De lo dicho en Toluca el domingo, la frase más enigmática fue la pronunciada por Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación y ahora corcholata en la sucesión de 2024: “los tiempos del Señor son perfectos”.
Sirva esta frase de connotaciones bíblicas, para aplicarla al momento que vive Morena después de sus triunfos del 5 de junio, a un año de las elecciones en el Estado de México y a dos de la sucesión presidencial. Vámonos despacio que llevamos prisa. Hace unos días, Mario rindió cuentas. Cero triunfalismo. Ruta: movilización del partido, unidad de los aspirantes, cero tregua a la oposición.
Las elecciones en el Edomex no serán miel sobre hojuelas para Morena y aliados. En 2018, Morena arrasó. En 2021, las aguas volvieron a su nivel en el Valle de Toluca y en el corredor azul, que se extiende a lo largo y ancho del Anillo Periférico y de la autopista México-Querétaro. Morena predomina en el Oriente, en los territorios que antiguamente fueron del PRD, incluido Nezahualcóyotl, donde Juan Zepeda, ahora de Movimiento Ciudadano, conserva un enclave.
El Señor prefiere a Delfina, porque para él representa lo que Morena debe ser y parecer. Pero las preferencias del Señor no bastan, debe ganar con votos el último bastión priísta, que ahora cuenta con el apoyo del PAN. Delfina es más poderosa que hace seis años, pero el ejercicio del poder le quitó el aura de David contra Goliat que tanto le sirvió en la pasada campaña. El resto de las corcholatas mexiquenses, Higinio, Horacio, Pedro, Maurilio, es movilizar a sus bases, no sólo para activar al partido, sino porque el Señor siempre tiene un Plan B.
Una mañana, el Señor resolvió su sucesión. En Toluca, Mario materializó la resolución en tres corcholatas. Iguales en amor, capacidad y lealtad ante los ojos del Señor, pero diferentes ante los ojos del electorado. Adiós al tapado, porque el Señor retiró el manto de incertidumbre a sus favoritos.
Si hoy Morena aplicara su encuesta, la foto del momento, para elegir a su candidato a la Presidencia de la República, Marcelo ganaría. Lastima aún falta tiempo para llegar a ese momento, mucha agua pasará por debajo de ese puente antes de que conozcamos el nombre que aparecerá en la boleta.
Ahora el Señor pondrá atención a las corcholatas en otros detalles, como su resistencia a las presiones, generosidad o egoísmo; muy importante, su consistencia. ¿Qué se vale y que no se vale entre corcholatas? Se vale competir y movilizar al partido. No se vale descuidar sus responsabilidades, hacer corrientes internas, guerras sucias entre corcholatas o buscar querencias fuera del cielo guinda. En la periferia, Ricardo observa, hace cálculos y aunque está contra las cuerdas, sabe que en política una puerta se cierra, pero una ventana se abre.
Adán tiene razón: “los tiempos del Señor son perfectos”, pero no debe pasar por alto otra frase que dice: “ayúdate que yo te ayudaré”. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?
La política es de bronce.