SONORA POWER
Son los primeros pasos que da Claudia Sheinbaum Pardo en su encomienda como presidenta electa, y todos parecen pasos bien medidos y cuidados en búsqueda de consolidar todo un proceso en el que ella como sucesora del presidente Andrés Manuel López obrador, deberá cargar la pesada loza de mantener y aún mejorar los resultados notables que tiene en este momento la cuarta transformación.
Y la verdad es que lo está haciendo de manera magistral.
La visita a Palacio Nacional, la comida con el presidente, los nombramientos de Rogelio Ramírez de la O como próximo titular de la Secretaria de Hacienda y de Juan Ramón de la Fuente como coordinador de los trabajos de transición, así como la decisión de dejar a un lado el misterio y de una buena vez nombrar al gabinete la próxima semana, son decisiones fundamentales.
Lo mismo que jugar de de manera abierta y de una buena vez confirmar que sus verdaderas intenciones son ir por una serie de reformas a la Constitución que fortalezcan los derechos de los que menos tienen y de ir por consultas para genera el consenso en torno a las reformas más complejas, como la del Poder Judicial o la Reforma Electoral, son aspectos que la distinguen como una persona centrada.
Claudia Sheinbaum se comprometió a construir un segundo piso de la cuarta transformación y por eso debe medir cada paso.
Justo ayer recordaba el discurso del presidente López Obrador el 1 de diciembre del 2022 en la plancha del Zócalo, donde equiparó la responsabilidad de elegir sucesor o sucesora, con la que debió asumir Lázaro Cárdenas de cara a la sucesión de 1940, de ir con un moderado como Manuel Ávila Camacho, o con un convencido del proyecto como era Francisco G. Mujica.
La decisión es de todos conocida y la historia acabó cobrando la factura de ese error, pues la presidencia de Ávila Camacho degeneró en lo que luego conocimos como el PRI, su decadencia, su corrupción y su posterior derrota, al grado de que hoy el Partido Revolucionario Institucional está al borde de la extinción.
En aquél momento Lázaro Cárdenas eligió mal, el contexto histórico, la reciente expropiación petrolera, la guerra mundial en sus inicios, todo arrojó a una decisión que a 84 años de distancia, marcó la agenda política del momento actual.
Todo hace ver que Claudia Sheinbaum es la decisión correcta de López Obrador, quien optó por una convencida, incluso más radical que él mismo, de la necesidad de ir por una transformación profunda de México.
Se trata como sabemos de un perfil muy bien formado y definido en las luchas políticas y sociales, consciente y congruente con su origen.
Pues bien, ayer en su primera rueda de prensa como presidenta electa, le pude preguntar a la doctora por Sonora, mi tierra y su respuesta no me dejó lugar a dudas.
La visión que tiene Claudia Sheinbaum es utilizar al máximo el potencial de mi estado, para convertirlo en punta de lanza de ese proceso de transformación que ahora se debe acentuar.
De Sonora puede tomar la enormidad de su territorio, la vastedad de sus recursos naturales, en particular los minerales y su ubicación geográfica, además de la capacidad de su mano de obra.
La doctora me lo dijo con todas sus palabras, acentuar el Plan Sonora, crecer a 5 giga watts la capacidad de producción de energía a partir del sol en Puerto Peñasco, aprovechar las reservas de litio, cobre y otros minerales y sacar partido del Puerto de Guaymas como estructura estratégica en medio del proceso de relocalización de operaciones de industria pesada y otros proyectos.
Claudia Sheinbaum tiene claros los atributos que tiene mi estado y está dispuesta a sacar partido de una posición geoeconómica que difícilmente puede encontrarse en otro estado de México.
Tenemos mar, tenemos puertos, tenemos frontera, tenemos industria automotriz, autopartes, mano de obra experta, enormes recursos mineros y una ubicación colindante con el suroeste de los Estados Unidos y con la cuenca del Pacífico que nadie más tiene.
Claro que nos falta infraestructura y desarrollo de esas vocaciones, pero es un tema que con visión y en particular con voluntad política se puede solventar con facilidad.
Sonora tiene las condiciones para emular de manera inmediata el potencial que ya se ha identificado del corredor transítsmico, es cuestión de que la futura gobernante de México se determine a hacerlo.
De buenas a primeras ya tiene la vista puesta en el estado y nuestro enfoque es que debe acudir junto al presidente López Obrador a nuestra tierra para acabar de convencerse.
Los cimientos y estructura que puede soportar ese segundo piso de la cuarta transformación, muy bien puede ubicarse al norte del país.
Esos cimientos están sólidos ya en Sonora.