Los que he tenido la fortuna de que me lean periódicamente se habrán dado cuenta que suelo compartir cosas de mi día a día, mis vivencias y experiencias.

Esta vez no podía ser la excepción, y aunque francamente me siento mal, no quise dejar pasar la oportunidad de compartirles mi reflexión acerca de justamente el sistema de salud de este gobierno.

Desgraciadamente no hubo bolsillo que me permitiera continuar  pagando mi seguro de gastos médicos que por el antecedente de un cáncer de mama  sufrido en el 2003 más la recolección de otros achaques y la edad se había elevado a cifras desorbitantes.

Desde el día que supe que no podría pagarlo más, vivió en mí un constante miedo al imaginarme teniendo que necesitar los servicios públicos de salud, francamente me imaginaba muerta.

Y porque quizá, dicen por ahí, que uno atrae los miedos, tengo neumonía y les escribo desde un pequeño hospital privado. Definitivamente no quise ni averiguar si los servicios de los hospitales públicos ya eran casi como los de Dinamarca y a pesar de no tener dinero, ángeles generosos se acercaron a mí, también por humanidad, y me ayudaron a recibir esta atención.

Las columnas más leídas de hoy

Y me puse a pensar que si en donde me están atendiendo hay ciertas carencias y deficiencias no puedo ni imaginar lo que deben de pasar los pacientes en los centros hospitalarios de salud.

Aquí, claro, era al que paga se le atiende. Así que con mucho esfuerzo apenas pude pagar mi ingreso, pero mientras no conseguía ese dinero simplemente me ignoraban.

Ya ahora estoy en mi cuarto, y aunque es pequeño, le doy gracias a Dios porque muchos no pueden tener un servicio de salud como el mío y me da coraje porque se lo merecen, porque pagan por él todos los mexicanos y porque además ponen a los políticos en el poder porque creen que sí tendrán derecho a la salud digna para todos.

No habrá día que también deje de agradecerle a mi padre quien rigurosamente toda su vida nos pagó a mi hermana y a mi pólizas del seguro de gastos médicos y me dijo que mientras él viviera él seguiría pagándomelos…

Pero él se fue hace 5 años y con su partida mi orfandad en todas dimensiones….

No sé si donde estoy es como el presidente ha prometido que será el sistema de salud: Cuarto privado y baño… y un trato cálido y amable. (No algo espectacular en torno a ello y es porque creo que el personal de salud se ha vuelto mucho más rancio y duro a raíz de la pandemia y más tratándose lo mío de neumonía  pues me tratan como perro apestado.)

No sé en qué consista que el presidente pueda o no cumplirnos a los mexicanos tener un sistema de salud estilo Dinamarca.

No sé si de verdad quiere que así sea o son sus cuentos y se jinetea el dinero…

Sé que a él no le apura el tema. Él ya tiene un servicio médico de primera para él y para los suyos. Envidio la verdad su paz. Eso sí es lo único que le envidio al presidente: esa certeza de que será atendido médicamente con calidad de primer nivel, porque claro que en México contamos con médicos y médicas altamente calificados aun cuando insista que hay que traer a médicos cubanos.

Sí que le envidio eso al presidente, no afligirse tampoco por pagar las cuentas de los hospitales.

Lo tiene resuelto.

A veces pienso que quizá por eso quieren estar en el pode: para tener esa paz y esa certeza.

Mientras tanto no sé yo sí saldré con vida y además con qué dinero pagarle los montos, no debería de ser un tema que me preocupara, yo pago impuestos, merecería no tener que preocuparme por eso y nada más enfocarme en mi salud…

Pero hay que sacar cuentas. En México no te puedes enfermar.

Pido por la salud del presidente y de todos los enfermos. Estar en estas condiciones da pavor. No hay nada como la salud, sin ella ni palacios ni viajes al extranjero ni paisajes… nada vale si no la tienes.

Gracias a los que me leen que me han escrito mensajes de apoyo y de cariño.

Gracias porque todavía puedo seguir viviendo y escribiéndoles.

Gracias

Es cuanto.