En México, “sindicalismo” nos hace pensar en ese líder ya entrado en años, que nunca ha trabajado y vive de sus agremiados. Siendo todavía una adolescente, era fan de la revista “El papá del Ahuizote” y después de “El Chamuco y los hijos del Averno”; ahí, el gran Patricio retrataría de manera magistral al líder charro.
Todavía hoy vuelvo a ver su caricatura y la encuentro tan vigente. Un personaje inspirado por supuesto en Fidel Velázquez, líder eterno de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) que estuvo al frente más de 50 años, y que representa todo aquello que hoy no se le puede permitir al sindicalismo mexicano.
Por eso, como una gran bocanada de aire fresco, la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) pone el ejemplo de cómo sí se puede tener en los hechos, un sindicato fuerte y democrático.
El viernes pasado ASPA cumplió 65 años desde su fundación y la “gran magia” radica en entender a la perfección para qué sirve un sindicato. Con esta premisa ha establecido las bases sólidas que hoy le permiten ser un sindicato independiente y de avanzada.
Empecemos por la parte más básica: mientras en la mayoría de los sindicatos, centrales obreras y confederaciones el líder busca -a toda costa- perpetuarse en el cargo, en ASPA el éxito ha sido precisamente la renovación de sus cuadros sindicales cada año.
Este sindicato gremial celebra elecciones escalonadas cada año, y en ellas se elige a una tercera parte de los representantes sindicales y lo más importante, no existe la reelección. Puedes postularte a otro cargo, pero no repetir en el mismo.
Esto hace que la dirigencia sindical sea muy dinámica y que siempre se estén esforzando para trabajar en conjunto. Para ellos la palabra “institucional” es algo que se toman muy en serio, y de verdad me encantaría que esa dinámica se pudiera replicar en otros sindicatos, e incluso dentro de los gobiernos.
Porque en ASPA no es un obstáculo quién llegue al cargo, siempre deben de ser institucionales; esto es, entre ellos se pueden caer mal, tener desencuentros, pleitos y rencillas, pero siempre va a prevalecer el concepto de que “el bien común está por encima de los intereses personales”.
Por eso son tan meticulosos y no importa quién desempeñe el cargo, el trabajo siempre se va a realizar, los planes de crecimiento siempre van a seguir, el trabajo en equipo está por encima del individual. Tan es así que (hay que resaltarlo), ASPA es un sindicato gremial y la gran mayoría son hombres; el número de mujeres agremiadas es relativamente escaso, pero esto no ha sido ningún impedimento para que tengan un lactario en su sala de reservas para sus compañeras piloto.
Veámoslo desde esta perspectiva, ¿a quién beneficia un lactario?, los hombres podrían argumentar “solo a las mujeres” y que al ser mayoría de varones, mejor esos recursos se destinen a algo que sea para beneficio de la mayoría; pero en el caso de ASPA, la muestra de que son precisamente un sindicato de avanzada es la comprensión de tener una visión de género con sus compañeras y estar atentos a las necesidades de ellas.
ASPA además ha realizado foros que abordan el tema de la lactancia materna, y trabaja mucho en políticas de género e inclusión, pero siempre desde un ángulo institucional, procurando darle al sindicato la importancia que tiene.
Antes de celebrar su 65 aniversario, ASPA tuvo su curso de “Inducción Sindical 2023″, encabezado por el secretario general y la representación sindical, donde les hicieron saber a los nuevos agremiados la importancia de aprenderse los estatutos, y cómo funciona el sindicato, y el cómo deben de comprometerse y pueden participar.
Además del curso de inducción sindical, en una ceremonia se le toma protesta al tercio de la representación sindical que formará parte del Comité Ejecutivo y Comisiones para el periodo de 2023-2026.
El evento se lleva a cabo de manera muy formal en el auditorio del sindicato. En él está representada toda su historia, y en lugar especial “los pilotos fundadores”: los capitanes Jorge Farell, Francisco Tarazona, Andrés Fabre y Francisco Ballina (a mí me tocó volar con sus descendientes en Mexicana de Aviación). Con esto dejan muy en claro que no están jugando, y que entienden al sindicalismo como algo muy serio, pero sobre todo se trabaja mucho en el bien común.
Debemos tener claro que la finalidad de los sindicatos no es el enriquecimiento del líder y su camarilla, que los cargos dentro de la representación sean otorgados por el dedo del secretario general, y que “democracia” no solo es un palabra bonita y rimbombante, sino que debe aplicarse en el mundo de los hechos en todo momento.
Debemos entender que el sindicalismo es y debe ser siempre la defensa de los derechos laborales, buscando tener condiciones de trabajo dignas. En el caso concreto de la industria aeronáutica, esto se verá reflejado en la seguridad de los vuelos. No es lo mismo un piloto sobre explotado a uno que sí tiene los descansos que marca la ley, o su contrato colectivo de trabajo. Solo así se puede garantizar la seguridad de un vuelo, y eso evidentemente repercute de forma positiva en los pasajeros.
El sindicato de pilotos es muy activo en los medios de comunicación, pues entienden el papel fundamental que su profesión ejerce dentro de la política mexicana. Podrá gustar o no el estilo que le imprime cada secretario general, algunos más discretos que otros, otros son mucho más histriónicos, pero todos saben cuál es el rol de su profesión
Es por ello que no quiero dejar pasar el discurso que dio el capitán Humberto Gual durante el 65 aniversario de ASPA:
“ASPA ha interpuesto una queja para activar el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida del Tratado de Libre Comercio, T-MEC. Además de agotar las instancias nacionales pertinentes con el fin de proteger a los pilotos de nuestra nueva delegación. Pilotos de MasAir, bienvenidos, es su casa y se lo dijimos, aquí están y aquí vamos a seguir”.
Capitán Humberto Gual
Sí hay un modelo a seguir dentro del sindicalismo mexicano, y ese es el de ASPA, sin duda alguna. Los pilotos han dejado claro que entienden a la perfección el juego de la democracia y la razón de existir de un sindicato, que no le temen a que cada año salgan a elecciones y se elija un tercio de la representación sindical, y que cada tres años tengan un nuevo secretario general. Con ello le dan entrada a que nuevas generaciones de pilotos aspiren a participar dentro del sindicato. Es una fórmula que obliga a combinar la sabiduría de los pilotos más antiguos con el empuje de la juventud, y a buscar un claro equilibrio.
En esa búsqueda habrá errores y desencuentros, porque nadie es perfecto, pero bastante bien le vendría al resto de los sindicatos del país voltear a ver a ASPA, y darse cuenta de que se puede tener un sindicato que se aleje de aquella caricatura de la que hablé al inicio de esta columna, con un líder sempiterno y vividor de los trabajadores.
Desde este espacio felicito ampliamente a la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México, ¡felices 65 años! y como decimos los trabajadores de Mexicana de Aviación “…y vamos por más”.