PROMETEO
La carrera de los aspirantes sigue su marcha, cada bando señala sus ventajas, poca autocrítica y aún tratando de convencer a sus cúpulas y al primer elector, por lo que el filósofo del corporativismo del siglo pasado, dejó claro que el que se mueve no sale en la foto.
Así las cosas, se evita dar pasos en falso y provocar diferencias con la porra oficial por un lado y por el otro, se ven las fisuras con las pausas, reencuentros y pedimentos o ruegos de apoyo. Aún falta un largo camino para las elecciones, nada está resuelto. El asunto es que el show debe continuar.
Los indicadores de INEGI y Coneval con relación a la disminución de pobreza, de acuerdo a este último en millones de personas pasó de 52 millones en los sexenios de los presidentes Calderón y Peña Nieto a 47 millones con López Obrador, para ello los datos de la reducción en la diferencia salarial que pasó de 20 veces a 15 veces en este sexenio con respecto al anterior.
Sin duda son datos en el bolsillo de los grupos de menos ingresos, que refleja lo que gobiernos anteriores dejaron de hacer en dos aspectos sustantivos, el programa de adultos mayores y el aumento del salario mínimo. Esto ha dado al presidente López Obrador credibilidad con la población de menos ingresos, si a ello se agrega el nivel de remesas y las altas en el IMSS por la contracción del outsourcing que muestran un esfuerzo que debe ser reconocido por sus resultados.
Por otra parte, sería mezquino no reconocerlo a pesar de fobias particulares y políticas. Eso no significa que no haya puntos que no han sido resueltos o con avance claro; seguridad, salud, educación y los excesos presupuestales en las obras emblemáticas, así como el empoderamiento operativo y económico de los militares en áreas clave que derivan ser orden civil y que difícilmente devolverán a petición diplomática de los próximos presidentes mexicanos. Por lo que esté sexenio tiene resultados surtiditos y al gusto o disgusto de la opinión pública.
En esta etapa de tanta felicidad, es de destacar el desempeño del sector bancario privado, sin duda un sector muy feliz en este sexenio. En su reporte al primer semestre de 2023, sus ganancias son del orden del 25% anual con 139 mil mdp, de ello 46 mil mdp son solo de BBVA, 20 mil mdp de Banorte, y 16 mil mdp de Santander, solo esos tres bancos detentan el 60% de las ganancias totales.
Hay otros 7 bancos que acumulan el 38% de las ganancias, por lo que 40 bancos restantes detentan solo el 2% de las ganancias, así la competencia y concentración de la banca privada que opera en México. Es de destacar que 5 bancos de capital extranjero registran el 70% total de ganancias y que en especial BBVA México es el principal generador de ganancias para su matriz a nivel global.
El sistema financiero que opera en nuestro país, sigue reportando una alta concentración en pocas instituciones, tanto en materia de negocio, como en su rentabilidad, destacando la notoria ventaja que BBVA saca a sus competidores locales. El actual escenario muestra que, salvo el caso de Banorte y Santander, el resto de participantes ha asumido su realidad en la medianía o bien en tener una participación en segmentos específicos de mercado. Sin duda el factor tecnológico y el índice de capitalización serán la fase relevante en productividad y rentabilidad.
La venta de Banamex, sin duda despertó el interés de la opinión pública, finalmente no dio, pero vale la pena analizar en qué sentido la realidad actual impacta a la población bancable. En qué sentido la oferta y competencia ha sido en beneficio de las personas y de las empresas. A excepción de Azteca y Coppel, que han definido su segmento popular como su principal negocio, el resto de participantes se ha acomodado a enfoques regionales o de nicho, por lo que la competencia con los tres grandes que hoy dominan el mercado seguirá siendo una brecha amplia de diferencia.
La oferta actual del sector financiero se centra en la digitalización para ser más eficientes y bajar sus costos operativos, el tema de crédito se ha enfocado en consumo y créditos hipotecarios para perfil residencial. O bien a créditos corporativos, el manejo de tesorerías corporativas y perfiles altos patrimoniales, así como a negocio cambiario y fiduciario.
El tema discursivo de la inclusión financiera no pasa de ello y la oferta a crédito para MIPYMES o créditos hipotecarios de nivel medio o económico, debido a los antecedentes económicos del país y su crecimiento regional irregular limita esa oferta que promovería empleo formal y diversificación económica regional. El nearshoring puede ser en los próximos años el que determine esa nueva oferta.
