“Revuelto con el ansia el rojo velo

del pabellón a la siniestra mano, descubre el espectáculo inhumano del tronco horrible, convertido en hielo”.

LOPE DE VEGA

“Los días inútiles son como una costra
de mugre sobre el alma.

Hay una asfixia lenta que sonríe,

que olvida, que se calla.

¿Quién me pone estos sapos en el pecho
 cuando no digo nada?

Hay un idiota como yo andando, 
platicando con gentes y fantasmas,

echándose en el lodo y escarbando 
la mierda de la fama”.

JAIME SABINES

La naturalización de la ilegalidad

Las corcholatas lo volvieron hacer. Violaron la ley y lo disfrutaron. El fin de semana ante pasado, los presidenciables por Morena no se placearon (y es que transcurrieron elecciones locales en seis estados). Este fin de semana, no obstante, se inventaron en Toluca el evento ‘Unidad y movilización para que siga la transformación’.

El pretexto: presumir (es un decir) a los precandidatos morenistas a la gubernatura mexiquense que se elige… ¡hasta dentro de un año! Todo sea el deseo de arrebatarle al PRI el estado que cuenta con el padrón electoral más grande todo el país.

Para mí que lo sobresaliente del evento de ayer es la naturalización con la que Morena hace campañas adelantadas. Fieles a su costumbre de “no me digan que la ley es la ley”, pasan por encima de la normatividad. Lo que hacen es a todas luces actos anticipados de campaña; en este caso uno en el que se ufanaron y mostraron el “músculo” para el 2024. Si se aplicara la ley, todos ellos deberían quedar inhabilitados para ser candidatos.

Las precampañas solo pueden iniciar cuando empieza el proceso electoral. Antes de ello, los funcionarios realizan puro y llano proselitismo (haciendo mal uso de recursos públicos) lo cual evidentemente tampoco está permitido. No pocos olvidan que a los burócratas les está prohibido lo que no les está expresamente permitido.

La ley por montera; morenistas abierta e ilegalmente en precampaña. López Obrador inició la temporada del destape, adelantó los tiempos de sucesión y las corcholatas solo aceleran el paso mientras los búfalos del PRI (hoy Morena) inician la cargada.

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Los matraqueros

¿Quiénes? Pues los invitados a la fiesta que, de unidad, solo tuvo el nombre. Sí, Claudia Sheinbaum hizo un llamado a la unidad: “nada personal está por encima de los intereses sagrados del pueblo”. Sin embargo, para empezar, Ricardo Monreal —también morenista y corcholata auto destapada— no estuvo en el convite. ¿Alguien lo habrá invitado? Lo dudo.

La unidad, pero solo entre algunos o, dicho de otra forma, siempre y cuando sea en torno a Claudia Sheinbaum.

Las corcholatas requeridas fueron la jefa de gobierno de la CDMX, el secretario de Gobernación y —muy a regañadientes— el canciller. Claro, participaron también gobernadores de Morena, Citlali Hernández y Mario Delgado. Sin olvidar a los precandidatos al Estado de México (ni quien los fumara o, más bien, perfumara) y las porras, los grupos y demás matraqueros acarreados a este evento. También estuvo René Bejarano, esposo de Dolores Padierna, personaje harto conocido por cómo le entregaron ligas deteniendo un montonal de dinero ilegal en el 2004 (a partir de entonces el dinero se entrega en sobres amarillos, ¿verdad Pío?).

Las porras, descalificaciones y jingles —que ni a cancioncillas pegajosas llegaron— hicieron del ambiente de Toluca un evento de campaña donde todos, seamos sinceros, se fueron contra… Ebrard.

En el Estado de México la cargada fue contra Ebrard

Cínicos los participantes; la unidad como membrete porque en el fondo se trató de desdibujar a Marcelo Ebrard. No, no me cae Ebrard, pero eso no quita apuntar que este evento llevaba como intención hacerlo menos. El suelo fue todo menos parejo.

Lo del Estado de México fue un acto de precampaña a favor de Claudia Sheinbaum y, en la misma tesitura, una cargada en contra de Ebrard. Un evento donde la “medición de fuerzas” se basó en ver quienes aislaban más al secretario de Relaciones Exteriores.

Al grito de “unidad, unidad”, para salir en la foto, hubo hasta jaloneos y empujones. ¿No me creen? Dense una vuelta en redes sociales y lo comprobaran.

Todo para salir junto a Claudia (mismo Adán Augusto se abría paso), mientras le aplicaban la ley del hielo a Ebrard. El cinismo por norma.

Ante el desdén, cuando Delgado inició su discurso, el canciller —entendiendo bien que ese evento era pro Claudia y que las reglas internas de Morena no le favorecerán— discretamente se retiró del lugar. Hay quien ha leído en esa actitud el último gramo de respeto que tiene hacia sí mismo, aunque no falta el maldiciente que pregona que en realidad lo corrieron del acto.

Y, en esta esquina, ¡Morena vs. Morena!

Total, que lo del fin de semana no únicamente se trató de un adelanto de campaña para los precandidatos de Morena a la gubernatura. Fue un desplante de Sheinbaum contra Ebrard. Bastante obvio.

Un suelo “parejo” sin Monreal, con perfecta cargada a favor de Sheinbaum y donde se anuncia ya el conflicto intra Morena; la pelea por la elección del candidato a la presidencia.

Piden “unidad” pero recetan lo contrario. ¿Nos sorprende? ¡Qué va! Repiten el cartabón. Igual como cuando son victimarios y se hacen las víctimas o como cuando hay una delincuente al mando de la SEP en lugar de un ejemplo de rectitud.

En la 4T nada es lo que aparenta. Hubo tiro, aunque no uno entre Claudia y Adán. No nos confundamos: es ella y sólo si no crece, entrará Adán.

Las corcholatas se destapan cada fin de semana

Lo que permitió ver este acto de campaña es el desmán que se avecina, el rompimiento que viene. Uno que la oposición debería aprovechar, pero que no tiene idea de cómo hacerlo.

De hoy en adelante, cada fin de semana, una lastimosa función que muestre quien lleva la mayor cargada. Seremos testigos de quien es el más abyecto o se inclina más para congraciarse con López Obrador y, por lo pronto, con Claudia Sheinbaum.

Algunos verán estos eventos como burlas hacia tal o cual contendiente; risa y hasta grandes carcajadas al ver cómo se mueven los precandidatos y se meten el pie entre ellos.

Una burla sí, sin duda, pero hacia la ciudadanía; en especial hacia millones de pobres infelices que creen que su pensión solo continuará de seguir la 4T en el poder.

Cualquier excusa es válida para la constante campaña hacia la candidatura presidencial del 2024. Los suspirantes presidenciales viajan y se exhiben a lo largo y ancho del país (a veces también en el exterior). La promoción, prohibida por ley, la realizan a sabiendas de que con gritos, canciones y camiones estarán en el ánimo popular. Así en nuestro México. Triste espectáculo.