Hace cerca de 15 años, estuve viviendo fuera de Monterrey por cuestiones de estudio y fui usuario de transporte público para moverme dentro de la ciudad. Como todos me movía en Metro, pero también lo hacía en bus o camión como le decimos en el rancho. Es, de cierta manera, fácil poder establecer los horarios del Metro, se tiene el control de todas las vías y no hay atascos o accidentes provocados por terceros, al menos no es lo más usual. Ya sabia mas o menos la frecuencia del Metro según la hora, por lo que podía planear todo mi día. Pero lo mismo pasaba con los camiones. Los camiones tenían horas y frecuencias. Además, si yo quería saber la hora exacta de arribo del camión solo tenía que enviar un SMS a un número que estaba en la parada y me avisaba cuanto tardaba en llegar la siguiente unidad y si venía llena. Esto fue hace 15 años.

En Monterrey hoy en día no uso transporte público, pues las paradas no están cercanas a los lugares a donde me transporto y porque los horarios suelen ser un volado. Es algo inexplicable, no se puede hacer un plan maestro de transporte para una ciudad que tiene 427 años de fundada. Quiero decir, que se conocen todas las calles, callejones, avenidas y vías de la ciudad, por lo que se podría hacer un plan maestro de transporte que funcione bien, no a la perfección, pero bien al fin.

Hay años y años de información de transporte, los lugares con más o menos afluencia y los tiempos de traslado de un lugar a otro dependiendo de la hora del tráfico y no se ha logrado tener una transportación eficiente. ¿Qué se tiene que hacer?

Llegaron nuevas unidades de transporte que entiendo darían una mayor disponibilidad de recursos para que la gente se pueda mover de un lado a otro, pero no se ven los efectos.

La solución no es complicada y la tienen en las universidades. Hace ya bastantes años, llevando la clase de Investigación de Operaciones con el recién retirado Ing. Eduardo García Dunna, mejor conocido como el “Perro” García por lo estricto de sus clases, mis compañeros y yo hicimos una simulación del tráfico de la avenida Eugenio Garza Sada a la altura del Tec. En ese tiempo había un semáforo para entrar a la calle Luis Elizondo y un puente peatonal justo encima de esa zona. Nos subimos y estuvimos tomando datos durante varias horas para conocer la distribución estadística del tráfico, el tiempo de los semáforos y como esta iba cambiando durante el día. Teniendo estos datos hicimos una serie de cálculos que después pusimos en un código para hacer una simulación. Esta simulación se montaba sobre otro programa que animaba el tráfico por lo que podíamos ver cómo se movían los coches y los semáforos. Al final determinamos las horas de más tráfico, de menos tráfico y cómo podían programar los semáforos para esto. Eso fue hace más de 25 años.

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Con todas las soluciones de simulación que existen en la actualidad y toda la información que se tiene sobre el transporte público, ¿por qué no hay una manera lógica e ingenieril para resolver este problema?

El gobierno del estado tiene a tres muy buenas y reconocidas universidades que estarían gustosas de tener un departamento de desarrollo urbano y hacer un proyecto inteligente para diversas necesidades de la ciudad.

Lo del transporte, aunque parezca complejo, es más sencillo de lo que parece. Involucrar al Tec de Monterrey, a la UANL o a la UdeM es una muy buena idea. También se podría involucrar a la iniciativa privada con experiencia en logística. ¿Cómo es posible que el pan, los refrescos y la cerveza siempre estén en los depósitos pero la gente no tenga la certeza sobre su llegada al trabajo?

Como en todas las cuestiones donde se usan recursos, tener más no significa que todo será mejor. La zona metropolitana debería de aprovechar el impulso del mundial de fútbol para hacer señalizaciones lógicas y una mejor planeación adecuada del transporte en la ciudad. Eso ayudaría enormemente a que bajaran los índices de contaminación y que no se perdieran tantas horas hombre en solo transportarse.

Lo que sigue es la seguridad, en donde estudiaba, fuera del país, había personas de todos los estratos sociales usando el transporte público. Me tocó ver a una señora con abrigo, entaconada y con joyas sin temor sobre el camión, ¿se podría lograr algo así en Nuevo León? Ojalá, así veríamos a todos los funcionarios públicos usando este transporte. Imagine a los diputados, a los alcaldes, a los secretarios y al mismo gobernador en el camión de camino a su chamba y de regreso. Cuando se logre eso, ahí se podría hablar de una ciudad de progreso como en Europa.

Como siempre, cualquier ayuda que necesiten por acá me encuentran.

¡Ánimo!