Hace muchos años, al menos 40, me tocaba viajar en carro desde Monterrey hasta casa de mis abuelos en el Puerto de Veracruz. Siempre por diciembre me tocaba ver cosas maravillosas que ahora aprecio y extraño. Más o menos 1,600 kilómetros que mi papá manejaba en un día. Nos tocaba ver carros remolcados desde algún lugar del norte de Estados Unidos que iban hasta algún lugar de Centroamérica. Esos carros iban cargados de cosas, imagino regalos, para las familias de los migrantes que habían logrado algo en Estados Unidos.
Quizá cuando tenía esa edad era menos consciente de lo que pasaba con los migrantes o quizá no todo era tan fuerte como lo es ahora. Esos carros se convertían en los carros de uso de las familias y probablemente en moneda de cambio para bienes en esos países.
En esos viajes me tocaba ver también camiones de redilas llenos de caña de azúcar por la época de la zafra, pero eso es otra historia.
¿Cómo ha cambiado el sueño migrante de 40 años para acá? Con menos tecnología había menos vigilancia en la frontera, quizá en los Estados Unidos eran más abiertamente racistas pero tal vez menos polarizados como lo son ahora. Existía la Border Patrol pero no eran tan crueles como lo son ahora, o al menos no nos enterábamos. Antes había menos controles para que los migrantes llegaran a su destino, ahora muchos de ellos se están quedando en nuestro país.
No recuerdo que hubiera tantos migrantes varados en ciudades mexicanas. No recuerdo que esto pasara en Monterrey. En los últimos días la ciudad ha tenido manifestaciones de las personas que se dirigían hacia Estados Unidos y que por acuerdos entre gobiernos fueron devueltos a México hasta que se cumplieran los requisitos para que fueran aceptados como refugiados.
Es raro que en Monterrey haya manifestaciones que bloquean calles, pues hace unos días un grupo de inmigrantes bloquearon una de las avenidas importantes de la ciudad para que les hicieran caso. El viernes, un sacerdote fue golpeado al intentar detener una pelea entre dos migrantes en Casa Indi, un refugio para migrantes e indigentes.
A principios de diciembre la Agencia Estatal de Investigaciones encontró a 29 migrantes en un hotel del centro de Monterrey. Algunos tenían permiso de estar en el país pero la mayoría no traía papeles.
Conociendo a mis paisanos, no estamos preparados para recibir esta cantidad de migrantes en la ciudad y seguramente esto pasa en muchas de las ciudades que están camino a los Estados Unidos.
Si esto es complicado, el viernes hubo un gran accidente donde fallecieron al menos 50 migrantes de origen guatemalteco en un camión en el que iban mas de 150 personas. El Instituto Nacional de Migración ya le ofreció a los sobrevivientes del accidente visas humanitarias. Con estas visas, ellos pueden buscar trabaj , abrir una cuenta de banco y transitar libremente por el país.
¿Cómo llegan tantas personas de Centroamérica a México en los 1,149 kilómetros de frontera sur? Pues hay una gran oferta para las personas que quieren llegar a los Estados Unidos por medio de los traficantes de migrantes. Corrupción de las autoridades, pago al crimen organizado y seguramente también pagos a las autoridades fronterizas del otro lado que se hacen de la vista gorda al momento de que pasan los migrantes.
Según un dato recolectado por la BBC, el costo total para cruzar la frontera está entre 10,300 y 13,000 dólares. Si redondeamos a 10,000 dólares, solo por el camión que tuvo el accidente llevaban 150,000 dólares de pagos de cruce de frontera de Guatemala a Estados Unidos.
¿Cómo detener a los migrantes? ¿Se deben de apoyar? ¿Por qué si cruzan en México y los detienen en Estados Unidos? ¿Debería de haber una partida federal para apoyar a los migrantes? ¿Deberían los estados agregar también en sus presupuestos una partida para apoyo a los migrantes?
Hay muchísimas preguntas para un problema que lleva muchísimos años y que cada vez se complica más. Todos se pasan el problema pero no veo que se haya logrado una solución integral. Creo que es momento que se planteen soluciones más contundentes. Estados Unidos ya tiene la suya, los deporta a México mientras arreglan su situación migratoria. ¿A dónde los mandamos nosotros?