El sector financiero mexicano se ha enfocado a una oferta y determinados negocios. Ello por la incertidumbre jurídica en los temas de riesgo crediticio, si bien las entidades más importantes históricamente han prevalecido, sus grupos propietarios en los último 30 años han cambiado dos veces la posición mayoritaria, a excepción de Banorte el negocio es dominado por capitales foráneos que toman las decisiones clave fuera de nuestro país. Esto significa que, en crisis severas, cuesta el control a los accionistas originarios y en especial a los nacionales, pero se analiza poco a los responsables del sector público que supervisaron y en su caso aprobaron o consintieron excesos.
Tenemos la 14ª economía global y la 10ª población mundial, por lo que no tener un liderazgo en el capital de los grupos financieros líderes es un caso de reflexión y estudio autocrítico. Tenemos el cuarto mercado financiero más importante en tamaño económico del continente, solo por debajo de USA, Canadá y Brasil, pero el de mayor rentabilidad sobre capital.
Tenemos un mercado que no es competitivo para el usuario en general, pues somos un país con altas comisiones y de todo tipo, así que la CNBV y la Condusef son posiciones políticas de la administración en turno y no para mejorar con calidad la supervisión y la competencia financiera. Solo cuando hay una institución financiera en crisis aparecen, o bien presionan con su burocracia operativa al resto de los intermediarios.
Es parte fundamental del problema de baja penetración crediticia en el sector y no se ve intención y disposición de cambio en materia judicial para el sector financiero. Que es la recuperación de crédito y derechos de cobro litigiosos, pues para ejecutar materialmente se llevan más de 7 años en ejecución y con todo tipo de argumentos evasivos y burocráticos del poder judicial, son una verdadera limitante y costos para el sector financiero, razón por la cual el crédito es limitado y caro.
En el año 2013 se aprobó la Reforma Financiera, el expresidente Peña Nieto, la anunció como una de las reformas estructurales clave para incentivar el desarrollo económico que cada sexenio se promete y en la cual destacaban para incentivar el crédito productivo. De esta manera en teoría las instituciones financieras podrían recuperar sus préstamos y evitar el ocultamiento de los deudores y la dilapidación o disposición de los bienes objeto de garantía o embargos. Igual que la Ley de Extinción de Dominio fue un sueño guajiro hasta ahora.
El presidente López Obrador no se ha pronunciado, sus baterías las puso en materia energética y en diversos decretazos, pero al sector financiero como le va tan bien en su interpretación, hasta aspiro a comprar Banamex, lo cual afortunadamente no sucedió. Ya es suficiente con sus obras emblemáticas cuya expectativa de éxito es alta o un acertijo. Además de darles a los militares aeropuertos, línea aérea, trenes y las aduanas. Se separó del poder económico privado tan cuestionado, pero ahora es el poder económico militar el que marcará la pauta.
Por otra parte está la realidad, ahí están los datos de estadística de la CNBV, con la discreta y modesta participación de la Banca de Desarrollo y una limitada participación de crédito productivo del sector privado. Ya solo queda poco más de un año a este gobierno, así que lo que no se hizo en estos casi 5 años en el sector financiero, menos se hará en lo que resta de esta administración. Lo anterior ha afectado el financiamiento para la micro, pequeña y mediana empresa y a los pequeños productores agropecuarios. Este sector de la economía mexicana son el 98% de las unidades productivas, aportan el 55% del PIB y el 80% del empleo. Pero solo reciben el 5% del financiamiento con respecto al PIB.
La oferta de servicios bancarios y financieros, se debe traducir no solo en buenas intenciones, sino en las condiciones legales para dar certidumbre a todos, esto debe ser tema que las autoridades deben reforzar con compromisos reales y en ello el poder judicial y legislativo deben asumir sus obligaciones. Si se modificaron leyes y códigos para la Reforma Financiera y Judicial, que se cumplan y se les exijan resultados.
Por lo pronto los suspirantes a la presidencia de México, han dicho poco al respecto, para la porra oficial la SHCP y sus satélites han hecho un gran papel, para otros en los que me incluyo, ha sido un sexenio poco asertivo y aplicado en el sector financiero público y privado, hacen labor con los grandes grupos financieros, pero no con los grupos mexicanos bancarios de menor tamaño y con el sector financiero especializado al que le aplican el que ni los ve ni los oye. El show debe continuar… Es lo que hay.
Twitter: @MarioSanFisan | PROMETEO (previsión/prospección) | CEO FISAN SOFOM ENR
Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios. Ex Presidente Nacional AMFE corporativo@fisan.com.mx