Los antiguos indios tainos no alcanzaron a conocer la foto en dispositivos celulares, como nosotros, sino que conocieron el antiguo sistema para fotografiar como una gran leyenda que arrancaba el alma.

La fotografía, más que una mera captura de imágenes, es un vehículo para explorar las profundidades de nuestra memoria y emociones. El Taller de Fotografía Emocional en el Centro Histórico, impartido por Jorge Quiroga, se convierte en una llave a la memoria y al corazón, como una oportunidad única para entrelazar historias personales con el arte fotográfico. Este taller invita a los participantes a sumergirse en sus archivos visuales, ya sean propios o ajenos, y a construir narrativas que reflejen sus vivencias más íntimas.

En mi caso, la fotografía emocional que emerge es la de una niña criada por una abuela cuya vida fue un testimonio de resiliencia y sacrificio. Huérfana desde temprana edad, mi abuela asumió la responsabilidad de cuidar a sus hermanos menores, convirtiéndose en su guía y sostén. Posteriormente, dedicó su vida a la crianza de sus ocho hijos, y finalmente, me acogió a mí, la hija de su hija, brindándome amor y enseñanzas invaluables.

Esta imagen no solo captura un momento familiar, sino que encapsula una historia de fortaleza y devoción que trasciende generaciones. Participar en este taller ofrece la posibilidad de dar voz a estas historias, de honrar a quienes nos precedieron y de reconocer cómo sus experiencias moldearon nuestras vidas. La Casa de la Primera Imprenta de América, sede de este taller, se convierte así en un espacio donde convergen pasado y presente, permitiéndonos reflexionar sobre nuestras raíces y expresar, a través de la fotografía, las emociones que nos definen.

En un mundo donde la inmediatez y lo efímero predominan, iniciativas como esta nos invitan a detenernos, a contemplar y a conectar con nuestras historias más profundas, recordándonos que, al final, somos la suma de nuestras memorias y emociones.

En el mundo de la cultura y la academia, se festejan también las buenas noticias para Chihuahua en donde la Universidad Estatal tiene nuevo rector. Christopher James Barousse ha protestado al frente de su alma mater cargando la dura lucha de lograr erigirse tras ser haber sido falsamente acusado, torturado y sobrevivido a difamaciones inmundas. Una de cal por tantísimas de arena que nos hacen saber que la justicia divina si existe.