El Tour de Francia es el epicentro del ciclismo profesional. El evento más popular, el más rentable y el más importante… Sin embargo, en comparación con sus contrapartes española e italiana, a menudo no ofrece el mismo espectáculo. Ese no es el caso de la edición 2022, los organizadores han diseñado un recorrido que ha hecho de esta, una de las ediciones más emocionantes en décadas.
Hemos visto de todo desde que los corredores tomaron la salida en Copenhague, desde grandes batallas entre los velocistas más rápidos del planeta hasta drama en el pavé de la París-Roubaix. Pero la acción real no llegó hasta que los corredores se enfrentaron a la alta montaña.
La undécima etapa aceleró la batalla por la general a medida que los ciclistas se adentraron en el corazón de los Alpes para su desafío más difícil hasta el momento, una ruta corta pero llena de montañas entre Albertville y la vertiginosa cumbre de 2.413 m de altura del Col du Granon.
Los corredores del Jumbo Visma salieron con una misión: arrebatar el jersey amarillo a Tadej Pogačar (UAE). El campeón defensor lideraba la carrera con un cómodo margen de más de 30 segundos sobre Jonas Vingegaard del Jumbo Visma. La batalla por la general todavía estaba muy abierta y a pesar de sufrir una caída, el compañero de Vingegaard, y tres veces campeón de la Vuelta a España, Primož Roglič todavía estaba en la contienda.
Los ciclistas de la escuadra neerlandesa aprovecharon su ventaja numérica para atacar al líder en el Col du Galibier, una bestia de 17,8 km al 6,8 %, si bien no pudieron sacudir a Pogačar de sus ruedas, lo aislaron de sus compañeros e hicieron que sacrificara energía vital que necesitaría más adelante, aunque esto significó que Roglič sacrificaría sus ambiciones por el amarillo en favor a Vingegaard.
El momento crucial de estas primeras dos semanas de carreras fue exactamente a 5 km de coronar el último puerto del día, el Col du Granon. Vingegaard lanzó un ataque que dejó paralizados a sus rivales. Tadej Pogačar perdió el del maillot amarillo en ese momento debido al desgaste persiguiendo los ataques del Jumbo Visma. El esloveno perdió casi tres minutos al final del día, cediendo el jersey amarillo a Vingegaard que disfruta de una sorprendente ventaja de 2:22″.
Los ciclistas no tuvieron ni un solo respiro al día siguiente, cuando se enfrentarían a la etapa reina con su meta en el mítico Alpe d’Huez. El primero de tres puertos fuera de categoría del día fue el Galibier, los ciclistas del Jumbo Visma tomaron el control del pelotón con un ritmo frenético, volvieron a acelerar con Tiesj Benoot y Wout Van Aert hacia la cima de la Croix de Fer, y luego aún más con el resto de escaladores de su equipo.
Después de un embalaje de Tiesj Benoot y Wout van Aert, Sep Kuss marcó el ritmo en el Alpe d’Huez para Jonas Vingegaard, el jefe de filas del Jumbo Visma, y se aseguró de que fuera tan exigente para que nadie pudiera atacar su líder.
Todo lo cual logró asegurar que Pogačar estuviera nuevamente aislado y, al mismo tiempo, vació considerablemente la batalla de la general. Favoritos como Romain Bardet (DSM), Nairo Quintana (Arkéa-Samsic),y Adam Yates (Ineos Grenadiers) se encontraron en problemas. A largo plazo, todos estos reveses juegan a favor de Vingegaard, ya que eso significará que Jumbo-Visma tendrá menos rivales que controlar durante la tercera semana.
Vale la pena señalar que los dos ataques vertiginosos de Pogačar hacia la cima del Alpe d’Huez y su sprint final hacia la meta no tuvieron el mismo impacto de siempre, como si no hubiera estado absolutamente en la cima de su juego. Además, no fueron en una sucesión tan rápida ni seguidos de más aceleraciones, como podría haber sido, y lo más importante, Vingegaard los cerró sin sufrir demasiado.
A largo plazo en el Tour, específicamente en los Pirineos la próxima semana y en la contrarreloj final, Pogačar tiene muchas oportunidades para contraatacar. No es de extrañar, entonces, que Vingegaard dijera después de Alpe d’Huez que su mayor tarea a partir de ahora era pegarse a la rueda de Pogačar. Después de todo, si mantiene a Pogačar a raya y si las diferencias siguen siendo las mismas que ahora en la víspera de la contrarreloj final, sería muy difícil para Pogačar superar al danés, quien es un excelente contrarrelojista.
El Tour no se reduce solo a los dos mejores ciclistas de la general. Geraint Thomas del Ineos Grenadiers, se encuentra en tercer lugar detrás del esloveno por 21 segundos. El campeón del Tour de Francia en 2018 está en su mejor forma, pero las probabilidades de victoria final están más inclinadas a favor de Vingegaard y Pogačar, los dos primeros en la carrera del año pasado también, que a favor del galés.
¿Pero cuál de los dos? Vingegaard tiene la sartén por el mango por ahora, pero está claro que Pogačar tampoco lo va a dejar tener un viaje fácil a París, y tampoco podemos descartar a un corredor del nivel de Thomas.
Así que apunta el próximo 20 y 21 de julio en tu calendario y no te pierdas las etapas en los Pirineos que sin duda alguna definirán la carrera de este año. ¿Podrá el esloveno remontar? ¿O veremos a Jonas Vingegaard lograr su primer título en el Tour de Francia?