Vale la pena hacer un repaso de la obra William Golding, El Señor de las Moscas. Lord of the Flies en inglés, nóvela publicada en 1954, un clásico de la literatura inglesa que habla sobre la vuelta a los instintos.

Hablaré con un poco de spoilers pero son necesarios para entender el contexto de lo que busco decir. Un avión lleno de estudiantes británicos sufre un accidente estrellándose en una isla desierta. El piloto del avión murió quedando los niños como los únicos sobrevivientes. Los niños mayores buscan ser los jefes de los niños y toman una caracola como símbolo de mando. Hay otro niño Jack, que es más grande físicamente que busca ser el líder, pero no es votado por los demás, aunque el piensa que merece esa posición.

Jack empieza a tener conductas violentas pues al no ser electo como jefe del grupo siente una rivalidad y odio contra el líder elegido Ralph. Jack empieza a hacer rumores sobre una bestia que habita la isla y eso hace que se unan con el violento Jack y dejen el liderazgo mas ordenado que tenía Ralph, el primer líder. Los niños siguen a Jack que les” vendió” la idea de la bestia y su cacería, tanto que empezaron a pintarse e imitar la cacería de la supuesta bestia.

Pasan muchos eventos más pero al final los niños se dan cuenta que lo que realizaron no tenía tanto sentido y que se dejaron llevar por sus instintos en lugar de dejarse llevar por la razón.

Este tipo de cosas pasa con muchos de los políticos actuales que buscan a multitudes enardecidas y aprovechan el enojo o la ignorancia para lograr su apoyo. Buscar colores, decir que los de la culpa son los demás, convertirse en mártires o con falsos testimonios decir que ellos y solo ellos tienen la verdad y que los demás mienten.

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Póngale el color que quiera, muchos de estos personajes se aprovechan de una sociedad desinformada o que solo se informa por las redes sociales y de ahí forma su opinión. En el Señor de las Moscas usan una caracola para llamar a los demás y esta caracola representa al poder. ¿Qué caracola usa el político que lo representa?

Y esto que le digo pasa en todos lados, en los mismos colegios hay una especie del “Señor de las moscas” entre los niños, que son las reglas no escritas que tienen bajo la disciplina que puede haber en los planteles. Antes de los números de PISA habría que revisar que valores y que principios podemos aprender en las casas para que estos los lleven a los centros escolares y no tener este tipo de episodios.

A los políticos no los podemos formar, a los niños, yo espero que sí.

¡Ánimo!