“Tú juegas a tenerme
Yo juego a que te creas que me tienes
Serena y confiada
Invento las palabras que te hieren
Y no me importa nada
Tú juegas a olvidarme
Yo juego a que te creas que me importa
Conozco la jugada
Sé manejarme en las distancias cortas
Y no me importa nada.”
LUZ CASAL
Dicen, los que saben, que Santiago Creel será el candidato presidencial del PAN en el 2024. A mí no me consta, pero quisiera analizar algunas cuestiones de ser el caso.
Por lo pronto empecemos por que sus publirrelacionistas, los del diputado, quieren que a su cliente se le conozca como el “Señor Constitución”. Yo creo que eso es un error desde diversos puntos de vista, pero ya constataremos el si —y el cómo— tal “cachucha” atrae o no a posibles votantes…
Espero, por otra parte, que la historia no termine repitiéndose en el 24 y ocurra como con lo de Ricardo Anaya y Jose Antonio Meade en el 2018, incluido el PAN apoyando a su candidato (en este caso a Creel), en lugar de a ciertas causas ciudadanas, y sin conformarse una alianza de la oposición rumbo a la Presidencia…
Y antes de que digan que yo apoyo a uno u a otros, aclaro que soy apartidista; ni apoyo al PRI, ni al PAN, ni a MC, ni al PRD. Tampoco, obvio, ni a Morena ni a sus aliados.
Asimismo, este escrito no es una defensa de Creel; tan solo el recordatorio de que hay episodios de la historia que tienden a repetirse, y habría que abrir los ojos antes de que sea demasiado tarde.
Conocemos el desaguisado que sucedió hace unos días en la Cámara de Diputados con la escolta armada del Ejército Mexicano que asistió a rendir honores a la bandera. En realidad le pusieron “un cuatro” a Creel bien y bonito. Este provino directamente de Presidencia, con el apoyo de Luis Crescencio Sandoval.
Veamos. El Ejército sobresale por cuidar los protocolos en todas partes, por lo cual el que la escolta llegara al recinto legislativo mucho muy armada (rifles de alto calibre y con balas) no fue un error. Asoma la estrategia de siempre del obradorismo: buscar desestabilizar para luego pasar a controlar. También el hacerse las víctimas, con un ingrediente adicional: comenzar lo que será a partir de ahora una suerte de desprecio, por un lado, y de golpeteo recio y constante, por el otro, contra Santiago Creel.
De muestra un botón: López Obrador no quiso reunirse con Creel para dialogar de diversos importantes asuntos —como cabezas de poderes federales que son—, pero sí decidió recibir por cuarta ocasión en lo que va de su gobierno al dictador cubano Miguel Díaz-Canel.
Y es que más allá de filias y fobias, debemos reconocer que López Obrador y la 4T no tienen un pelo de tontos en lo que a estrategia y grilla política se refiere. Ya ubicaron que Creel va de candidato y por eso iniciaron la ofensiva contra él.
Si bien el PAN ha utilizado a Lilly Téllez, a Margarita Zavala y a otros y otras “de avanzada”, López Obrador sabe bien que est@s únicamente son señuelos y, como tal, utilizará toda la fuerza del Estado para atacar a Creel.
Así, amenazar con quitarle al legislador la presidencia de la cámara baja no es más que un pretexto para erosionar su posición.
Ahora, para hacer las cosas aún más lamentables, Creel ha pasado a darle las “gracias” a la 4T por haberlo dejado continuar al frente del Congreso… Sí, tal cual. Creel compartió en su cuenta de Twitter lo siguiente: “En la @mx_diputados se respeta la Ley y la pluralidad mediante el diálogo y el acuerdo. Con este Abrazo de Acatempan legislativo se termina la discordia generada el día primero. El diálogo funciona cuando la grandeza mexicana es el objetivo. Hablando se entiende la gente.”
¿En serio? Espero el diputado no se crea tanta falsedad. Y si en “modo incrédulo” está, déjenme recordarles que el abrazo entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero fue para unir fuerzas en contra de un enemigo en común y, al paso de los años, ambos personajes vieron cómo traicionar al otro. ¿O lo que quiere decir su mensaje es que él (Creel) busca ser presidente de la nación e Ignacio Mier lo mismo pero por Morena?
Siguiendo esta versión legislativa de “abrazos, no balazos” Santiago Creel también compartió en Twitter: “yo quiero ser lo contrario a lo que es López Obrador, jamás acusaré a nadie de ser traidor o vende patrias, cada quien tiene su punto de vista y podemos o no estar de acuerdo”. ¡Qué lástima! Lamentable —de en serio—que el señor Creel no acuse de lesa humanidad a Hugo López-Gatell y a otros criminales de la Cuarta Transformación. Digo, hay casos de que lo que se trata es de una mera opinión, pero en otros, “Señor Constitución”, la evidente traición a la patria no está a discusión.
Volviendo al “abrazo”, llama la atención con qué poco se conformó el diputado o quizá es que él ni en cuenta. No se ha enterado de lo que se le viene encima: la persecución política de la 4T. Para empezar, Creel ya se dobló a un diálogo cuando no había nada que dialogar dado que en todo momento se respetó la ley. O sea que el opositor ya perdió también de todas todas dentro de “la cancha legislativa”.
¿Creel cree que por dialogar con esa bola de rufianes lo dejarán en paz? ¿De verdad? Si Santiago Creel va a ser candidato presidencial, la 4T ni de chiste lo va a soltar. Apenas empiezan los ataques. Entre la 4T y las corcholatas lo van a hacer picadillo.
Si Santiago Creel es oposición y pronto también candidato, y no comparsa y falso oponente a Morena —cosas más traicioneras hemos visto en nuestra realidad nacional— no deberá extrañar que al rato, pronto, lo comience a perseguir la FGR, la UIF y muchas agencias/dependencias gubernamentales (¿verdad Anaya?). Su vida ‘la harán de cuadritos’; más le vale al señor no caer en el juego del obradorismo.