en un nuevo intento, que aún no genera los resultados esperados. La situación difícil para todos los actores, es que no se logra superar este lastre, que es el Estado de derecho y la incertidumbre para recuperar judicialmente un crédito en México. Una situación que genera que las Entidades Financieras creen reservas muy altas por las reglas de CNBV, lo cual estaría bien que estemos a la par de los países desarrollados en materia de criterios prudenciales, pero de igual manera el sistema judicial debería ser eficiente y no tardar en promedio 7 años para recuperar y ejecutar en el mejor de los casos un bien inmueble deteriorado y desmantelado. En el caso de Estados Unidos, la ejecución no es mayor a 1.5 años, en Chile de dos años.
Las autoridades financieras, tienen la oportunidad de hacer una buena valoración para limitar el exceso de concentración, siendo deseable mayor participación de capital nacional. La oferta de servicios bancarios y financieros, se debe traducir no solo en buenas intenciones, sino en las condiciones legales para dar certidumbre a todos, esto debe ser tema que las autoridades deben reforzar con compromisos reales y en ello el poder Judicial y legislativo deben asumir sus obligaciones. Si se modificaron Leyes y Códigos parta la Reforma Financiera y Judicial, que se cumplan y se les exijan resultados con sus consecuencias para los abusivos y los ineptos.
Fuentes: INEGI, FMI, BM
Twitter: @MarioSanFisan | PROMETEO (previsión/prospección) | CEO FISAN SOFOM ENR
Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios. UNAM/ITESM. Ex Presidente Nacional AMFE